Habilidades blandas: la clave para destacar en un mundo laboral en transformación

En un entorno profesional cada vez más dinámico y diverso, las habilidades blandas —o soft skills— han pasado de ser un complemento deseable a convertirse en un requisito imprescindible. Estas competencias, que abarcan desde la comunicación efectiva hasta la inteligencia emocional, permiten que las personas se relacionen mejor con su entorno, potencien su desempeño y se adapten a los constantes cambios de la vida laboral y académica. A diferencia de las llamadas hard skills (habilidades técnicas), que se aprenden en la formación académica formal, las blandas requieren entrenamiento constante, práctica y orientación.
Ariel Mario Quispe, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), lo resume de manera clara: “Las habilidades blandas nos ayudan a saber relacionarnos con los demás, tener comunicación efectiva y asertiva para crear cohesión, sinergia en el equipo de trabajo, a fin de enlazarlos con las habilidades técnicas para lograr los objetivos de la institución o de la empresa”.
La importancia de estas competencias no se limita al ámbito laboral. En los contextos educativos también resultan cruciales, ya que preparan a los estudiantes para enfrentar situaciones reales más allá de los libros y las aulas.
Como explica Quispe, “muchas empresas e instituciones no logran sus objetivos porque no poseen grupos o personas que están comprometidas con lo que hacen”.
Ejemplos como el de los profesionales de la salud son ilustrativos: “Ellos juegan distintos roles que involucran las relaciones humanas, el trato, la paciencia, la compasión y empatía, son valores que deben cultivar para relacionarse con quien tiene un padecimiento”, señala el académico.
En el mundo del trabajo, las empresas modernas ya no buscan únicamente profesionales con títulos o dominio de herramientas técnicas, sino personas capaces de adaptarse, liderar, innovar y, sobre todo, colaborar. El modelo híbrido de trabajo, que combina lo presencial y lo remoto, ha reforzado esta necesidad: sin habilidades interpersonales, los equipos pierden cohesión y se vuelven menos productivos.
Las seis habilidades blandas más demandadas
De acuerdo con consultoras especializadas y estudios internacionales, existe un conjunto de competencias que hoy son prioritarias para organizaciones y universidades:
- Adaptación: la capacidad de reaccionar con asertividad frente a los cambios constantes de los mercados y estar en aprendizaje continuo.
- Flexibilidad: enfrentar la incertidumbre con respuestas creativas y eficientes, aceptando nuevos retos y ajustándose a distintos contextos.
- Liderazgo: dirigir proyectos, motivar a equipos y guiar procesos de transformación dentro de la organización.
- Creatividad: generar ideas innovadoras que permitan diferenciarse en entornos altamente competitivos.
- Comunicación: transmitir mensajes de forma clara y efectiva, tanto dentro como fuera de la empresa.
- Inteligencia emocional: desarrollar empatía, manejar las emociones propias y comprender las de los demás para construir relaciones sólidas.
Estas habilidades se complementan con otras igualmente relevantes, como el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la resolución de problemas o la capacidad de establecer relaciones interpersonales sanas.
Un reto para las universidades
De acuerdo con especialistas del Observatorio Nacional del Trabajo (ONT), uno de los centros de pensamiento estratégico de Unifranz, muchas instituciones de educación superior todavía privilegian la teoría frente a la práctica, descuidando la formación en competencias blandas. Esto genera profesionales con un sólido conocimiento técnico, pero con dificultades para enfrentar los retos reales del mercado laboral. Para revertir esta situación, se recomienda integrar proyectos colaborativos con empresas, programas de aprendizaje basado en la experiencia y prácticas que equilibren la teoría con la práctica.
El desarrollo de habilidades blandas no es una moda pasajera, sino un requisito para la vida profesional y personal en el siglo XXI. En Unifranz, estas competencias forman parte del modelo educativo innovador que busca preparar a los futuros profesionales para un mercado globalizado, cambiante y altamente competitivo. En este esquema, las soft skills dejan de ser un “extra” para convertirse en un pilar fundamental de la formación académica y humana.