Por Luis Flores
En la oscuridad del cine, Alejandro de 9 años seca sus lágrimas, tras ver Robot Salvaje. Se levanta aún sollozante y, junto a su papá, va a casa. Su mamá, quien no fue a ver la película, le abre la puerta y el pequeño estalla nuevamente en llanto, mientras la abraza. Algunas escenas similares dejó la película de animación, que conquista a niños, jóvenes y adultos y toca temas profundos como el amor de una madre y otros.
“La película, en la que es protagonista un robot, nos encamina a la realidad; por ejemplo, muchos experimentamos ese cambio abrupto de la paternidad y la maternidad. Si bien el cuerpo físico está preparado, hay que trabajar nuestras emociones para asumir lo que implica tener la responsabilidad del cuidado y crianza de un hijo”, explica Edwin Pocoaca, docente de la carrera de psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El filme estadounidense de animación trata temas como la maternidad, el crecimiento personal, la rebeldía —contra su sistema o programación—, el síndrome del nido vacío y la alienación de la tecnología.
Para Pocoaca, este tipo de temáticas nos acerca a fenómenos psicologicos Estos son algunos de los temas que trata la cinta, explica el especialista:
Maternidad
El robot protagonista Rozz, tras un accidente con un nido, queda frente a un ganso pequeño y huérfano. El robot programado para ayudar en tareas humanas, en su búsqueda por ser útil, acepta la tarea de criar al ave: darle comida, enseñarle a nadar y volar.
“La maternidad muchas veces es así intempestiva, un golpe que deben asumir las madres y padres y aprender en el camino”, comenta el psicólogo.
Crecimiento personal
Aunque la película se centra en la evolución del ganso y que éste logre volar para la migración de su especie por el invierno, gira también en torno al crecimiento del robot, en el sentido de pertenencia, misión y adaptación a un mundo para el que no está listo o, en términos tecnológicos, programado.
“El crecimiento personal nace en el ejemplo que dan los padres, para el desarrollo de los niños, en este caso de la madre robot”.
Rebeldía
El avance de la IA nos propone reflexiones éticas sobre los sentimientos, la libertad de elegir, si existe algo más que el cerebro (o que la IA, en las máquinas) —¿quizá un alma?— y una posible rebelión de las máquinas.
“El robot tendrá que debatirse si seguir su procedimiento, su programación, o escuchar esa otra parte que no son sólo códigos y numeración, sino algo que no se puede explicar, y solo se entiende desde los sentimientos como el amor, la empatía y las decisiones personales, rebeldes ante un sistema establecido”, añade el experto.
Síndrome de nido vacío
En psicología se hace referencia al síndrome de nido vacío al conjunto de pensamientos y emociones que experimentan los padres ante la ausencia de los hijos adultos que dejan el hogar.
Las personas, muchas veces adultos mayores, viven este síndrome, unos con mayor o menor intensidad, dependiendo de su carácter. El sentimiento de que el hijo ya no lo necesita hace que se generen emociones negativas como la tristeza, sensación de soledad, vacío, aburrimiento, poca autorrealización, recuerdos de cuando los hijos eran niños o sensación de pérdida del sentido de la propia vida.
En la película, es una sensación que deja la partida del ganso y la soledad de la “madre” robot, que ya no tiene una tarea, tras el vuelo del ave.
Alienación tecnológica
También se puede ver una crítica a la alienación tecnológica, en las jocosas escenas en las que el robot de servicio a humanos se ve en la selva, dejando pegatinas en árboles u ofreciendo acceso a redes sociales o Internet en pleno bosque.
Rozz queda sin capacidad de ser funcional en un mundo alejado de la tecnología totalitaria y abrumadora. “Esto viene de esa necesidad de estar conectados y hace que seamos adictos”.
La cinta norteamericana, dirigida por Chris Sanders, superó los 234 millones de dólares en recaudación y es una de las principales favoritas al Oscar de Animación
El robot Rozzum 7-1-3-4 (Roz) naufraga en una isla deshabitada, se enfrenta a la vida salvaje de la naturaleza y los animales. Busca cumplir las tareas citadinas para las que está programado. Sin embargo, los animales lo reciben como un monstruo.
Poco a poco aprende a comunicarse con los animales y a adecuarse a la vida de la isla, mientras, tras un accidente, se enfrenta al reto de criar a un ganso huérfano, que hace que se inmiscuya en una maternidad obligada, se debata sus tareas y hasta se rebele contra su propia programación.
La cinta tiene 4,8 de 5 puntos en la calificación de Rotten Tomatoes, en definitiva un tomate muy fresco, como se lee en la página de expertos en cine.