Por Manuel Filomeno
La tecnología hace girar las ruedas del mundo. Las innovaciones hacen nuestras vidas cada vez más fáciles, con herramientas y aplicaciones que simplifican tareas y permiten a las personas conectarse como nunca antes.
Pero este ritmo de innovación acelerado también trae riesgos y expone vulnerabilidades, sobre todo en aquellos que, si bien hacen uso de estas tecnologías, no están lo suficientemente familiarizados con su funcionamiento y medidas de seguridad, lo que las hace presa fácil de ciberdelincuentes.
Carmen Ballón (nombre ficticio) tiene cuatro hijas adultas viviendo en el extranjero. A sus 78 años maneja con fluidez el celular y la computadora, pero reconoce no saber mucho acerca del funcionamiento interno de los programas que utiliza.
“Más de una vez estuve a punto de ser víctima de una estafa, pero por suerte pedí ayuda a tiempo y pude descubrir la estrategia de los ciberdelincuentes”, confiesa.
Sin embargo, nada la preparó para lo que sucedió hace algunas semanas.
“Recibí una llamada de uno de mis nietos adolescentes que vive en la Argentina. La llamada provenía de un número desconocido, pero reconocí su voz, en la llamada me dijo que estaba en Bolivia, pero que le habían robado y que necesitaba que le hiciera una transferencia y me mandó un código QR, por suerte me di cuenta de que algo no andaba bien, así que le dije que me llamara en cinco minutos y llamé a mi hija, quien me aclaró la falsedad de la llamada”, relata.
Casos similares se presentan todos los días en todo el mundo y ya son motivo de preocupación para las fuerzas del orden en varios países.
La inteligencia artificial ahora es usada para clonar voces, las cuales son utilizadas en estafas, sobre todo dirigidas a adultos mayores. Mediante esta técnica, los defraudadores pueden hacerse pasar por un nieto que se ha quedado sin dinero estando de viaje y necesita, de manera urgente, que le transfieran cierta cantidad de dinero para regresar a su casa, entre otros ardides.
Los delincuentes 2.0 utilizan los medios digitales para las actividades ilícitas y representan un desafío para la seguridad en la era digital.
“Estos delincuentes emplean habilidades tecnológicas y conocimiento de Internet para cometer delitos, como el robo de identidad utilizando el deepfake (acrónimo del inglés formado por las palabras fake, falsificación, y deep learning, aprendizaje profundo) para manipular audios, lo que puede ser usado en estafas”, explica el abogado William Llanos, docente de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Estos programas de IA (deepfake de audio) analizan la voz de la persona a la que se quiere imitar y busca los patrones que consolidan los matices y el sonido único de la persona en cuestión al hablar. Es decir, los programas imitan el tono, el acento y la edad para recrearlos.
Datos de la Comisión Federal de Comercio (FCT) de Estados Unidos señalan que las estafas telefónicas causaron la pérdida de hasta 11 millones de dólares en 2022. Por otra parte, se recibieron más de 36 mil denuncias. A finales de 2021, alguien le robó 35 millones de dólares a un banco usando esta tecnología.
Cómo protegerse
Ante el riesgo de caer en este tipo de estafas, es importante la utilización de aplicaciones de seguridad, ya que se constituyen en una capa extra a las disponibles en los teléfonos para identificar y bloquear llamadas sospechosas.
Por otra parte, es importante una adecuada comunicación a través de canales exclusivos con los miembros de la familia, para así minimizar riesgos. También mantener la calma y verificar la autenticidad de tales peticiones de ayuda financiera.
Ante una llamada de este tipo, se debe colgar y contactar directamente al familiar o amigo en cuestión por medio de líneas telefónicas o canales de comunicación previamente establecidos y confiables.
Este fenómeno refleja la creciente importancia de la educación digital en un amplio espectro de la población, especialmente en aquellos individuos que podrían no estar bien informados sobre las nuevas tecnologías.