Las seis habilidades clave que los docentes deben dominar en la era de la inteligencia artificial

By Manuel Joao Filomeno Nuñez

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un recurso transformador dentro de las aulas, modificando la forma en que docentes y estudiantes interactúan con el conocimiento. La educación atraviesa una transición acelerada y, en este nuevo escenario, los maestros deben adoptar competencias que les permitan aprovechar plenamente las posibilidades tecnológicas sin perder de vista el factor humano. 

Según Clara Solórzano, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), hoy la IA permite a los docentes personalizar como nunca antes los procesos formativos. 

El docente puede utilizar la inteligencia artificial con una visión más amplia, por ejemplo, personalizando el aprendizaje para cubrir las necesidades de educación de los estudiantes que están teniendo dificultades”, explica la académica. Esta capacidad abre la puerta a estrategias que atienden ritmos, estilos y necesidades diversas, generando experiencias educativas más inclusivas. 

Solórzano destaca que estas herramientas no solo agilizan la búsqueda de contenidos actualizados, sino que también facilitan el acceso a “investigaciones de punta y trabajos que realizan sus pares de universidades top del mundo para adaptarlos a su realidad educativa y a la de sus estudiantes”. A ello se suma la retroalimentación inmediata de plataformas inteligentes, que permite un acompañamiento más continuo y dinámico del aprendizaje. 

Sin embargo, la adopción de IA también implica desafíos. La experta recuerda que los sistemas de evaluación automatizados deben ser interpretados críticamente. “No se trata de aceptar ciegamente lo que la tecnología sugiere, sino de integrarlo de manera inteligente y contextualizada”, afirma. Además, advierte que la pospandemia reveló la urgencia de preservar la dimensión humana de la enseñanza, donde la empatía, la solidaridad y el trabajo en equipo siguen siendo insustituibles. 

Liz Reinsberg, consultora internacional en educación superior, señala la necesidad de un cambio estructural en la dinámica del aula. Para ella, los docentes deben “ponerse en los zapatos de los alumnos” y abandonar modelos magistrales que ya no responden a las nuevas exigencias del aprendizaje. Asimismo, propone rediseñar contenidos y metodologías hacia un enfoque más práctico, colaborativo e investigativo. 

Las seis habilidades esenciales para enseñar en la era de la IA

De acuerdo con el especialista colombiano Sergio Tobón, creador de la propuesta educativa de la socioinformación, los docentes deben desarrollar seis habilidades estratégicas para enfrentar el impacto de la inteligencia artificial en el aula. Estas competencias, presentadas durante el “II Congreso Internacional de Educación Global”, representan un nuevo marco profesional que trasciende la alfabetización tecnológica. 

  1. Pensamiento crítico. Ante la proliferación de desinformación, los maestros deben evaluar los contenidos generados por IA, identificar sesgos y detectar limitaciones para evitar decisiones erróneas.
  2. Direccionamiento transdisciplinario. Tobón insiste en construir visiones educativas integradoras, articulando saberes científicos y territoriales mediante currículos más flexibles y multimodales.
  3. Actuación ética. La IA exige docentes capaces de guiar desde valores como responsabilidad, honestidad y respeto, formando ciudadanos comprometidos con el bien común.
  4. Innovación. Aunque la IA genera contenido, la creatividad humana sigue siendo irremplazable. Innovar implica proponer ideas originales orientadas a transformar la comunidad.
  5. Colaboración. Integrar el trabajo conjunto entre humanos y agentes de IA mejora la capacidad de resolver problemas complejos.
  6. Habilidades socioemocionales. La empatía, la autorregulación y el autocuidado son fundamentales para actuar como mediadores que acompañen y orienten a los estudiantes.

Tobón advierte que la IA debe ser conducida con criterio pedagógico: “Pretender que la IA lo haga todo conlleva a que muchas personas involucionen… sin retos, aumentan el conformismo, la pereza y la apatía”. Por ello, el desafío no está en rechazar la tecnología, sino en aprovecharla con innovación y sentido humanista. 

En definitiva, la IA redefine el rol docente, pero no sustituye su valor humano. Para alcanzar una educación verdaderamente transformadora, los maestros deben ser guías críticos, creativos y éticos que utilicen la tecnología como un medio para potenciar la inclusión, la personalización y el aprendizaje significativo.

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