“Me es casi imposible dormir toda la noche, siempre me cuesta conciliar el sueño o me levanto a media noche. No importa si me acuesto temprano o tarde, siempre es igual”, cuenta Roberto, un contador de 42 años.
Roberto no sufre de insomnio, pero el estrés y la ansiedad al que está expuesto por su trabajo le restan las horas de descanso, lo que repercute en su vida laboral y personal. “No me puedo concentrar, me pongo irritable, pierdo cosas y solo quiero volver a mi casa”, explica.
De acuerdo con el estudio titulado “Global Sleep Health Insights”, presentado en el último Congreso Mundial del Sueño 2023 en Río de Janeiro, Brasil, la duración promedio del sueño ha disminuido mundialmente de 7 horas y 3 minutos a 6 horas y 59 minutos, por debajo del umbral de 7 horas recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para la OMS, dormir mal altera el funcionamiento del organismo y puede provocar dolencias más graves si la situación se prolonga en el tiempo.
El estudio fue realizado entre junio de 2021 y mayo de 2023, analizando 716 millones de noches de sueño, de 64 millones de personas, a través de una aplicación de monitorización del sueño.
¿Por qué es importante el sueño?
“El sueño es esencial para el bienestar y la salud en general. Durante el sueño, el cuerpo se recupera y regenera, y el cerebro procesa información y consolida la memoria. El sueño también es fundamental para mantener un equilibrio emocional, un sistema inmunológico saludable y un rendimiento cognitivo óptimo”, señala Karina Sánchez Apaza, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Sánchez advierte que la mala calidad del sueño repercute en la salud y calidad de vida del individuo, con cambios fisiológicos, disminución del ritmo cardiaco o la respiración. Asimismo, produce cambios en los procesos cognitivos como la incapacidad de concentración, aprendizaje y retención de la información.
“La falta de sueño puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico y laboral. La privación de sueño puede llevar a dificultades en la concentración, la memoria, la toma de decisiones y la productividad. También puede contribuir a un mayor estrés, irritabilidad y una disminución general del rendimiento”, acota.
Por otra parte, según la psicóloga, la mala calidad del sueño genera cambios en la conducta del individuo, como el aumento de irritabilidad, niveles de estrés que afectan el bienestar emocional del sujeto en su entorno laboral o académico.
“La privación de sueño puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico y laboral. En el ámbito organizacional, la falta de sueño puede llevar a errores, falta de concentración, disminución de la productividad y un aumento en los niveles de estrés. También puede afectar negativamente en la toma de decisiones y la relación con los colegas y superiores”, explica.
El sueño puede ser alterado por múltiples factores, desde situaciones de estrés, el uso de estimulantes como la cafeína, la nicotina o el alcohol, hasta condiciones genéticas que impiden el desarrollo normal del descanso.
“Las alteraciones del sueño pueden ser causadas por diversos factores, como el estrés, la ansiedad, trastornos médicos, malos hábitos de sueño, uso de sustancias (como cafeína o alcohol), e incluso factores genéticos. Es importante mencionar que la alteración de las horas del sueño son causados por ansiedad, depresión o estrés que el individuo se encuentra percibiendo, por las diferentes situaciones laborales y académicas”, puntualiza Sánchez.
Según la OMS, algunos de los trastornos o alteraciones del sueño más comunes son:
Insomnio: dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido durante la noche.
Apnea del sueño: patrones anormales en la respiración mientras estás dormido. Hay varios tipos de apnea del sueño.
Síndrome de las piernas inquietas: un tipo de trastorno del movimiento del sueño. Este síndrome, también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, causa una sensación incómoda y un impulso de mover las piernas cuando estás tratando de dormir.
Narcolepsia: afección caracterizada por somnolencia extrema durante el día y quedarse dormido repentinamente durante el día.
Las universidades pueden ayudar a estudiantes y docentes a dormir mejor
La experta indica que, desde las universidades se pueden tomar algunas medidas para promover el sueño saludable en docentes y estudiantes. Los mismos son:
Educación sobre alteraciones del sueño: proporcionar información sobre la importancia de buenos hábitos de sueño y cómo mantenerlos.
Verificar horarios flexibles: analizar horarios flexibles para clases y actividades extracurriculares para evitar la privación de sueño.
Proporcionar propuestas a corto o largo plazo para espacios de descanso: ofrecer áreas de descanso en el campus académico.
Implementar un gabinete de psicología: donde se proporcione acceso a consejería y apoyo emocional para abordar el estrés, ansiedad y depresión generados por las alteraciones del sueño.
La promoción del sueño saludable en entornos académicos puede tener un impacto positivo en el rendimiento y el bienestar de estudiantes y docentes