Por Lily Zurita
Alguna vez se puso a pensar qué tipo de elementos extraños se encuentran alojados en la carcasa de su teléfono móvil. Sí, ése que lleva en la mano y que se acerca, al menos, una docena de veces al día a su boca, su oreja o roza la piel de su rostro.
Staphylococcus aureus, Aerobios mesófilos, Escherichia coli, mohos y levaduras son algunos de los microorganismos que podemos encontrar en los celulares y que son la causa de algunas patologías que afectan a las personas, provocándoles infecciones gastrointestinales, diarrea, vómitos, cólicos estomacales, afecciones cutáneas, infecciones en el tracto respiratorio, neumonía, tos, sinusitis, entre otros.
Una investigación realizada por alumnos de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, devela una alta carga microbiológica en este tipo de aparatos.
“La toma se realizó de la pantalla, bordes y parte posterior de más de una centena de celulares y como resultado obtuvimos que el 75% se encontraba con Staphylococcus aureus, 14% con Escherichia coli, 98% se encontró con aerobios mesófilos, 38 % con mohos y 80 % con levaduras”, explica Mary Cruz Martínez Torrez, docente de la carrera de Bioquímica y Farmacia en Unifranz, quien dirigió la investigación realizada por Leiddy Aguilarm Charlene Murillo, Daniela Tavera, Fátima Poquiviqui y Verania Rozales.
De instrumento de comunicación a portador de enfermedades
El teléfono móvil en la actualidad es una herramienta indispensable para la vida del ser humano. Se utiliza como medio de comunicación, herramienta de trabajo, cámara fotográfica, filmadora, grabadora, calculadora, entre otros. Desde la aparición de las redes sociales, los usuarios no se desprenden de él ni para ir al baño.
Con más de 15.000 millones de dispositivos móviles (celulares) circulando por el mundo, hasta fines de 2022 y una proyección de 18.000 millones para 2025, los teléfonos celulares casi duplican el total de la población mundial. Muchas personas no sólo tienen un aparato, sino hasta dos o tres que los usan frecuentemente.
“Sabemos que las manos son un medio de contaminación elevado ya que tocan todas las superficies. Con esas mismas manos manipulamos el celular diariamente. Pero, las manos las lavamos frecuentemente, en cambio los celulares no los desinfectamos adecuadamente”, explica Martínez.
Estos microorganismos pueden provenir tanto del ambiente como de las manos de las personas, que entran en contacto directo con los celulares. Algunos de estos microorganismos son parte de la flora normal de la piel, pero otros pueden ser patógenos oportunistas que causan enfermedades.
Qué son las bacterias y cómo se transmiten
Las bacterias son organismos microscópicos unicelulares que pueden vivir en todos los medios y ambientes imaginables. Se encuentran entre las formas de vida más antiguas conocidas en el planeta.
Viven en el suelo, en el agua del mar y en las profundidades de la corteza terrestre. También, en los cuerpos de personas y animales, en la piel y en las vías respiratorias, la boca y los tractos digestivo, reproductivo y urinario, sin causar ningún daño. Se ha comprobado que ciertas bacterias pueden vivir, incluso, en los desechos radiactivos.
Sin embargo, pocos tipos de bacterias, más conocidas como patógenos, causan enfermedades. A veces, bajo ciertas condiciones, la flora bacteriana residente puede actuar como patógeno y causar enfermedades.
Martínez señala que las bacterias causan enfermedades mediante la producción de sustancias nocivas (toxinas), la invasión de tejidos o ambas cosas. Algunas bacterias pueden desencadenar una inflamación que puede afectar el corazón, los pulmones, el sistema nervioso, los riñones o el tubo digestivo.
Las bacterias se transmiten de forma directa (de persona a persona, de animal a persona, de la madre al feto) e indirectamente a través de los gérmenes que dejó una persona en alguna superficie física.
Todo instrumento que haya tenido contacto con una persona infectada puede contagiar bacterias, desde los más simples como un lapicero, los botones de los ascensores o los interruptores de luz hasta el teclado de computadora, el mouse, los cajeros automáticos o los audífonos, entre otros.
“Recordemos que las bacterias pueden estar vivas en superficies inertes ya que tienen un ambiente de crecimiento adecuado por la humedad y temperatura de crecimiento de ellas”, dice la bioquímica.
Bacterias más comunes
Los microorganismos que se encuentran en los teléfonos celulares, con mayor frecuencia, son:
1 Escherichia coli
Es una bacteria termo resistente. La presencia de este microorganismo indica contaminación de origen fecal. Causa una infección gastrointestinal con presencia de diarrea, calambres estomacales, náuseas y vómitos.
Una forma de contraer una infección por esta bacteria es comer alimentos contaminados como carne molida, leche no pasteurizada, verduras crudas, agua contaminada y el contacto entre personas y con superficie contaminada.
2 Staphylococcus aureus
Pertenece a la familia Staphylococcaceae. Tiene forma de coco y puede aparecer en parejas, en cadenas o en racimos. Es inmóvil y algunas cepas producen una cápsula externa mucoide que aumenta su capacidad para producir infección.
Estos microorganismos están presentes en la piel o nariz de personas sanas, y frecuentemente causan infecciones en la piel, neumonía, endocarditis, osteomielitis, artritis infecciosa, síndrome de shock tóxico, síndrome de la piel escaldada estafilocócica o toxiinfección alimentaria.
3 Mohos
Son organismos microscópicos que viven en la materia animal o vegetal. Juegan un papel muy importante en la descomposición de la materia muerta. El moho crece en condiciones cálidas y húmedas y se reproduce por esporas. Está presente en el ambiente, en la ropa, en la casa, en las mascotas, entre otros.
Dependiendo del sistema inmunológico de cada persona, puede afectar la salud provocando congestión nasal, sinusitis, problemas respiratorios, tos, irritación en la garganta, dolor de cabeza, ardor en los ojos, entre otros.
Finalmente, Martínez señala que es muy importante tener en cuenta la carga bacteriana que puede estar alojada en los instrumentos que utilizamos día a día, como también el peligro que alberga al no desinfectar aquellas superficies.