La universalización de la educación, uno de los mayores logros de la Revolución Nacional de 1952

La universalización de la educación, uno de los mayores logros de la Revolución Nacional de 1952

La historia del siglo XX en Bolivia está partida en dos y el punto de inflexión es el 9 de abril de 1952, el día que inició la Revolución Nacional que dio paso a un proceso reformador que no dio marcha atrás y que transformó el país, desde el coloniaje y feudalismo, hacia la nación y la democracia.

La reforma agraria, la nacionalización de los recursos naturales, la ampliación del voto a mujeres y campesinos son algunos de los cambios que trajo la revolución; sin embargo, uno de los cambios más importantes es la universalización de la educación, que abrió las puertas a la alfabetización de grandes sectores de la población, antes excluidos y cuyos efectos vivimos en el presente.

“Las reformas emergentes de la revolución nacional que desembocó en el movimiento del 9 de abril de 1952 tuvieron una importancia sustancial en la historia del país. Estas reformas significaron una modificación integral de cómo se concebía la nación”, señala Javier Zárate, docente de la carrera de Periodismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. 

Zárate explica que la revolución es el resultado de un proceso político de larga data que tuvo como un elemento esencial a la guerra del Chaco. 

“En esta guerra, se encontraron jóvenes de la ciudad que habían logrado terminar estudios, en muchos casos universitarios, y que convivieron, en el campo de batalla, con indígenas, que componían el grueso de la tropa del Ejército boliviano, mostrando con muchísima fuerza las profundas contradicciones que el país tenía delante”, señala.

Este proceso, iniciado durante la cruenta guerra de 1932, desembocó en movimientos de diferente índole, nacionalistas, de izquierda o anarquistas, los cuales, si bien ya existían, se vieron potenciados por las ideas de quienes retornaban del campo de batalla y que tuvieron su momento más álgido en la década de los años 50, con la Revolución Nacional y la implantación de diversas reformas, entre ellas la educativa.

“Estos movimientos terminaron con el movimiento del 9 de abril de 1952, cuando se instauró un nuevo gobierno liderado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), un partido que se había creado una década antes. Este partido gobernó durante los siguientes 12 años y un poco más, 12 años y medio, y ejecutó una serie de reformas profundas como la nacionalización de las minas, la nacionalización de otras industrias nacionales como los ferrocarriles, el establecimiento del voto universal a todos los mayores de 21 años, ya que hasta ese momento, el voto tenía limitaciones, el reconocimiento al voto de la mujer. Estas serían reformas de gran calado y, en el caso específico de la educación, se implantó una reforma educativa”, agrega.

 

El gobierno liderado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y con Víctor Paz Estenssoro como presidente, instauró cuatro medidas fundamentales: la reforma agraria, el voto universal, la nacionalización de las principales empresas mineras y la reforma educativa .

 

La reforma educativa y la universalización de la educación

La historiadora Magdalena Cajías de la Vega señala que, si bien durante la primera mitad del siglo XX se dieron avances claros respecto a la extensión de la educación pública en Bolivia, con un especial impulso durante los gobiernos liberales posteriores a la guerra del Chaco, éstos no fueron suficientes, ya que el censo de 1950 muestra que solamente el 32% de la población boliviana era alfabeta, quedando la mayor parte marginada de los beneficios de la educación.

En este contexto, en 1953, el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, mediante decreto supremo, conforma una Comisión de Educación, con la misión de elaborar un informe y llevar a cabo la reforma, la cual fue promulgada en 1955.

“Ante esta situación y decidida la Reforma Educativa, se plantea como uno de sus objetivos principales la incorporación de todos los bolivianos en edad escolar a la educación regular y a la realización de masivas acciones de alfabetización para los adultos analfabetos, asumiendo para sí un lema ya popular en diversos países de América Latina: ‘de una educación de castas a una educación de masas’”, puntualiza la historiadora.

Los resultados de esta política pueden ser observados en los datos del censo de 1976, explica Cajías.

“A lo largo de los siguientes años, la democratización educativa llega a resultados significativos. De acuerdo con los datos censales, la marginalidad educativa, es decir, la inasistencia a la escuela de la población de 5 a 14 años, pasa de un 72% en 1950 a un 36% en 1976, mostrando que esta marginalidad, aunque permanece con datos críticos, se ha reduce a la mitad en los 26 años transcurridos entre ambos Censos, lo que significa que, en la práctica, los postulados de la Reforma Educativa de 1955 alcanzaron importantes logros”, añade.

Por otra parte, el alcance de la construcción de nuevas escuelas también fue palpable durante los primeros años de la reforma, explica Cajías.

“En términos generales, la construcción y fundación de nuevas escuelas en todos los niveles fue un proceso masivo. Así, entre 1951 y 1964 se pasó de un total de 2.723 establecimientos educativos a 6.746, con un incremento cercano al 150%. La educación privada administraba el 51% de los establecimientos de educación inicial, el 5% en la educación primaria y el 47% en la secundaria”, recuerda.

En tanto, Zárate sostiene que esta reforma estableció la verdadera universalización de la educación en el país, porque se logró incorporar a grandes sectores de la población y reducir los índices de analfabetismo, además de introducir los conceptos de educación técnica y llevar las escuelas públicas a todos los rincones del territorio boliviano.

“Esta reforma educativa estableció la verdadera universalización de la educación. Si bien ya después de la guerra del Chaco con Busch y Villarroel, se habían hecho algunos avances en la enseñanza industrial en cuestiones rurales, la aparición del Warisata, por ejemplo, es con la reforma de 1952 que se lleva adelante un cambio en el modelo educativo. Se estableció por un lado la universalidad y la obligatoriedad de la educación, lo que implicó hacer inversiones para la habilitación de escuelas en absolutamente todo el país”, explica el docente. 

La reforma educativa buscaba que la escuela pueda ser un espacio activo de trabajo productivo que pueda ayudar efectivamente a una transformación cualitativa de la nación. El proceso fue exitoso, ya que los preceptos de la reforma sobrevivieron a dictaduras militares y cambios de gobiernos democráticos hasta mediados de los años noventa.

El experto agrega que el calado de esa reforma fue muy importante al haber perdurado durante muchísimo tiempo. “Las reformas posteriores en la práctica han cambiado algunos criterios, la reforma de los 90s, lo multicultural plurilingüe y, la más actual, básicamente los contenidos, pero reformas esenciales de la década de los cincuentas no han sido modificados ya que ahí se estableció los dos criterios más importantes que son la universalización y la obligatoriedad de la educación, garantizando que todas y todos los bolivianos tengamos acceso irrestricto a todos los niveles de la educación”, finaliza el académico.

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