Coloproctología sin tabúes: ¿Cómo la tecnología transforma el diagnóstico y tratamiento?

El tema, de por sí, genera controversia. Para muchos se ha convertido en un tema tabú. Hablar de problemas en el área rectal, anal o digestiva baja no es fácil para la mayoría. Son temas que incomodan, que se silencian, pero que afectan la calidad de vida de millones de personas. La buena noticia es que hoy, la medicina cuenta con un poderoso aliado: la tecnología.
En especialidades como la coloproctología, los avances tecnológicos permiten diagnósticos más precisos, tratamientos menos invasivos y un abordaje más humano y empático con los pacientes, asegura el doctor Gastón Cornejo Ferrufino, decano académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y médico coloproctólogo con amplia trayectoria.
“La tecnología es un elemento fundamental en la práctica médica. En coloproctología ha desarrollado un papel importantísimo, porque permite estudiar tanto la parte anatómica como funcional del paciente”, afirma.
¿Qué es la coloproctología y por qué debería importarnos?
De acuerdo con la Unión Europea de Médicos Especialistas, la coloproctología es una especialidad médica y quirúrgica que se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de enfermedades del intestino delgado, colon, recto y ano, así como del piso pélvico.
Abarca patologías tan comunes como las hemorroides, diarreas recurrentes, estreñimiento crónico, fisuras anales o enfermedades inflamatorias intestinales, hasta cuadros más complejos como tumores o trastornos funcionales graves.
“Es una especialidad muy amplia que combina el enfoque clínico y quirúrgico. Requiere estudios de imagen, laboratorio, endoscopía, incluso biopsias para dar con un diagnóstico certero. Muchas veces comenzamos con síntomas leves como la diarrea, pero detrás puede haber enfermedades serias”, explica el especialista.
Una especialidad para todos
La coloproctología no distingue sexo ni edad. Todos, en algún momento de la vida, podríamos presentar síntomas relacionados con esta área. Sin embargo, los prejuicios sociales y el desconocimiento hacen que muchas personas posterguen la consulta, agravando cuadros que podrían haberse tratado a tiempo.
“Es importante que la gente pierda el temor y la vergüenza a comentar cómo ha iniciado su enfermedad.
Socializar experiencias permite que otros se animen a consultar y evitar complicaciones”, subraya Cornejo Ferrufino.
La alimentación, la hidratación, el estilo de vida y hasta el hábitat influyen directamente en la aparición de patologías digestivas bajas.
Tecnología al servicio del diagnóstico y tratamiento
Gracias a los avances tecnológicos, hoy, la coloproctología cuenta con herramientas de gran precisión como la ecografía endoanal, la manometría, la resonancia magnética pélvica, entre otras. Estas permiten evaluar no solo estructuras anatómicas, sino también su funcionamiento, brindando un diagnóstico integral.
“Un buen examen clínico sigue siendo la base. Pero cuando necesitamos apoyo tecnológico, su utilidad es incuestionable. La tecnología nos da respuestas claras y completas, y cada vez tenemos más herramientas disponibles”, indica el decano de Ciencias de la Salud de Unifranz en Cochabamba.
Asimismo, en los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el campo de la medicina con una fuerza inusitada. En coloproctología, su aplicación es incipiente pero prometedora porque ayuda a analizar grandes volúmenes de información, sugiere diagnósticos, propone tratamientos y acompaña al paciente en la comprensión de su enfermedad.
“La IA ha llegado con una velocidad extraordinaria. Es una herramienta de consulta y análisis, que no solo sirve al médico, sino también al paciente. Especialmente en diagnósticos difíciles o idiopáticos –condición médica cuya causa no puede ser determinada con precisión–, su valor es incalculable”, señala Cornejo.
La medicina actual ya transita por la inteligencia artificial analítica, evolutiva y generativa. La capacidad de adaptarse a estos nuevos modelos no es solo una ventaja, sino una necesidad.
Humanizar la tecnología: el reto del siglo XXI
Aunque los avances tecnológicos son impresionantes, la mirada humana sigue siendo insustituible. El desafío está en lograr un equilibrio entre la ciencia y la empatía. Una resonancia puede revelar datos clave, pero es la escucha activa del médico la que construye el vínculo de confianza con el paciente.
“Muchos diagnósticos terminan siendo idiopáticos, es decir, sin causa aparente. Ahí entra en juego la sensibilidad del médico, su experiencia, y también la apertura para explorar terapias alternativas que alivien el sufrimiento del paciente”, explica el especialista.
En enfermedades relacionadas con el piso pélvico, el intestino o el ano, este acompañamiento humano es clave. Se trata de una zona delicada, tanto en lo físico como en lo emocional. Abordarla con respeto, profesionalismo y humanidad es tan importante como usar las herramientas más sofisticadas.
La educación médica, pilar del cambio
Como decano académico, Cornejo Ferrufino destaca la importancia de formar a las nuevas generaciones de médicos con una visión integral, capaces de manejar tecnología avanzada, pero también de comprender a las personas desde su vulnerabilidad.
“En Unifranz, estamos formando profesionales con competencias científicas y éticas. Deben saber usar la tecnología, pero también deben mirar al paciente como un ser humano integral, que necesita ser comprendido, no solo tratado”, recalca.
Finalmente, hablar de coloproctología no debería generar incomodidad. Consultar a tiempo puede salvar vidas. La tecnología médica, en especial la inteligencia artificial, se está convirtiendo en una gran aliada para mejorar diagnósticos y tratamientos. Pero la mejor herramienta seguirá siendo la información, la confianza y el cuidado temprano.
“La tecnología no reemplaza al médico, pero sí lo complementa. Cuando paciente y profesional trabajan juntos, los resultados siempre serán mejores”, concluye Gastón Cornejo.