Por Manuel filomeno
Los tiempos cambian y con él cambian las dinámicas profesionales, nuevas tecnologías irrumpen en la vida de las personas y los profesionales que se puedan adaptar a estos cambios serán aquellos que dominen el mundo laboral en los siguientes años.
Inteligencia artificial (IA), análisis de datos y cloud computing (servicios en la nube) son términos que, hasta hace poco, sólo se escuchaban entre los entusiastas de las nuevas tecnologías y científicos, pero que ahora son aplicados a todos los aspectos de la vida y los negocios, haciendo indispensable un cambio de mentalidad entre los profesionales, en especial, los administradores de empresas.
“El perfil del administrador de empresas del siglo XXI se caracteriza por ser digitalmente competente, ágil, colaborativo y con mentalidad global, esto con un enfoque en el logro de resultados para que integren los elementos de gestión y de sus consecuencias en este mundo globalizado”, explica Rodrigo Ávalos, docente de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Ávalos indica que la era digital ha permitido acceder a más datos e información, facilitando la colaboración remota y la toma de decisiones basadas en evidencia, tanto en tiempo real cómo de manera autónoma en términos de decisiones repetitivas dentro de cualquier organización que tiene como eje principal enfocarse en satisfacer las necesidades de su cliente hasta en los comportamientos más inverosímiles de acción de cualquier persona.
“Sin embargo, esto representa mayor complejidad y dinamismo, obligando al administrador moderno a actualizarse constantemente. Por lo tanto, el administrador de empresas ahora debe dominar herramientas como inteligencia artificial, big data y automatización además de adoptar el cloud computing para tomar mejores decisiones. En tal sentido, el desarrollo de habilidades blandas también precede al entendimiento de la transformación del perfil del administrador de empresas”, explica el experto.
Así, por ejemplo, la IA tiene el potencial de brindar una amplia variedad de beneficios, incluyendo la automatización de procesos, el análisis de grandes cantidades de datos, la mejora de la experiencia del cliente y la reducción de errores humanos, entre otros.
Análisis de grandes cantidades de datos: la IA puede analizar grandes cantidades de datos en poco tiempo, lo que permite a las empresas tomar decisiones más informadas y precisas, basadas en información detallada y en un análisis en tiempo real.
Mejora de la experiencia del cliente: también puede mejorar la experiencia del cliente a través de chatbots y asistentes virtuales. Estos pueden ayudar a los clientes a obtener respuestas rápidas y precisas a sus preguntas, así como a resolver problemas en tiempo real, lo que aumenta la satisfacción del cliente.
Automatización de procesos: la inteligencia artificial puede automatizar tareas rutinarias y repetitivas, lo que permite a los empleados centrarse en tareas más estratégicas y creativas. Esto aumenta la eficiencia y la productividad, y también puede reducir costes operativos.
Reducción de errores humanos: la IA puede reducir los errores humanos en los procesos empresariales, lo que aumenta la precisión y la calidad del trabajo. Esto puede ser especialmente importante en áreas como la gestión de la cadena de suministro y la producción, donde pequeños errores pueden tener consecuencias graves.
De la misma manera, el big data ayuda a las organizaciones a aprovechar los datos que generan y aplicarlos para identificar nuevas oportunidades como reducciones de coste, mayor velocidad y precisión en la toma de decisiones y la formulación de nuevos productos y servicios, basados en el comportamiento de sus clientes.
Por su parte, el cloud computing permite acceder a un gran volumen de información relativa a la actividad de la empresa sin necesidad de invertir en una infraestructura para acceder y disponer de la misma, gracias a lo cual se puede ahorrar en la implementación de hardware y software, ya que éste se encuentra en la nube.
Esto permite una optimización en la gestión del tiempo y en la eliminación de barreras ya que les permite mantener relaciones empresariales en cualquier parte del mundo, ya que sólo hace falta tener una conexión a Internet y un ordenador o dispositivo para trabajar con él.
Los principales desafíos
Ávalos indica que, si bien las nuevas tecnologías y los cambios en la mentalidad de los profesionales y clientes brinda una miríada de nuevas oportunidades, también conlleva importantes desafíos, como las brechas digitales, la resistencia al cambio y dilemas éticos.
“A corto plazo, los principales desafíos incluyen brechas de habilidades digitales, resistencia al cambio organizacional y dilemas éticos en torno al uso de tecnologías emergentes. Se debe invertir en capacitación, cambiar mentalidades y establecer guías éticas claras. Como afirma la empresaria Reshma Saujani, ‘la innovación sin consideración conduce al caos’”, puntualiza.
Por otra parte, en el largo plazo los desafíos son un tanto inciertos, tanto en el desarrollo de los nuevos modelos de análisis más complejos dentro de una gigantesca vorágine de incertidumbre y debido a las nuevas tendencias en los comportamientos de la sociedad cada vez más inmersa en el cuidado del medio ambiente y la privacidad.
A pesar de la incertidumbre, Ávalos remarca que el futuro de la gestión empresarial estará moldeado por tecnologías como realidad extendida, blockchain, cuántica e IA general, por lo que los administradores en formación deben mantenerse atentos a los cambios para no quedar desactualizados.
“Actualmente la perspectiva del administrador deberá consistir en involucrarse con una mayor dedicación a estos cambios radicales como: en la forma de tomar decisiones desde un punto de vista más técnico y sobre todo contemplando un análisis más complejo; lo que conlleva encontrar su principal naturaleza que es mejorar la sociedad y entregar beneficios a un mercado con necesidades insatisfechas”, manifiesta.
Asimismo, agrega el experto, tenemos las nuevas corrientes de gestión que serán la digitalización de las organizaciones y la imparable creación de la IA general que será empleada ya no como un aditamento de apoyo sino como un verdadero centro de análisis y complemento insustituible de las empresas.