Por Guiomara Calle
¿Pueden los cigarrillos electrónicos ayudar a dejar de fumar tabaco y evitar riesgos de cáncer para la salud? La respuesta es definitivamente que no, pues cada vez más estudios aseguran que también tiene riesgos cancerígenos y causa otros efectos nocivos para la salud, sin embargo, es adquirido erróneamente para cuidar a personas con adicción.
Si ponemos a Bolivia bajo la lupa, la situación es preocupante. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), el 7,4 % de los bolivianos consume tabaco y la mayoría tiene entre 12 y 24 años; de ellos, el 9,6% prefiere los cigarrillos electrónicos. Esta última cifra es “alarmante” para el organismo internacional, que asegura que quienes lo consumen tienen al menos el doble de posibilidades de fumar cigarrillos con tabaco más tarde en su vida y que, además, están expuestos a otros daños por la gran cantidad de compuestos químicos que éstos contienen.
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos a batería que calientan un líquido hasta transformarlo en vapor (aerosol), el cual es inhalado, por eso también son conocidos como vapeadores; pero este vapor de agua es mezclado con nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas peligrosas. Para la OPS/OMS son la forma más común de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) y Sistemas Electrónicos Sin Nicotina (SESN).
Para Gabriel Mendoza, patólogo y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, los vapeadores son erróneamente considerados un sustituto o un dispositivo de ayuda para aquellas personas que quieren dejar el tabaco, cuando hay evidencias que muchos de ellos, dependiendo de la marca, tienen nicotina y otros peligros cancerígenos que aún son ignorados por la población.
“Se ha visto que los cigarrillos electrónicos sí tienen cancerígenos y uno de ellos es la nitrosamina, que es un cancerígeno muy potente que puede causar lesiones pulmonares, principios de cáncer, en unos 10 a 15 años después de estar usando diariamente estos dispositivos”, alerta el médico.
Neumonía lipoidea, la nueva enfermedad de vapeadores
El médico patólogo que estudia las causas, desarrollo y consecuencias de las enfermedades, advierte además que el vapor que sale de los cigarrillos electrónicos tiene también sustancias aceitosas, como el glicerol, que se acumula en el moco pulmonar y ocasiona que se produzca más grasa en el organismo. “Hay una enfermedad nueva precisamente por el cigarrillo electrónico: la neumonía lipoidea, que hace un año se ha catalogado en España como enfermedad reciente”.
También conocida como evali (por sus siglas en inglés: E-cigarette or Vaping Use-Associated Lung Injury), la neumonía lipoidea es una enfermedad respiratoria aguda que puede ser grave y mortal. Según la Revista de Neumología de Colombia, el año 2019, en Estados Unidos se registraron los primeros casos de una enfermedad pulmonar grave de origen impreciso y asociada al consumo de cigarrillos electrónicos.
Se trataba de personas de 19 a 20 años que presentaron tos, expectoración (expulsión de moco), disnea (dificultad para respirar), dolor torácico, vómitos, náuseas, dolor abdominal, fiebre y cefalea (dolor de cabeza), entre otros, justo 90 días después de utilizar vapeadores. El 95% de ellos necesitó hospitalización, el 58% fue ingresado a cuidados intensivos y el 2% murió. La misma revista señala que en el mundo se reportaron hasta la fecha más de 2.000 casos y el 75% son varones de 13 a 75 años.
El tabaco afecta sobre todo a los pulmones, boca y laringe
En ese contexto, Mendoza alerta que fumar no es bueno para la salud, así sea el cigarrillo electrónico o el contiene tabaco porque ambos son cancerígenos. “El cigarrillo electrónico puede causar inflamaciones, bronquitis a corto y largo plazo y otras consecuencias más graves. Es importante concientizar a la gente sobre cuánto daño hace este dispositivo como también el cigarrillo de tabaco, que tiene casi 50 cancerígenos que no solo afectan al pulmón, sino también a la boca, la vejiga y a otros órganos”.
Agrega que el consumo de tabaco no solo tiene consecuencias en los pulmones, sino también en la boca, donde hay cambios en el color de los dientes, se vuelven amarillos; en la lengua y en la mucosa de la boca, lugares en los que aparecen manchas blancas pre cancerígenas; y en la laringe, porque produce ronquera. “Son los tres lugares más comunes donde las personas que fuman demasiado notan cambios y consecuencias”.
Según la OPS/OMS el tabaco mata cada año a cerca de ocho millones de personas en el mundo y más de un millón de ellos son personas expuestas al humo ajeno. La esperanza de vida de los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Este es el único producto de consumo legal que mata hasta la mitad de sus consumidores cuando se utiliza exactamente de acuerdo con las indicaciones del fabricante. Adicionalmente, el consumo de tabaco tiene efectos perjudiciales para el medio ambiente, la economía y la explotación infantil.