La esperanza de muchos estudiantes que inician su etapa de profesionalización en la Universidad apunta a consolidar un futuro laboral estable. Al concluir su carrera universitaria anhelan trabajar en su rubro y crecer profesionalmente. La generación de oportunidades laborales para estos jóvenes se mantiene como una deuda pendiente de la sociedad.
Las instituciones educativas y el sector empresarial tienen cierto grado de participación en esta problemática, dado el carácter formador de los futuros profesionales por parte de las primeras y el rol generador de fuentes de empleo por parte de los segundos. Sin embargo, la principal responsabilidad envuelve a los diferentes niveles de gobierno (central, departamental y local), cuya obligación es la generación de políticas públicas que garanticen acceso a trabajo digno para los jóvenes.
“En Bolivia, el empleo digno es una ilusión” es un artículo de opinión de Bruno Rojas Callejas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA). El artículo asevera que, el “empleo digno”, tal como lo establece la Carta Magna, con “seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con remuneración o salario justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna”, es una ilusión e imposible en el país.
Desde el Observatorio Nacional del Trabajo (ONT) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, también se analiza la actual situación del empleo juvenil. Leonid Herrera, experto en capacitación de recursos humanos y coordinador del ONT considera que la actual coyuntura ofrece una oportunidad a las instituciones de educación superior para mejorar la percepción de la población respecto al empleo juvenil y mejorar las oportunidades laborales de los jóvenes.
Herrera menciona algunas medidas que podrían asumirse desde las instituciones de educación superior.
– Fomentar la formación y capacitación en habilidades demandadas por el mercado laboral. “Las instituciones de educación superior pueden colaborar con empresas e instituciones relevantes para identificar las habilidades que se necesitan en el mercado laboral actual y asegurarse que los estudiantes reciban la capacitación adecuada para desarrollar estas habilidades”, dice.
– Promover el emprendimiento, fomentando el espíritu emprendedor y ayudando a los estudiantes a desarrollar habilidades empresariales para crear sus propias empresas y empleo. Incluye programas de incubación y aceleración de empresas, mentorías y asesoramiento empresarial.
– Establecer alianzas estratégicas con empresas y otras instituciones para desarrollar programas conjuntos de formación y capacitación, prácticas y pasantías, y proyectos de investigación aplicada que permitan a los estudiantes adquirir experiencia laboral y desarrollar habilidades relevantes.
– Promover la educación continua, ofreciendo programas de educación continua (reskilling y upskilling) y de actualización de habilidades a graduados y otros profesionales que deseen mantenerse al día con las últimas tendencias en sus áreas de especialización.
– Fortalecer la empleabilidad. Las instituciones de educación superior pueden proporcionar servicios de orientación, evaluación de competencias, ferias del trabajo y apoyo para ayudar a los estudiantes y graduados a mejorar su marca personal para acceder a oportunidades laborales relevantes.
Estado debe implementar políticas de empleo juvenil
Herrera también enfoca su atención a la participación del Estado en la consolidación de una oferta laboral amplia para los jóvenes. Son muy diversas las acciones que pueden desempeñarse desde las instituciones públicas. Algunas propuestas planteadas por el especialista pasan por promover el desarrollo económico.
Se demanda al Estado mayor compromiso en el fomento para la creación de empresas en los sectores primario, secundario, terciario y cuaternario de la economía. Con estos incentivos se logra generar empleo. Para ello, el especialista sugiere políticas que estimulen la inversión y la innovación en estos sectores.
De manera paralela, está en manos del Estado la implementación de programas para jóvenes que desarrollen las habilidades demandadas por el mercado laboral y en sectores clave para el desarrollo económico del país, como la agricultura, la tecnología y otros rubros.
Estas acciones deben estar acompañadas de políticas de empleo juvenil, con programas específicos e incentivos para la contratación de jóvenes, la creación de programas de aprendizaje y el emprendimiento juvenil.
Generar fuentes de empleo es el reto del sector empresarial
Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, Jean Pierre Antelo Dabdoub, considera que el sector empresarial tiene un reto para los próximos meses y años que es el de generar fuentes de empleo.
“Para generar empleo se necesita mayor inversión y mayor capacitación, para que toda esa masa de jóvenes que se gradúa año tras año encuentre en el sector productivo una fuente de empleo y no tenga que recurrir al subempleo que hoy en día está creciendo y está poniendo en riesgo las fuentes de empleo formales”, afirma Antelo.