Por Lily Zurita
Vivir con la nariz congestionada, de día y de noche, no es nada divertido para las personas y, más bien, implica una serie de molestias que afectan su calidad de vida.
Respirar es un acto básico, aunque muchas veces olvidemos su importancia y no midamos las consecuencias cuando la misma no se realiza de forma adecuada ya que, si bien el cuerpo se adapta a las nuevas circunstancias, provoca menos suministro de oxígeno y genera una abundancia de agentes irritantes.
En 2017, José tuvo un accidente jugando a la pelota que derivó en una desviación del tabique nasal que le dificulta la respiración. La situación se le complica en horas de la noche, ya que cuando está durmiendo despierta en reiteradas oportunidades porque, al respirar por la boca debido a la obstrucción en su nariz, se atraganta; además causa incomodidad a los miembros de su familia que aseguran que su papá parece “un tractor” cuando duerme.
Fernando Siles, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que algunas personas respiran por la boca cuando duermen debido a diferentes factores.
La causa más frecuente es la congestión nasal, que puede ser causada por alergias, un tabique nasal desviado o el uso de ciertos medicamentos como obstrucción nasal, problemas en las vías respiratorias superiores o trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como la apnea obstructiva del sueño.
“Al acostarse, los vasos sanguíneos del interior de la nariz se llenan de sangre, y si no se puede respirar fácilmente por la nariz, el cuerpo puede buscar aire abriendo la boca, lo que crea un círculo vicioso y lleva a la respiración oral”, indica.
No respirar adecuadamente puede tener un impacto negativo significativo en el organismo, por ende, respirar por la boca durante el sueño puede aumentar el riesgo de trastornos del sueño, como ronquidos, apnea del sueño e hipopnea.
Esto puede llevar a una mayor fatiga diurna, aumentar la presión arterial y provocar estrés en el cuerpo. Además, los niveles de oxígeno en la sangre pueden descender, lo que afecta la salud en general.
Apnea del sueño
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno del sueño en el que las vías respiratorias se obstruyen parcial o completamente durante el sueño, lo que provoca pausas, interrupciones en la respiración.
“Esto puede llevar a una disminución del flujo de oxígeno al cuerpo y puede tener efectos graves en la salud, como aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas metabólicos, fatiga diurna, somnolencia y problemas cognitivos y de concentración”, dice el docente universitario.
Cómo detener este problema
Si bien un especialista es el profesional más indicado para tratar el problema de la respiración por la boca durante el sueño, se pueden tomar algunas medidas caseras, tales como:
- Evitar comer cerca de la hora de acostarse para minimizar la congestión.
- Realizar irrigación salina nasal para descongestionar suavemente la nariz.
- Considerar el uso de tiras nasales o dilatadores nasales para abrir las vías respiratorias.
“Sin embargo, es esencial abordar este problema con precaución y consultar a un especialista en medicina del sueño u otorrinolaringólogo para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado”, puntualiza el médico.
Por ejemplo, si se trata de un trastorno del sueño como la apnea, se pueden utilizar dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) o, en casos graves, la cirugía puede ser otra opción.
Muchas personas que sufren de rinitis alérgica tienden a respirar por la boca
La rinitis alérgica otro problema
Muchas personas que sufren de rinitis alérgica tienden a respirar por la boca. Siles explica que la congestión nasal causada por las alergias puede dificultar la respiración por la nariz y llevar a estas personas a recurrir a la respiración oral para obtener un alivio temporal.
Para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren este problema, es fundamental seguir las recomendaciones médicas y abordar las causas subyacentes, asegura Siles, a tiempo de sugerir algunos consejos:
- Consultar a un especialista en medicina del sueño u otorrinolaringólogo para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuado.
- Evitar alergenos y desencadenantes que puedan empeorar la congestión nasal.
- Realizar irrigación salina nasal de forma regular para descongestionar la nariz suavemente.
- Mantener una buena higiene nasal y respirar adecuadamente durante el día para evitar una congestión severa durante la noche.
- Considerar el uso de tiras nasales o dilatadores nasales para facilitar la respiración nasal.
- Evitar comer cerca de la hora de acostarse para reducir la posibilidad de congestión.
- Mantener una buena higiene del sueño y seguir un horario regular para promover un sueño de calidad.
- Evitar factores desencadenantes de alergias o irritantes ambientales en la medida de lo posible.
- Dormir en una posición adecuada, evitando la posición boca arriba, que puede empeorar la apnea del sueño.
- Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta balanceada y la práctica regular de ejercicio físico.
Es fundamental que las personas que presentan estos problemas busquen atención médica oportuna para mejorar su calidad de vida y evitar complicaciones a largo plazo.
“Debemos tomar conciencia sobre la importancia de la salud respiratoria y el sueño adecuado para una sociedad más saludable”, concluye el docente de Medicina en Unifranz, quien aplica en sus clases la metodología del aprender haciendo, en modernas salas de simulación.