Sentado en una banca del salón 212 Mikel Etxaburu observa la clase con atención. Parpadea muy poco y se deja llevar por las palabras de la docente. Ella ofrece una charla de embriología a los estudiantes. En su curso utiliza la metodología de la gamificación para entretener a sus alumnos; aprender jugando es una de las mejores formas de aprender. Saltan las preguntas al salón y las respuestas abundan, hay quienes evitan contestar y hacen un dibujo en el pizarrón digital. Al final no hay perdedores y los ganadores son todos ellos. Mikel aplaude al finalizar la clase.
Etxaburu no es un estudiante más, él es un reconocido educador que llegó hasta la Universidad Franz Tamayo (Unifranz La Paz) desde la Universidad de Mondragón, en el norte de España. “El motivo de la visita es confraternizar, enraizar entre nosotros, sobre todo con nuestras perspectivas comunes de innovación. Para nosotros es radicalmente importante que la educación tenga perspectivas de transformación personal y social”, explicó.
Cuando acabó el periodo de juego, la docente presentó un video en el cual un señor sin manos le sacaba notas a una guitarra, él usaba los pies. El ejemplo sirvió para hablar de la superación constante y en la clase analizaron las razones por las cuales una persona nace sin manos. Esta forma de enseñar, con ejemplos y de forma amena, es una cualidad de Unifranz en su proceso de enseñanza.
En Unifranz el aprender haciendo llega a plasmarse en los proyectos integradores que se activan mediante el trabajo cooperativo, propuestas de solución a problemáticas propias de la vida profesional proporcionadas por los socios formadores aliados (instituciones públicas y privadas).
Mediante experiencias interactivas, guiadas y didácticas, el modelo de aprendizaje vivencial pretende que los estudiantes se involucren en su conocimiento y desarrollen las competencias necesarias para las organizaciones en las que trabajarán y en la vida misma.
Mikel no llegó solo, junto con él estaba Arantza Ozaeta. Ella tiene años imbuida en el proceso educativo y también forma parte del plantel docente de la Universidad de Mondragón, entidad que está entre las 10 mejores universidades españolas, según el ranking U-Multirank.
Ozaeta participó en la clase y al finalizar dijo: “Vivimos una época maravillosa, donde las formas de enseñar y de aprender son profundamente transformadas y la verdad es que son pocas las universidades que están haciendo un cambio tan profundo. Estamos viendo muchos cambios innovadores en las formas de enseñanza y aprendizaje tanto en Unifranz como en nuestra Universidad. Usamos ejemplos para repensar e imaginar. Estamos de acuerdo que con la teoría sola no hacemos nada y por eso aprendemos haciendo”.
El aprendizaje vivencial es un modelo de construcción de conocimiento que se fundamenta en la acción del individuo, quien aprende a través de la experiencia directa. Este enfoque fomenta el desarrollo de actitudes, destrezas y habilidades mediante la práctica, integrando la percepción sensorial y la reflexión para consolidar el conocimiento.
Los dos expertos españoles coinciden que Unifranz y la Universidad de Mondragón son entidades hermanas. “Hemos visto prácticas muy comunes entre nosotros, hemos visto unas clases maravillosas y unos docentes muy competentes. Por su parte, los estudiantes están muy centrados en su labor y pensamos que somos un colectivo afortunado”, añadió Arantza.
Caroline Ayala fue la encargada de acompañar a Mikel y Arantza en la travesía por las cuatro sedes de Unifranz en Bolivia (El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz). Ella es la Coordinadora Nacional de Desarrollo Curricular de esta casa de estudios superiores. “El objetivo de estas visitas a las sedes es que ellos puedan empaparse de la realidad que tenemos aquí en el tema de la transformación de educativa. Ellos nos aportan para seguir por un camino conjunto”, informó.
Acotó que los visitantes quedaron emocionados con las clases y el equipamiento en Unifranz, especialmente con los Head Labs. Mikel y Arantza tuvieron la posibilidad de participar en un par de cursos y también hablaron con docentes y estudiantes sobre las ventajas del “aprender haciendo”.
A pesar de la distancia física existen puntos en común entre ambas casas de estudios superiores. Eva Foronda, decana académica de Unifranz, valoró la presencia de Mikel y Arantza. “No es lo mismo hacer un diagnóstico desde España mirando nuestras páginas de Internet que venir, ver y conocer a nuestros estudiantes y docentes”, señaló.
Foronda enfatizó que los académicos españoles son facilitadores del programa de formación educativa en Unifranz. “Tenemos un mismo camino educativo con la Universidad de Mondragón. Trabajamos juntos, compartimos una misma visión y tenemos perspectivas conjuntas comprometidas con la transformación de la educación y la apuesta por la innovación”, explicó Foronda.
“Actualmente nosotros tenemos tres programas transformadores, en las carreras de Medicina, Ingeniería Comercial y Administración de Empresas. Pretendemos avanzar con la transformación educativa y extenderla a nuestras 14 carreras que tenemos en la sede La Paz”, sentenció.
Mikel y Arantza se llevaron buenos recuerdos de su paso por Unifranz. Aunque estaban muy lejos de su patria, ellos contaron que se sintieron casi como en su casa. Después de todo, ambas instituciones tienen los mismos sueños y anhelos educativos.