Afligidos y perdidos, así se sienten algunos padres al momento de intentar comunicarse con sus hijos, sobre todo cuando éstos están en la adolescencia, una época de transición que puede producir cambios significativos en las dinámicas de la familia.
Una diversidad de factores psicológicos hace que muchos padres no puedan conectar con sus hijos adolescentes; comunicación que podría perderse o agravarse si no es encarada oportunamente.
Establecer una conexión entre padres e hijos adolescentes es la base para que los segundos alcancen su bienestar mental y logren un aprendizaje social y emocional positivo.
A medida que los hijos crecen, la forma de comunicarse con ellos es una manera de mostrarles cariño y respeto. De ahí que poner en práctica algunos trucos para mantener una buena comunicación ayuda a mejorar esa relación.
¿Recuerda aquello que tanto le molestaba de sus papás cuando era joven? Aunque parezca gracioso, lo mismo les molesta a los hijos adolescentes actualmente.
La directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Patricia Angulo, asegura que, para que la comunicación entre padres e hijos tenga sentido, debe haber algo en común en el mensaje que se quiere transmitir.
“La forma cómo nos comunicamos va a definir la relación. Los conflictos surgen cuando no hay ‘ese algo en común’ y cuando la relación se define en función a cómo hemos percibido el mensaje”, dice la académica.
En la relación padres e hijos adolescentes hay aspectos que afectan la comunicación, tales como:
- La brecha generacional. Las diferencias en la forma de ver el mundo y los valores pueden dificultar la comunicación efectiva.
- Tiempo. La falta de tiempo puede resultar en conversaciones superficiales o incluso en la ausencia de conversaciones significativas.
- Tecnologia. Pasar demasiado tiempo en dispositivos electrónicos puede reducir las interacciones cara a cara y afectar la calidad de la comunicación.
La comunicación con hijos adolescentes implica tener en cuenta estos aspectos, además de su desarrollo emocional, cognitivo y social.
Cuatro consejos que ayudan en la comunicación
Existen algunas pautas que ayudan a tener una comunicación efectiva y, por tanto, una relación positiva entre padres e hijos adolescentes.
- Escucha activa: demostrar interés en lo que tiene que decir, escuchar sin interrumpir, valida sus sentimientos y pensamientos.
- Empatía: los padres deben tratar de ponerse en su lugar y entender sus perspectivas.
- Comunicación no verbal: hay que prestar atención al lenguaje corporal y expresiones faciales. Estos aspectos de la comunicación pueden transmitir mucho sobre la actitud y disposición para escuchar.
- Negociación y toma de decisiones conjuntas: involucrar a los hijos en la toma de decisiones cuando sea posible. Esto les da una sensación de control y autonomía, lo que es especialmente importante durante la adolescencia.
En las conversaciones con un hijo adolescente se puede abordar una amplia gama de temas para fomentar una comunicación abierta y saludable, como: intereses y pasatiempos, sus proyectos y planes, su experiencia en el colegio, la tecnología, la actualidad o cualquier tema que genere curiosidad en el adolescente también es importante.
Se debe buscar un momento en los que ambos estén relajados y puedan hablar sin distracciones ni presiones de tiempo. Lo importante es mantener líneas abiertas de comunicación en ambos niveles.
Angulo sostiene que, si bien no hay una única manera de abordar las conversaciones con un hijo adolescente, “lo más importante es asegurarse de que el ambiente sea propicio para que se sienta cómodo compartiendo sus pensamientos y preocupaciones, ya sea en conversaciones uno a uno o en un contexto familiar más amplio”.
Consecuencias de la falta de comunicación
La falta de comunicación entre padres e hijos puede tener varias consecuencias negativas que afectan tanto la relación familiar como el desarrollo emocional y psicológico de los adolescentes:
- Falta de confianza, aislamiento emocional, dificultades en la resolución de conflictos.
- Baja autoestima, dificultades académicas, riesgo de comportamientos problemáticos o falta de límites claros.
En general, la falta de comunicación puede crear un ambiente emocionalmente inestable en la familia y tener un impacto negativo en el desarrollo de los hijos.
Nuevas tecnologías y comunicación
Las nuevas tecnologías pueden afectar tanto a los padres como a los hijos por el hecho de que, al estar absortos en sus dispositivos móviles, se pierde la participación en conversaciones significativas y la conexión interpersonal.
Pasar mucho tiempo en línea puede llevar a un sentido de aislamiento, ya que las personas podrían estar conectadas en línea, pero desconectadas emocionalmente en la vida real. Esto podría disminuir la interacción cara a cara y el tiempo de calidad en familia.
“Las redes sociales pueden influir en la comparación constante de las vidas de los demás. Esto podría afectar la autoestima de los adolescentes y su disposición a comunicarse sobre sus propias experiencias y emociones”, concluye la académica.