La revolución digital impulsada por la inteligencia artificial (IA) ha generado un debate creciente sobre su impacto en el empleo. Si bien la tecnología optimizó la productividad, el crecimiento mundial y ha elevado los ingresos en todo el mundo, también amenaza con reemplazar empleos y profundizar la desigualdad económica y social.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la IA afectará a casi el 40% de los empleos en todo el mundo, reemplazando algunos y complementando otros. En las economías avanzadas, alrededor de un 60% de los empleos podrían verse afectados por una transformación radical del mercado laboral.
Aunque el panorama parece sombrío, la IA plantea oportunidades significativas, indica Sergio Valle, presidente ejecutivo de FUNDETIC – Bolivia (Fundación para la Democratización de la Informática y las Tecnologías de Información y Comunicación para Bolivia).
“Si bien la IA presenta desafíos, también ofrece oportunidades significativas. Con las políticas y regulaciones adecuadas, podemos asegurarnos de que los beneficios de la IA se distribuyan de manera justa y equitativa”, indica.
Para Valle, el país podría desarrollar una estrategia nacional de IA que incluya la inversión en educación y formación en habilidades, el desarrollo de una infraestructura tecnológica sólida, la generación de fondos para impulsar la innovación en IA, la investigación y políticas que ayuden a los trabajadores a adaptarse a los cambios en el mercado laboral causados por la IA y su aplicación específica en áreas como la salud y la educación.
En la misma línea, el director de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Marcelo Pacheco, sostiene que, si bien la automatización puede llevar a la pérdida de empleos en tareas rutinarias, se prevé la creación de nuevos puestos en áreas tecnológicas, ciencia de datos y ciberseguridad.
“Muchos empleos existentes se transformarán, requiriendo que los trabajadores adquieran nuevas habilidades y se adapten a trabajar junto a tecnologías avanzadas. Este cambio plantea el riesgo de aumentar la desigualdad económica, beneficiando desproporcionadamente a los trabajadores altamente calificados”, afirma.
Para el académico, el rol del gobierno, las empresas y la sociedad, a través de políticas de educación continua y apoyo a la transición laboral, será crucial para mitigar el impacto negativo y aprovechar las oportunidades que la IA ofrece.
La adaptación a estos cambios y la preparación para el futuro del trabajo son fundamentales para navegar en este panorama en evolución.
En Bolivia, según Pacheco, el impacto de la IA en el mercado laboral podría variar según el sector y la región. “La clave será invertir en educación y capacitación en habilidades digitales, fomentar la innovación y desarrollar políticas que apoyen la transición laboral y la inclusión digital, asegurando que todos los sectores de la sociedad se beneficien de los avances tecnológicos”.
La IA podría profundizar la desigualdad
En el informe del FMI también se dice que la IA podría aumentar la desigualdad, debido a que muchos países emergentes y en desarrollo no cuentan con la infraestructura ni la fuerza laboral cualificada necesaria para explotar las ventajas de la IA.
Valle señala que el riesgo es que, con el tiempo, la tecnología profundice la desigualdad entre las naciones, en sentido de que los trabajos que requieren habilidades de IA suelen estar mejor remunerados, lo que podría aumentar la brecha salarial entre unos y otros, acentuando las diferencias, creando una economía dividida entre sectores de alta tecnología y empleos tradicionales en riesgo de automatización.
Para contrarrestar esto, Pacheco sostiene que es crucial implementar políticas inclusivas que promuevan el acceso equitativo a la educación tecnológica y el desarrollo de habilidades, asegurando que los avances en IA beneficien a toda la sociedad.
Regulación de la IA
Una mayor regulación de la IA podría ser parte de la solución para abordar los desafíos éticos, de seguridad y de equidad que plantea su desarrollo y aplicación. El tema fue abordado, incluso, en la reunión anual del Foro Económico Mundial que recientemente se realizó en Davos, Suiza.
“La regulación adecuada puede garantizar que la IA se desarrolle y utilice de manera responsable, protegiendo los derechos y la privacidad de las personas, asegurando la transparencia y fomentando la equidad. Esto incluye normas para evitar sesgos discriminatorios y garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan más equitativamente”, dice al respecto Marcelo Pacheco.
Sin embargo, cualquier iniciativa de regulación debe equilibrarse cuidadosamente para no sofocar la innovación y complementarse con políticas educativas y de desarrollo de habilidades.
Por su parte, Valle asegura que Bolivia también podría beneficiarse con una regulación global de la IA, porque se lograría que ésta “se utilice de manera ética y responsable”.
Cómo evitar llegar a los extremos alertados por el FMI
Para evitar llegar a los extremos que advierte el FMI, es crucial encontrar un equilibrio en las políticas que permitan explotar de forma segura el vasto potencial de la IA en beneficio de la humanidad.
Pacheco plantea asumir cinco medidas urgentes:
- Educación y capacitación continua: invertir en educación para desarrollar habilidades digitales. Por ejemplo, Singapur implementó el programa SkillsFuture para ofrecer a sus ciudadanos oportunidades de aprendizaje en habilidades relevantes para el futuro.
- Políticas de inclusión digital: para garantizar el acceso equitativo a la tecnología en todas las regiones y sectores socioeconómicos. Ruanda, por ejemplo, ha hecho grandes esfuerzos para convertirse en un hub (centro) tecnológico, mejorando su infraestructura digital y el acceso a la educación en TIC.
- Fomento de la innovación y el emprendimiento: apoyar a startups y empresas que desarrollen soluciones de IA, con un enfoque en resolver problemas locales y crear empleo. En Estonia, el gobierno ha creado un ecosistema favorable para las startups, incluyendo facilidades para la creación de empresas y acceso a financiamiento.
- Regulaciones éticas y responsables: desarrollar marcos regulatorios que aseguren el uso ético de la IA, protegiendo los derechos de los individuos y promoviendo prácticas justas. La Unión Europea está trabajando en una regulación de IA que busca ser un referente global en términos de ética y seguridad.
- Colaboración internacional: participar en foros y acuerdos internacionales para abordar los desafíos globales de la IA, compartiendo mejores prácticas y recursos. La colaboración entre países en el G7 para establecer principios comunes sobre la IA es un ejemplo de esto.
“Estas medidas pueden ayudar a maximizar los beneficios de la IA mientras se minimizan los riesgos de desigualdad”, puntualiza.
En el caso de Bolivia, Valle manifiesta que se podrían considerar varias estrategias que incluyan la inversión en formación de habilidades de IA, desarrollo de infraestructura tecnológica sólida, creación de políticas que ayuden a los trabajadores a adaptarse a los cambios en el mercado laboral y trabajo conjunto entre sector público, privado y académico en esta materia.
Los desafíos son significativos, como la automatización de trabajos rutinarios y el riesgo de acentuar la desigualdad. Sin embargo, también ofrece oportunidades para crear nuevos empleos y aumentar la eficiencia en diversos sectores.
“Es crucial que los gobiernos, las instituciones educativas y el sector privado trabajen juntos para desarrollar estrategias que incluyan la recualificación de la fuerza laboral, el fomento de la innovación y la implementación de políticas de protección social adecuadas”, puntualiza Pacheco.
La adaptación proactiva a la innovación, con un enfoque en la equidad y la inclusión, permitirá a las sociedades aprovechar los beneficios de la IA mientras minimizan sus riesgos, asegurando un futuro laboral sostenible y resiliente para todos.