Juventudes Conectadas: jóvenes bolivianos redefinen el desarrollo desde sus territorios

“Juventudes Conectadas”, organizado por el Grupo Banco Mundial.

El desarrollo ya no puede entenderse como una fórmula única, coincidieron más de un centenar de jóvenes de todo el país durante el evento “Juventudes Conectadas”, organizado por el Grupo Banco Mundial el 12 y 13 de junio en La Paz. Esta iniciativa, parte de una serie de encuentros juveniles impulsados por el organismo a nivel regional, se consolidó como un espacio inédito para visibilizar las voces, inquietudes y propuestas de la juventud boliviana ante los desafíos del siglo XXI.

“Este es un evento pensado para que los jóvenes puedan plantear sus propias ideas sobre el desarrollo que quieren para sus regiones. Hemos reunido a líderes de más de 50 organizaciones juveniles, tanto urbanas como rurales, con el objetivo de construir una visión compartida, pero también profundamente enraizada en sus propias realidades”, explicó Alejandra Velasco, analista de operaciones del Banco Mundial. 

Durante los dos días de trabajo, los jóvenes abordaron temas clave como el empleo juvenil, la educación de calidad, el cambio climático y la participación ciudadana, desde la vivencia concreta de quienes enfrentan diariamente las desigualdades estructurales del país.

Uno de los momentos más significativos del primer día fue el panel de apertura, donde jóvenes de diferentes regiones compartieron los desafíos que enfrentan en sus comunidades. Desde Beni, por ejemplo, los jóvenes relataron cómo recorrieron horas por tierra y río para llegar al encuentro. 

“Viajamos en bote y luego por carretera para poder llegar a un aeropuerto. No fue fácil, pero queríamos estar aquí”, dijo uno de los representantes de la región amazónica.

Para muchos de ellos, el desarrollo sostenible no es un concepto abstracto, sino una urgencia diaria. “Nosotros vemos cómo se destruyen nuestras reservas forestales, y no creemos que eso sea progreso. Para nosotros, el desarrollo es vivir en comunidad, cuidar el territorio y tener acceso a educación y salud sin tener que dejar nuestros pueblos”, relató una joven del norte del país.

En otra intervención, un joven potosino planteó la paradoja del empleo en su región: “La minería trae divisas, pero también contamina nuestras aguas. ¿Cómo hablar de empleo digno si no hay agua limpia para nuestras familias?”.

Estos testimonios revelaron un patrón común: los jóvenes no solo denuncian, también proponen. Muchos están organizados en colectivos, fundaciones y emprendimientos que ya están produciendo impacto local, desde proyectos de reciclaje hasta plataformas digitales para capacitar a otros jóvenes.

Formación para un futuro incierto

La necesidad de una educación alineada con las transformaciones sociales y tecnológicas fue un punto que resonó tanto en las voces juveniles como en los actores académicos presentes. 

Verónica Ágreda, presidenta de la Asociación Nacional de Universidades Privadas de Bolivia (ANUP), rectora de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) y panelista del conversatorio, valoró profundamente el espíritu del evento y destacó la madurez de los jóvenes participantes. “Nos ha sorprendido gratamente ver que los jóvenes son los guardianes de sus territorios. Ellos entienden que el modelo económico que ha existido hasta hoy ya no va más, que el precio que hemos tenido que pagar es muy alto”.

Ágreda subrayó que la academia no puede quedarse atrás ante estos cambios. “Desde la universidad asumimos el compromiso de preparar a nuestros estudiantes para un entorno dinámico y en constante transformación, que exige competencias digitales, pensamiento crítico y alta capacidad de adaptación. La formación ya no puede limitarse a carreras tradicionales; es indispensable impulsar programas de upskilling y reskilling, e integrar tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, que están redefiniendo la manera en que trabajamos y nos relacionamos con el mundo”.

La rectora enfatizó que la educación debe ser una plataforma para impulsar el potencial transformador de los jóvenes, no una barrera ni una carga. “El futuro requiere liderazgos sensibles, preparados y comprometidos con su entorno. Nuestra responsabilidad es formar personas que no solo se adapten al cambio, sino que lo lideren”, afirmó.

Juventud que propone, no solo demanda

A diferencia de eventos donde los jóvenes sólo son oyentes, Juventudes Conectadas fue un espacio de co-creación. Además de paneles y charlas, se llevaron a cabo talleres y dinámicas participativas, donde los jóvenes trabajaron en propuestas que integran innovación, sostenibilidad y justicia territorial.

Entre las iniciativas destacadas estuvieron plataformas digitales de formación gratuita, redes de apoyo a emprendedores locales y propuestas para mejorar la participación juvenil en políticas públicas. Muchas de estas ideas surgieron desde organizaciones ya activas en sus regiones.

“Los jóvenes no solo reclaman, ya están actuando. Están organizados, tienen proyectos, y sobre todo, tienen claridad sobre lo que quieren cambiar”, resaltó Velasco.

El evento también contó con una feria de innovación juvenil, donde se presentaron proyectos sobre educación ambiental, turismo sostenible, herramientas digitales y economía circular. Estos espacios visibilizaron el potencial creativo y transformador de las juventudes bolivianas.

Una mirada intersectorial

En el marco del evento, se realizó un panel sobre empleo juvenil y educación, que reunió a representantes del sector empresarial, académico y de la sociedad civil, como Rodolfo Baldiviezo (BancoSol), Alejandro Aguilar (Cámara Nacional de Industrias), Andrés Aramayo (Subo Sueño Bolivia) y Verónica Ágreda (Unifranz). 

Uno de los principales resultados de Juventudes Conectadas fue el compromiso de construir una plataforma permanente de diálogo juvenil, articulada con el acompañamiento del Banco Mundial, universidades como Unifranz, y organizaciones de la sociedad civil.

La visión compartida por los participantes es que este encuentro no debe ser un evento aislado, sino el punto de partida para una red nacional de juventudes capaz de incidir en la toma de decisiones a nivel local y nacional.

“La juventud boliviana tiene conciencia crítica, sentido de pertenencia y una enorme capacidad de propuesta. Como Banco Mundial, entendemos que el desarrollo no puede pensarse sin incluir a esta generación, que ya está liderando transformaciones en sus territorios”, concluyó Velasco.

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Manuel Joao Filomeno Nuñez

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