Cómo retener el talento humano: 4 claves para conservarlo y 8 errores que hacen que se fugue

Diagnóstico, diversidad, dinamismo y formación: 4 claves para retener talento y evitar errores que lo empujan a irse.

En un entorno empresarial cambiante y competitivo, el talento humano se ha convertido en el activo más valioso de cualquier organización. Más allá de la tecnología o la infraestructura, son las personas quienes marcan la diferencia en los resultados y la sostenibilidad de las empresas. Sin embargo, no basta con captar a los mejores profesionales; el verdadero reto es retenerlos. Muchas veces, sin darse cuenta, las propias organizaciones cometen errores que provocan la fuga de su capital humano más valioso, generando inestabilidad y pérdidas a mediano plazo.

“El talento humano es una inversión, y como tal, ésta debe ser protegida. De lo contrario, puede perderse fácilmente”, advierte Carola Zeballos, docente de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. Su análisis parte de la premisa de que el bienestar, la motivación y el desarrollo profesional son factores determinantes para mantener un equipo comprometido y productivo.

Retener talento no es una tarea sencilla, pero sí posible si se aplican estrategias adecuadas. Estudios internacionales demuestran que un colaborador satisfecho no solo mejora el clima laboral, sino que incrementa su rendimiento y aporta de forma más activa a los objetivos corporativos. Y es que, cuando una empresa cuida a su gente, los beneficios se multiplican: mayor productividad, menos rotación, innovación constante y mejor reputación.

Zeballos plantea cuatro claves fundamentales que pueden marcar la diferencia en la retención del talento humano:

  1. Diagnóstico del clima organizacional 

Para saber cómo se siente el personal dentro de la empresa, es indispensable realizar un diagnóstico de clima organizacional. Este proceso permite identificar percepciones, tensiones, necesidades y oportunidades de mejora en el entorno laboral. 

“De ahí viene la importancia de este diagnóstico, ya que nos permite conocer cómo se siente el personal y cómo se puede mejorar”, explica la experta. El clima organizacional influye directamente en la motivación, el compromiso y la permanencia de los colaboradores.

  1. Atención a las diferencias generacionales

En una misma empresa conviven profesionales de distintas generaciones —desde los Baby Boomers hasta los Zillenials—, cada uno con expectativas, valores y formas de trabajo distintas. Ignorar esta diversidad puede llevar a fricciones o desmotivación. 

“Jamás hay que dejar de lado a las diferentes generaciones que tenemos trabajando como colaboradores en nuestra organización”, enfatiza Zeballos. La clave está en gestionar esa diversidad con empatía y estrategias adaptadas a cada grupo.

  1. Dinamismo organizacional

El talento actual es móvil, curioso y altamente conectado. Está expuesto a nuevas oportunidades y formas de trabajo constantemente. Por ello, la gestión del talento también debe ser dinámica. 

“Debe poder ofrecer una experiencia única y diversa para los distintos perfiles y demandas”, afirma Zeballos. Esto implica estar atento a las tendencias sociales, adaptar los estilos de liderazgo, y fomentar entornos flexibles e innovadores.

  1. Capacitación continua 

El desarrollo profesional es una de las principales razones por las que un colaborador decide quedarse en una empresa. Según un estudio de McKinsey & Company, el 94% de los empleados se mantendría más tiempo en una organización si esta invirtiera en su formación. 

“Jamás dejar la capacitación continua como nuestro mayor aliado para mantener al talento retenido”, subraya la académica. La inversión en conocimiento no solo eleva el nivel técnico del equipo, sino que genera un fuerte sentido de pertenencia y valoración.

Pese a estas recomendaciones, muchas empresas siguen cayendo en errores que atentan contra la estabilidad de su talento humano. Zeballos identifica ocho fallas comunes que contribuyen a la fuga de cerebros:

  • Ambiente laboral tóxico: la presencia de conflictos constantes, liderazgo autoritario o presiones desmedidas deteriora la salud emocional del equipo. Un mal clima organizacional es uno de los principales motivos por los que los profesionales buscan nuevos horizontes.
  • Trato inequitativo: la percepción de favoritismos, falta de reconocimiento o decisiones injustas genera desconfianza y frustración. Los colaboradores quieren sentirse valorados por su mérito, no relegados por criterios arbitrarios.
  • «Robo» de talento por la competencia: las empresas que no desarrollan políticas claras de fidelización y reconocimiento pierden fácilmente a sus mejores talentos frente a ofertas externas más atractivas en salario, beneficios o cultura empresarial.
  • Falta de oportunidades de crecimiento: la ausencia de planes de carrera o proyectos desafiantes hace que los colaboradores se estanquen. Si no hay perspectivas de evolución, es lógico que busquen espacios donde sí puedan desarrollarse.
  • Remuneración inadecuada: un salario por debajo del mercado o la falta de incentivos adicionales deteriora la motivación. La compensación económica sigue siendo un factor clave, pero debe ir acompañada de reconocimiento y estabilidad.
  • Fuga al extranjero por mejores condiciones: la inestabilidad económica o la escasez de oportunidades locales empujan a muchos profesionales a emigrar en busca de mejores condiciones de vida y desarrollo. Frenar este fenómeno requiere propuestas atractivas desde lo local.
  • Estancamiento profesional: cuando el trabajo se vuelve monótono o repetitivo, el compromiso disminuye. La innovación en roles y funciones es vital para mantener viva la motivación.
  • Búsqueda de reinvención personal: muchos colaboradores sienten la necesidad de cambiar de rumbo, explorar nuevos intereses o emprender. Las empresas deben acompañar estos procesos con flexibilidad y respeto, ofreciendo incluso espacios para la experimentación interna.

En este escenario, las empresas reconocidas como Great Place to Work (GPTW) destacan por su capacidad de atraer y conservar talento. Estas organizaciones se caracterizan por fomentar un ambiente laboral positivo, promover la equidad, apostar por el desarrollo profesional y, sobre todo, escuchar a sus equipos. Una de esas empresas en Bolivia es la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, que ha sido reconocida por su enfoque humano e innovador en la gestión del talento.

Con un enfoque basado en el bienestar, el crecimiento y la adaptabilidad, Unifranz demuestra que es posible construir entornos donde el talento no solo se capta, sino que florece. En un mundo donde el capital humano es el recurso más escaso y preciado, invertir en las personas ya no es una opción: es una estrategia esencial para sobrevivir y crecer.

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