¿Estrés al límite? Estrategias efectivas para reducirlo

El estrés se ha convertido en una condición común que afecta a muchas personas en la actualidad. No solo impacta la salud mental, sino que también puede tener consecuencias negativas sobre la salud física. Si no se maneja adecuadamente, el estrés puede afectar las relaciones laborales, académicas e incluso familiares. Sin embargo, no todo está perdido. Existen diversas estrategias para mitigar el estrés y llevar una vida más saludable.
Cintia Choquehuanca, docente de la carrera de Enfermería en la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), señala que existen diversas actividades simples y efectivas para reducir los niveles de estrés en personas jóvenes. Aunque estas acciones son fáciles de seguir, requieren disciplina y voluntad para ser realmente efectivas en la mejora del bienestar.
Entre las recomendaciones, la docente destaca la actividad física, que juega un papel fundamental en el manejo del estrés. Ejercicios como caminar o correr liberan endorfinas, las hormonas de la felicidad, que ayudan a reducir la tensión corporal y mejorar el estado de ánimo.
“La promoción del relacionamiento con el entorno incluye actividades como la práctica de yoga, especialmente técnicas de respiración, que ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés en esta población”, afirma la docente.
En efecto, otra de las estrategias más recomendadas es la práctica de la meditación y la respiración consciente. Porque estas técnicas ayudan a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo un estado de relajación y calma mental.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés prolongado puede provocar enfermedades físicas y mentales, como trastornos cardiovasculares, ansiedad y depresión. Por ello, es fundamental aprender a manejarlo de manera efectiva para mejorar la calidad de vida.
Esta misma institución define el estrés como cualquier tipo de cambio que provoca agotamiento físico, emocional o psicológico, hasta el punto que puede ser nocivo para la salud.
Para Tatiana Montoya, docente de la carrera de Psicología de Unifranz, el estrés es un estado de preocupación o tensión mental provocado por situaciones difíciles. Aunque todos experimentamos cierto grado de estrés como respuesta natural a amenazas y estímulos, la forma en que lo manejamos determina su impacto en nuestro bienestar.
“El estrés afecta tanto la mente como el cuerpo. Un poco de estrés es útil para realizar tareas diarias, pero cuando es excesivo, tiene consecuencias negativas. Sin embargo, podemos aprender a manejarlo para mejorar nuestro bienestar físico y mental”, explica Montoya.
El estrés puede generar tensión en los músculos del cuerpo como una forma de protección contra lesiones y dolor. También afecta al sistema respiratorio, causando dificultad para respirar o respiración rápida. Además, influye en el sistema cardiovascular, elevando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y provocando palpitaciones debido a contracciones intensas del músculo cardíaco.
Por último, el estrés impacta el sistema gastrointestinal, lo que puede provocar dolores abdominales, náuseas o distensión abdominal.
La American Psychological Association (APA) también recomienda aprender a manejar el estrés de manera efectiva. Este esfuerzo es valioso, ya que implica cuidar nuestra salud y bienestar.
La APA recomienda seis estrategias para manejar el estrés:
- Identificar la causa: Reconocer el origen del estrés, que generalmente es algo corregible. Un psicólogo puede ayudar en este proceso.
- Vigilar los estados de ánimo: Anotar qué provoca el estrés, junto con los pensamientos y emociones experimentados.
- Dedicar tiempo para uno mismo: Apartar tiempo dos o tres veces a la semana para desconectarse del teléfono, pasar tiempo solo, hacer ejercicio o meditar con música, lo que ayuda a reducir los efectos del estrés.
- Alejarse de la situación: Cuando sienta la necesidad de reaccionar, respire profundamente y cuente hasta diez para calmarse.
- Analizar el horario: Revisar las prioridades y delegar tareas cuando sea posible.
- Establecer estándares razonables: Evitar buscar la perfección y ser realista tanto con uno mismo como con los demás.
Estas acciones pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar el bienestar general.