Por Guiomara Calle
Quién mejor que un médico, que dedica su vida a preservar la salud y el bienestar de los demás, para aconsejar qué no se debe comer para proteger la vida. Tres de estos profesionales comparten las decisiones alimenticias que toman para cuidar su propio cuerpo y mente, con el fin de ofrecer una perspectiva experta sobre la importancia de la buena nutrición.
Ángelo Papa, médico emergenciólogo de la Clínica Unifranz, explica que uno de los cambios más importantes en su dieta fue la eliminación de alimentos procesados como jamones, quesos y embutidos. Para él, estos productos, por su alto contenido en sodio, grasas y conservantes, son perjudiciales para la salud a largo plazo. Además, decidió no consumir café ni bebidas energizantes porque las considera dañinas para el organismo.
En su lugar, Papa opta por una alimentación rica en verduras y proteínas cocidas a la plancha, evitando en lo posible las frituras. También consume bastante agua. “Optar por alimentos más naturales y reducir el consumo de procesados es esencial para cuidar nuestra salud”, indica a tiempo de afirmar que una dieta equilibrada es esencial para mantener el bienestar físico y mental.
Vito Rivas, médico y docente de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, apuesta por una filosofía de equilibrio. Para él, no es necesario eliminar ningún alimento de la dieta, siempre y cuando se consuma con moderación, pues considera que el exceso en la alimentación es lo que realmente compromete la salud. “Podemos comer de todo, pero sin exagerar”, afirma.
El galeno remarca que la clave para prevenir enfermedades no se encuentra únicamente en la comida, sino también en la actividad física. Resalta que una persona que practica deporte a diario se protege de más del 90% de las enfermedades.
Por su parte, Jackaroe Reis, médico especializado en cirugía digestiva, añade que, aunque el equilibrio es fundamental, ciertos alimentos deben ser consumidos con mayor precaución, entre ellos el ají, especialmente el de tipo colorado, y las bebidas gaseosas.
El especialista en cuidado digestivo explica que diversos estudios demostraron que los ajíes picantes contienen componentes que pueden dañar el intestino si se consumen en exceso, mientras que las gaseosas, por su alto contenido en sodio y azúcar, son un riesgo para la salud metabólica.
Sin embargo, Reis no promueve la eliminación completa de estos alimentos, sino que aboga por un consumo controlado y balanceado. “Mi idea es no llegar a los extremos, sino mantener un equilibrio en lo que comemos. La clave está en no prohibir, pero sí en ser conscientes de lo que consumimos”, argumenta.
Los médicos, quienes se dedican a cuidar la vida de los demás, están constantemente expuestos a los riesgos asociados a una mala alimentación en sus pacientes. Por ello, toman decisiones informadas sobre lo que comen, sabiendo que los hábitos saludables son la mejor defensa contra enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las afecciones cardiovasculares.
La ciencia respalda la postura de estos profesionales. Varios estudios demostraron que una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y agua, es fundamental para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Al mismo tiempo, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados (alimentos enlatados, embutidos y otros), bebidas azucaradas y frituras es una recomendación constante entre los expertos.
Los galenos coinciden en que la clave para una vida saludable es el equilibrio, ya sea eliminando ciertos alimentos o consumiéndolos con moderación, el objetivo es siempre promover una alimentación consciente y nutritiva, que les permita seguir cuidando tanto su salud como la de sus pacientes.