Los últimos años, la humanidad se ha enfrentado a una pandemia y hoy una nueva enfermedad – la viruela del mono – vuelve a generar zozobra. Ante esta situación, la sociedad precisa de mayor cantidad de especialistas en el campo de la medicina, con formación altamente práctica y conocimiento de nuevas tecnologías para poder enfrentar desafíos de alto impacto.
Mientras el país aún se encuentra sumido en la quinta ola de la pandemia, a la fecha ya se registran 45 casos positivos de la “viruela del mono”, enfermedad nativa de África Central y Occidental que, a pesar de tener una baja tasa de mortalidad, mantiene al sector salud y sociedad en general en estado de alerta.
Ante estas circunstancias, “Los 13 desafíos de la salud mundial en esta década”, documento elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), menciona como octavo desafío: Invertir en las personas que defienden nuestra salud; en dicho punto, afirma que el mundo necesitará 18 millones de trabajadores de salud adicionales para 2030”.
“La COVID-19 ha sido un reto formidable y un duro recordatorio de la responsabilidad que todos tenemos de invertir en la prevención, preparación y respuesta a eventos debidos a patógenos transmisibles”, sostuvo la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne, durante su alocución en un taller realizado recientemente en Buenos Aires. Asimismo, instó a los estados a reforzar la resiliencia de los sistemas de salud con recursos humanos y planificación.
EL RETO: FORMAR PROFESIONALES INNOVADORES
“Formar a los futuros médicos con especial énfasis en la práctica es fundamental, dado que les brinda las herramientas y competencias que, en el ejercicio de su profesión, les permitan brindar una atención idónea a los pacientes”, afirma el Dr. Eberth Osco, profesional egresado de Unifranz El Alto, actual médico de consulta externa en el Hospital La Paz y ex Director del Centro Departamental de Vigilancia, Información y Referencia (CDVIR) dependiente del Sedes La Paz.
Conscientes de esta imperante necesidad de la sociedad y de la gran responsabilidad que tienen los profesionales en salud, UNIFRANZ adopta y aplica las principales experiencias educativas internacionales para la formación de profesionales disruptivos, dotando a sus estudiantes de herramientas académicas y tecnológicas, y trabajando en el desarrollo de su talento, conocimientos y competencias, a través del Modelo Educativo basado en Competencias.
“El perfil profesional del médico titulado en UNIFRANZ es amplio, esto significa que frente a una situación de salud dada el profesional tiene la competencia para actuar, posee los conocimientos requeridos, la capacidad para adecuarlos a las condiciones específicas, tiene las habilidades para intervenir eficaz y oportunamente y está imbuido en valores que le permiten asumir actitudes éticas y de servicio a la sociedad”, afirma Marco Balboa, director de Medicina en UNIFRANZ El Alto.
Apunta además que, desde la carrera, se trabaja en la innovación educativa con un aprendizaje activo, incorporando actividades prácticas de alto impacto que refuerzan las competencias adquiridas por los estudiantes, buscando garantizar a partir de ello la calidad académica y una respuesta efectiva de los profesionales a las demandas de salud actuales de la población.
“El modelo por competencias nos permite conocer nuestras capacidades en las diferentes áreas e incentiva su perfeccionamiento para poder aplicarlo en el mundo laboral, una ventaja fundamental para nuestra profesión”, añade Oliver Quispe, estudiante de excelencia de Medicina en Unifranz El Alto y miembro destacado de la Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina (SOCEM)
Asimismo, el desarrollo de la ciencia y los avances tecnológicos aplicados a la medicina, en pro de nuevos tratamientos y la obtención de cura para enfermedades antes consideradas intratables, también exigen que los futuros profesionales vayan de la mano de estas, pues son los responsables de su aplicación en beneficio de los pacientes.
El décimo primer desafío planteado por la ONU, precisamente hace referencia al uso positivo de las nuevas tecnologías por parte de los especialistas en salud, en pro de mejorar la capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar nuevas enfermedades emergentes.
En UNIFRANZ, los estudiantes cuentan con equipamiento tecnológico de avanzada para posibilitar que los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud reciban entrenamiento constante para actuar en situaciones de emergencia, a tono con el modelo de enseñanza basado en competencias.
Por ejemplo, la Sala de Simulación cuenta con una mesa anatómica virtual tridimensional, destinada al estudio y entrenamiento en anatomía, cirugía, y también odontología, que permite reemplazar el uso de cadáveres con fines de observación y entrenamiento por parte de los estudiantes. A su vez, también dispone de muñecos de simulación, modelos anatómicos, electrocardiógrafo y kit simulador de trauma, simulador de emergencias cardiaca y mesa espinal de tres cortes, entre otros.
Para Angélica Conde, estudiante de UNIFRANZ El Alto, la importancia de esta infraestructura y tecnología es que, es ahí “donde uno se prepara para finalmente poner en práctica todo lo aprendido y ser un profesional de calidad, acostumbrado a las exigencias para el mejoramiento del día a día; además, donde se explota cada uno de nuestros talentos y potenciales para en un futuro ser grandes líderes”.