¿Se podrá detectar y prevenir enfermedades cardiacas? Estudiantes de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz El Alto desarrollaron el “Sistema de monitoreo y control de la salud cardiaca”. El equipo evalúa la frecuencia cardiaca, la oxigenación de la sangre y la temperatura del paciente para advertir pequeñas irregularidades que, en el futuro, deriven en problemas mayores.
“Esta tecnología permite una evaluación precisa del estado de salud de los pacientes, los ayudará con el seguimiento y su monitoreo. Los médicos obtendrán mayor información en pro de una detección temprana de posibles problemas y la toma de decisiones médicas informadas”, aseguró Ana Cristina Calderón la estudiante quien elaboró el proyecto junto con Fabiva Ramos.
Las jóvenes atravesaron diversos desafíos como la adquisición de sensores poco comunes en el mercado y el diseño de procesos adecuados para la obtención precisa de datos. Estos elementos manifestaron la importancia del análisis y desarrollo de sistemas que es una de las áreas de formación de la universidad. A través de ella, tuvieron un adecuado manejo en electrónica, microcontroladores, microprocesadores e ingeniería biomédica.
“El impacto potencial de esta tecnología es significativa. Se espera que el sistema coadyuve en la detección temprana que, junto con un seguimiento adecuado, ayude a mejorar la calidad de vida de los pacientes y reduzca los costos asociados con el tratamiento de enfermedades cardíacas avanzadas”, aseguró Fabiva Ramos.
Las estudiantes planean expandir el sistema para múltiples usuarios y la incorporación de conexiones Bluetooth para la transferencia de datos en tiempo real. Además, buscan desarrollar una aplicación móvil para una experiencia más accesible a los pacientes. Este tipo de proyectos no sólo tiene un impacto tangible en la salud de la población, sino que promueven el aprendizaje práctico y el desarrollo profesional de los estudiantes.
Ambas jóvenes ven, en esta experiencia, un recurso invaluable para explorar nuevas tecnologías y mejorar sus habilidades como futuras ingenieras. “Este tipo de oportunidades nos ayudan de gran manera porque en la práctica se aprende de mejor manera. Podemos advertir dónde tenemos mayores dificultades y sobre las cuales podemos mejorar”, aporta Fabiva.
El docente y tutor, Ronald Aliaga, aseguró que la actividad fortalece la investigación, las habilidades lógicas, el análisis y las destrezas motoras de los estudiantes. “La formulación del proyecto es parte de los contenidos de la materia de Microprocesadores y Microcontroladores que tiene como base el diseño, programación e implementación de placas electrónicas. Es una manera de formarse a partir de la experiencia ‘aprender haciendo’. Además de fortalecer las áreas de estudio para dar respuesta a las necesidades de nuestro entorno y la sociedad”, dijo.
El profesional explicó que el proyecto es un ejemplo de cómo la tecnología, en sinergia con otras áreas de estudio, puede dar lugar a soluciones innovadoras que marquen una diferencia en la vida de las personas. “El propósito es el de llevar a los estudiantes a la biomedicina, dónde ellos aprendan sobre aspectos esenciales como la importancia de los signos vitales y el control de parámetros médicos (…) No olvidemos que la medición de estos datos fue de mucha ayuda durante la pandemia porque servía como base de medicación y análisis del estado de salud de los pacientes”, añadió Aliaga.
Asimismo, agregó que a partir de estos conocimientos se puede migrar a estudios más profundos como el estudio de pulsos eléctricos de los músculos y cerebro, para la toma de decisiones mecánicas en el cuerpo humano.
Principal causa de mortalidad
Este proyecto fue elaborado porque, a nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares se encuentran entre las principales causas de mortalidad en el mundo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Las alarmantes cifras ponen de manifiesto la importancia de la prevención.
Según un informe de la OPS, las enfermedades cardiovasculares cobran la vida de aproximadamente 17,3 millones de personas cada año, con proyecciones que sugieren un incremento en estas cifras para 2030. Sin embargo, especialistas destacan que entre el 70% y el 80% de los infartos o ataques al corazón podrían evitarse con medidas adecuadas, por lo que la prevención se torna imperativa.
Los alarmantes datos, sumados al padecimiento de estas mismas afecciones por parte de sus propios familiares, motivaron a Fabiva Ramos y Ana Cristina Calderón, ambas estudiantes de Ingeniería de Sistemas, a traducir sus conocimientos en una innovadora propuesta que contribuya al campo de la salud mediante la ingeniería.