Crecer en la era digital: 10 consejos para un entorno educativo seguro

Aunque la generación Z ha crecido rodeada de dispositivos inteligentes, plataformas sociales y recursos digitales, esta aparente fluidez tecnológica no siempre se traduce en una comprensión real de los riesgos cibernéticos. De hecho, su familiaridad puede convertirse en vulnerabilidad, exponiéndolos a amenazas como el robo de identidad, el phishing y la exposición a contenidos inadecuados, incluso en entornos digitales educativos.
“Hoy en día, hay tecnología que crea clones cibernéticos. La suplantación de identidad será mucho más compleja de detectar, se presentará de manera más frecuente y con mecanismos más sofisticados, lo que plantea desafíos tanto para las personas que están familiarizadas con la tecnología como para los nativos digitales”, explica Alejandro Rodríguez, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La generación Z, integrada por jóvenes nacidos entre finales de los años 90 y principios de 2010, ha crecido en un mundo digitalizado, veloz y saturado de información. Sin embargo, a pesar de ser nativos digitales, carecen de ciertas habilidades de ciberseguridad.
La falta de conocimiento en ciberseguridad entre los jóvenes es alarmante. Según un estudio reciente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), el 57% de los jóvenes entre 18 y 29 años admite tener conocimientos limitados sobre seguridad digital, y un preocupante 28% cree que es legítimo recibir solicitudes de datos bancarios a través de canales informales como WhatsApp o mensajes de texto. Aún más revelador es que solo un tercio de los jóvenes sigue las recomendaciones básicas de seguridad que ofrecen sus bancos, mientras que este número se eleva al 66% entre personas mayores de 65 años.
Los principales riesgos para la generación Z en entornos digitales incluyen el phishing, los fraudes por redes sociales, la exposición a malware a través de sitios web falsos y la suplantación de identidad.
“La digitalización no garantiza una mejor comprensión de los riesgos. La misma confianza en la tecnología y la percepción de invulnerabilidad los lleva a caer en trampas como el phishing, mensajes que parecen urgentes o atractivos pero que están diseñados para robar información personal y financiera”, alerta el docente de Unifranz.
Para contrarrestar estas amenazas, el especialista recomienda una alfabetización digital efectiva y constante, con énfasis en la formación práctica y la conciencia preventiva.
Educación segura en tiempos digitales: el decálogo esencial
1. Educar antes que prohibir: enseñar a los estudiantes a identificar riesgos y tomar decisiones responsables en línea.
2. Proteger la identidad digital: evitar compartir información personal en plataformas abiertas o con desconocidos.
3. Usar contraseñas seguras: promover el uso de claves robustas y únicas en cuentas escolares y personales.
4. Control parental y configuraciones seguras: implementar filtros, horarios de uso y otras herramientas de control.
5. No hablar con desconocidos: evitar interacciones en línea con personas ajenas, especialmente en redes sociales y videojuegos.
6. Evitar sitios web sospechosos: capacitar en el reconocimiento de páginas fraudulentas o con contenido malicioso.
7. Reportar actividades sospechosas: establecer canales de confianza para denunciar acoso, amenazas o comportamientos anómalos.
8. Privacidad, ante todo: no compartir fotos o información sin consentimiento, fomentando el respeto al derecho a la privacidad.
9. Sentido común digital: ser crítico con los contenidos, evitar clics impulsivos y pensar antes de publicar.
10. Responsabilidad compartida: padres, docentes y estudiantes deben colaborar en la construcción de una cultura digital segura.
En definitiva, la ciberseguridad en entornos educativos no puede considerarse un lujo, sino una necesidad urgente. Invertir en la protección digital de estudiantes, docentes y comunidades educativas es garantizar un presente más seguro y un futuro más preparado. Ante esta situación, Unifranz provee de un ambiente seguro a través de filtros y restricciones tanto en las plataformas digitales de aprendizaje como en el internet libre provisto en sus instalaciones.
La generación Z tiene el potencial para liderar una cultura tecnológica consciente, pero necesita las herramientas, la formación y el acompañamiento adecuados. Protegerse en la red es tan vital como hacerlo en el mundo físico. Y todo comienza con educación y prevención.