Por Juan Rene Castellón
Alex tiene 40 años de edad y camina con una muleta. Sufre de artrosis. Esta enfermedad está asociada usualmente al envejecimiento, aunque también puede presentarse en personas jóvenes.
La artrosis es una enfermedad crónica degenerativa que afecta las articulaciones del cuerpo. Se caracteriza por el desgaste gradual del cartílago que recubre las articulaciones, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El cartílago es un tejido suave y elástico que actúa como amortiguador entre los huesos y permite un movimiento suave y sin fricción. Cuando se desgasta, los huesos se frotan entre sí y provocan dolor, rigidez, inflamación, sensibilidad y limitan el movimiento.
Alex padece artrosis en ambas rodillas y ya no puede caminar sin ayuda, porque siente dolor.
Liany Machado, docente de Reumatología de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifraz, señala que esta dolencia puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más común a medida que envejecemos.
La artrosis primaria, que es la forma más común, generalmente se desarrolla después de los 40 años de edad. Se han dado casos de afectación en personas más jóvenes, especialmente si existen factores de riesgo adicionales, como lesiones articulares previas, predisposición genética, obesidad o actividades físicas extenuantes. También la diabetes puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Las causas
Alex atribuye su enfermedad a la vida de excesos que ha llevado y también a una mala alimentación de pequeño.
Pero Machado indica que el desarrollo de esta dolencia en jóvenes puede deberse a diversas razones que incluyen:
– Lesiones articulares: Lesiones traumáticas, deportivas o lesiones repetitivas en una articulación.
– Malformaciones articulares: Algunas personas pueden tener malformaciones congénitas o anatómicas en las articulaciones, lo que puede predisponerlas.
– Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso corporal puede ejercer una presión adicional sobre las articulaciones, lo que puede contribuir al desgaste del cartílago.
– Actividad física intensa o repetitiva: La práctica de actividades físicas extenuantes o deportes de alto impacto pueden aumentar el riesgo.
Sin embargo, considera que la artrosis en jóvenes sigue siendo menos común que en personas mayores. Si se experimentan los síntomas a una edad temprana, aconseja buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento específico
Aunque la artrosis no tiene cura, existen diversos tratamientos disponibles para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Machado indica que los tratamientos que se aplican a personas adultas mayores son similares a los que se podrían recetar a los jóvenes.
El especialista recomienda la modificación en el estilo de vida. Incluye evitar actividades de alto impacto, utilizar dispositivos de apoyo (como férulas o bastones) para reducir la carga en las articulaciones, y practicar técnicas de manejo del estrés para reducir la tensión muscular.
De forma paralela, el médico recomienda mayor control del peso. El sobrepeso u obesidad daña las articulaciones. Al disminuir la carga sobre las articulaciones se logra una reducción del dolor y la progresión de la dolencia.
El tratamiento también se extiende a la utilización de medicamentos. Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol, pueden ayudar a controlar el dolor leve a moderado. En casos de dolor e inflamación intensos, se pueden recetar antiinflamatorios no esteroides o, en casos selectos, corticosteroides.
Cualquiera de los tratamientos anteriores puede acompañarse con terapia física. Permite el fortalecimiento de los músculos alrededor de la articulación afectada, mejora la estabilidad y flexibilidad, y reduce el estrés en la articulación. Son recomendables las terapias complementarias, como de calor o frío, la terapia manual y la electroterapia.
En los casos más severos se receta inyecciones de corticosteroides o ácido hialurónico. Se pueden aplicar directamente en la articulación afectada para reducir la inflamación y mejorar los síntomas.
Finalmente, está la alternativa de una cirugía para los casos graves. El especialista menciona algunos procedimientos como la reparación artroscópica, la realineación articular, la osteotomía (corte y reposicionamiento del hueso) o, en casos extremos, la sustitución de la articulación.
Machado resalta que el tratamiento de la artrosis en jóvenes debe ser individualizado y guiado por un médico especialista en enfermedades articulares (reumatólogo, traumatólogo, entre otros), quien evaluará la gravedad de la afección y recomendará el enfoque más adecuado para cada caso.