Cómo prevenir el contagio con la temida lombriz solitaria

By Lily Zurita Zelada

#image_title

Cuando Elena notó que su hijo de 10 años empezó a bajar de peso sin motivo aparente, pensó que se trataba de una etapa de crecimiento. Sin embargo, el cansancio frecuente, los malestares estomacales y la falta de apetito encendieron las alarmas. Tras varios exámenes médicos, la noticia fue desconcertante: el pequeño estaba infectado con Taenia solium, más conocida como lombriz solitaria. La madre, que no recordaba haber servido carne cruda en casa, no imaginó que una hamburguesa mal cocida en una feria escolar pudiera desencadenar esta experiencia.

Casos como este no son raros en Bolivia, un país donde, según la especialista María Del Rosario Córdova Olguín, parasitóloga y docente de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, “existen todas las condiciones epidemiológicas para que la parasitosis por tenia siga presente”.

¿Qué es la lombriz solitaria y cómo nos contagiamos?

La lombriz solitaria, llamada así porque usualmente se presenta de manera única en el intestino delgado, es un parásito plano y segmentado que puede alcanzar hasta cinco metros de longitud en su etapa adulta. Existen dos especies que afectan al ser humano: Taenia solium, que proviene del cerdo, y Taenia saginata, del ganado vacuno.

“El contagio se da principalmente por el consumo de carne cruda o mal cocida que contiene larvas llamadas cisticercos. Estas se alojan en los músculos de los animales y al ingerirlas, se desarrollan en nuestro intestino”, explica Córdova.

Aunque los niños suelen estar menos expuestos al contagio por sus hábitos alimenticios —más inclinados a dulces y masas—, no están exentos, especialmente si consumen alimentos preparados en condiciones insalubres.

Síntomas que alertan

Uno de los aspectos más peligrosos de la infección es que al inicio suele ser asintomática, lo que dificulta su detección temprana. Con el tiempo, el parásito crece y comienzan a aparecer síntomas como:

  1. Pérdida de peso
    • Falta de apetito
      • Cansancio crónico
        • Náuseas y vómitos
          • Diarreas frecuentes
          • Malestar general
  2. Eliminación de segmentos del parásito en las heces

“El efecto tóxico alérgico que produce esta tenia puede confundirse fácilmente con cuadros virales, por eso es tan importante acudir al médico ante cualquier síntoma persistente”, enfatiza la experta.

¿Qué pasa si no se trata?

Si no se detecta y elimina a tiempo, la lombriz puede ocasionar desnutrición, anemia, apendicitis e incluso infecciones más graves. 

“El tratamiento con antiparasitarios como praziquantel o niclosamida (yomesan) es efectivo, pero debe ser controlado por un profesional de salud. Además, es fundamental asegurarse de eliminar el escólex, la cabeza del parásito, ya que es la parte que se adhiere al intestino y puede regenerarse si queda dentro del cuerpo”, explica la parasitóloga y docente en Unifranz.

La presencia prolongada del parásito en el organismo deteriora el sistema inmunológico y compromete seriamente la salud, especialmente en niños y adultos mayores.

¿Los animales pueden contagiarnos parásitos?

Sí. En el caso de la “solitaria”, el cerdo es el hospedero intermediario porque alberga las larvas en su carne. Pero no es el único riesgo. La parasitóloga aclara que “los animales pueden contagiarnos diversos parásitos, no solo al alimentarnos de ellos, sino también por contacto directo o al consumir alimentos contaminados con sus excretas”.

Por ello, la crianza responsable de animales y el control sanitario en mataderos son medidas fundamentales para evitar brotes de esta enfermedad parasitaria.

Prevención: clave para evitar contagios

Para evitar el contagio con Taenia solium o saginata, Córdova recomienda una serie de medidas preventivas que pueden aplicarse en el hogar y a nivel comunitario:

  • Evitar el faeno clandestino y consumir carne únicamente de friales o mercados certificados.
  • Cocinar completamente las carnes de cerdo y res, asegurándose de que no queden partes rosadas.
  • Controlar que los mataderos inspeccionen visualmente los cisticercos, ya que pueden identificarse a simple vista.
  • Mantener a los cerdos en porquerizas limpias, sin acceso a excretas humanas.
  • Exigir mayor control por parte de las autoridades sanitarias en criaderos de animales para consumo humano.
  • Implementar campañas de educación a la población para reconocer los riesgos del consumo de carne mal preparada.

“El problema no está solo en lo que comemos, sino también en cómo lo criamos, cómo lo manipulamos y dónde lo adquirimos. Es una cadena de responsabilidades que va desde el productor hasta el consumidor”, reflexiona la docente de Parasitología en Unifranz.

Bolivia enfrenta una realidad compleja en términos de parasitosis. “Tenemos todos los factores para que esta enfermedad se mantenga: condiciones sanitarias deficientes, crianza informal de animales y bajo conocimiento de la población”, advierte la especialista.

La solución no es sólo médica. La educación comunitaria, el acceso a alimentos seguros y el fortalecimiento de controles sanitarios deben ir de la mano para cortar el ciclo de transmisión de este parásito que, aunque silencioso, puede tener consecuencias devastadoras.

Elena, la madre que vio a su hijo recuperarse tras un tratamiento adecuado, ahora es una defensora de la prevención. “No me imaginaba que una simple carne mal cocida pudiera causar tanto daño. Hoy no solo reviso bien lo que cocino, también les enseño a mis vecinos. Porque esto le puede pasar a cualquiera”.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *