9 de cada 10 casos de cáncer de colon pueden curarse si se detectan a tiempo

Chequeos y prevención salvan vidas.

En Bolivia, el cáncer de colon se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad por enfermedades oncológicas. Aunque es altamente prevenible, esta enfermedad avanza de manera silenciosa y, en muchos casos, los pacientes no presentan síntomas hasta que el tumor se encuentra en un estado avanzado, lo que dificulta un tratamiento eficaz. Por esta razón, los chequeos médicos periódicos y la conciencia sobre los factores de riesgo son esenciales para reducir la carga de esta patología en la población.

“La prevención y la educación sobre los factores de riesgo son esenciales”, afirma Jorge Luis Reyes, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. “Muchos tipos de cáncer son conocidos como asesinos silenciosos debido a su naturaleza inicialmente asintomática, que puede hacer difícil su detección en etapas iniciales. Por eso, en materia de salud, siempre es posible hablar de medicina preventiva”.

El cáncer de colon, también conocido como cáncer colorrectal, se origina en la mucosa del intestino grueso, donde pequeños crecimientos llamados pólipos pueden transformarse en tumores malignos en un período de 10 a 15 años. Cuando se detecta en fases tempranas, las probabilidades de cura son sumamente altas. De hecho, según datos clínicos, hasta el 90% de los casos de cáncer de colon pueden curarse si se diagnostican a tiempo. Esta estadística pone de relieve el valor incalculable de la detección precoz.

A nivel mundial, la detección temprana ha sido responsable de evitar millones de muertes por cáncer. Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI), publicado en la revista JAMA Oncology, reveló que aproximadamente 940.000 muertes por cáncer de colon fueron prevenidas en los últimos 45 años, y el 79% de esos casos se lograron gracias a la detección y eliminación de pólipos precancerosos. En contraste, las mejoras en los tratamientos oncológicos avanzados han tenido un impacto menor en la reducción de la mortalidad en este tipo de cáncer.

Los métodos de detección preventiva disponibles en Bolivia incluyen la videocolonoscopía y el test de sangre oculta en materia fecal, conocido como FIT-Q. La videocolonoscopía permite una visualización directa del interior del colon y la eliminación de pólipos durante el mismo procedimiento, constituyéndose en la técnica más completa para la detección de lesiones premalignas. Sin embargo, su aplicación suele estar limitada por barreras logísticas y económicas.

Por su parte, el test FIT-Q representa una alternativa innovadora, accesible y no invasiva. Este análisis detecta la presencia de sangre en las heces incluso antes de que aparezcan síntomas visibles, y lo hace con un enfoque cuantitativo, es decir, mide la cantidad exacta de sangre, lo que permite una evaluación precisa del riesgo. Además, no requiere preparación previa ni modificaciones en la dieta del paciente, lo que facilita su aplicación masiva. En caso de resultado positivo, se activa un protocolo de seguimiento con estudios complementarios.

“El viejo refrán dice que es mejor prevenir que lamentar, y en el caso del cáncer esto es una verdad indiscutible”, apunta Reyes. La evidencia científica respalda esta afirmación: en el estudio mencionado, ocho de cada diez muertes evitadas por cinco tipos de cáncer (colon, pulmón, próstata, cuello uterino y mama) se debieron a la prevención y las pruebas de detección temprana.

Cultura de la prevención

Promover la cultura de la prevención médica continúa siendo un reto. Factores como la falta de información, el miedo al diagnóstico, la escasa accesibilidad a servicios médicos especializados y las limitaciones económicas dificultan que muchas personas accedan a controles regulares. A pesar de estos obstáculos, especialistas insisten en que adoptar medidas preventivas puede hacer una diferencia sustancial en la salud pública.

Además de los exámenes médicos, existen hábitos de vida saludables que contribuyen significativamente a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Mantener una dieta rica en frutas, verduras y fibra; evitar el consumo de carnes procesadas; realizar actividad física de manera regular; no fumar y controlar la presión arterial son estrategias ampliamente recomendadas por los profesionales de la salud. Estas prácticas no solo previenen el cáncer, sino también otras enfermedades crónicas como la diabetes y las afecciones cardiovasculares.

Es importante iniciar los controles a partir de los 45 años, especialmente en personas con antecedentes familiares o factores de riesgo. El cumplimiento de un calendario de chequeos médicos, sumado al acceso a métodos diagnósticos efectivos como el FIT-Q, podría disminuir considerablemente la incidencia y mortalidad por cáncer de colon.

“La prevención y la detección temprana son armas poderosas en la lucha contra el cáncer. Al tomar medidas proactivas, como conocer los factores de riesgo, mantener un estilo de vida saludable y someterse a revisiones médicas regulares, las personas pueden reducir significativamente su riesgo de desarrollar esta enfermedad”, concluye Reyes.

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