Cómo detectar la sepsis a tiempo y evitar complicaciones de salud

La sepsis es una de las principales causas de muerte que podrían evitarse en los hospitales. Sin embargo, hoy en día, gracias a los avances en la tecnología médica y la investigación, se están logrando importantes progresos para tratar esta enfermedad con mejores resultados. En los últimos años, el enfoque del tratamiento ha cambiado notablemente: ahora se busca detectar la sepsis lo más pronto posible, adaptar los tratamientos a cada paciente y aprovechar nuevas tecnologías que permiten buscar soluciones más efectivas.
Patricio Gutiérrez, médico y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que la sepsis y su complicación, el choque séptico, son la primera causa de ingreso a las unidades de terapia intensiva de Bolivia y del mundo. Por esta causa, aproximadamente una de cada tres personas que llegan a terapia intensiva con esta enfermedad termina muriendo.
“En la actualidad, lo que está de moda se denomina medicina de precisión. Hemos avanzado de la medicina basada en evidencia a la medicina de precisión. Entonces, ahora sabemos que cada paciente responde de manera diferente”, sostiene el académico.
Como explica Gutiérrez, gracias a los avances en la medicina de precisión, hoy es posible tratar la sepsis de forma más personalizada. Esto significa que la atención médica se adapta a cada paciente, teniendo en cuenta su genética, su metabolismo, la causa de la infección, qué tan grave es la enfermedad y si tiene otras condiciones previas de salud.
Avances fundamentales en el tratamiento de la sepsis
En el tratamiento de la sepsis, el médico explica que hay cuatro aspectos fundamentales. El primero son los antibióticos, que deben administrarse lo antes posible. “Es clave dar el antibiótico adecuado dentro de la primera hora. Cada hora de retraso puede aumentar hasta en un 7 % el riesgo de que el paciente muera”, señala.
En segundo lugar, está la administración de sueros o líquidos intravenosos. Esto es fundamental porque la sepsis puede causar una caída peligrosa en la presión arterial y una mala circulación sanguínea. Al suministrar líquidos por vía intravenosa, se busca estabilizar al paciente, mejorar el flujo de sangre hacia los órganos vitales y prevenir el fallo multiorgánico. Este paso debe hacerse rápidamente y con la cantidad adecuada, según las condiciones específicas de cada paciente.
“Antes, lo que hacíamos era dar 30 ml por cada kilo de peso de un suero fisiológico normal, pero ahora nosotros colocamos el medicamento en función de hacerles estudios con ecografía al pie de la cama del paciente, en el que sabemos exactamente cuánto líquido necesita el paciente, de manera de no sobrehidratarlo y no causarle daño con los sueros”, explica Gutiérrez.
El tercer pilar del tratamiento es la administración de vasopresores. Estos son medicamentos que se utilizan cuando, a pesar de haber recibido líquidos, el paciente sigue con la presión arterial muy baja. Los vasopresores ayudan a contraer los vasos sanguíneos y a mantener una presión adecuada, lo que permite que la sangre siga llegando a órganos vitales como el corazón, el cerebro y los riñones. Su uso es fundamental en casos de sepsis grave o shock séptico.
“Son sustancias que cierran los vasos para subir la presión, porque cuando la sepsis llega a la sangre y se vuelve un choque séptico, entonces la presión baja mucho en los pacientes. El medicamento que se utiliza es noradrenalina, pero lo nuevo que se está utilizando son dos fármacos para subir la presión arterial. Uno se llama vasopresina, que es un medicamento muy nuevo que se está utilizando ahora, y el segundo se llama azul de metileno”, sostiene el académico.
Finalmente, el cuarto pilar del tratamiento es el soporte de órganos, que debe ser individualizado según las necesidades de cada paciente. Esto significa brindar ayuda médica especializada a los órganos que están fallando a causa de la sepsis, como los pulmones, los riñones, el corazón o el hígado. Este enfoque personalizado es clave, ya que no todos los pacientes reaccionan igual ni presentan los mismos daños. Por eso, el tratamiento debe adaptarse a la evolución clínica y las condiciones particulares de cada persona.
“En el tratamiento juega un rol importante la inteligencia artificial, porque todos los datos de la atención de los pacientes están entrando a bases de datos que usan IA y aprenden cómo se comporta la enfermedad”, destaca Gutiérrez.
Esto no solo permite hacer un diagnóstico preventivo, sino que también ayuda a decidir el mejor momento para aplicar alguno de los tratamientos mencionados. Además, se pueden ajustar los medicamentos, ya que es posible anticipar complicaciones y adaptar el apoyo médico a las necesidades de cada paciente de forma individual.
Aunque aún no existe una cura definitiva, los avances actuales permiten reducir significativamente las complicaciones y aumentar las tasas de recuperación. La clave sigue siendo tratar con precisión y personalizar la atención. La sepsis ya no es solo una emergencia médica: es un reto que la medicina está enfrentando con inteligencia, innovación y esperanza.