Avances en los tratamientos del cáncer de próstata: un panorama de esperanza y ciencia

By Paula Beatriz Cahuasa

Imagen Unifranz

Los tratamientos contra el cáncer de próstata han experimentado avances significativos que han mejorado la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes. Gracias al desarrollo de terapias más precisas y menos invasivas, se ha transformado el panorama para millones de hombres en todo el mundo. Esta patología, una de las más comunes entre la población masculina, ya no es sinónimo automático de muerte, y cada día se abren nuevas posibilidades de curación o control prolongado de la enfermedad.

Álvaro Eyzaguirre, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que el cáncer de próstata, en la mayoría de los casos, presenta un crecimiento lento y progresivo, lo que representa una ventaja significativa en términos de manejo clínico. Esta evolución pausada permite que, si se logra una detección temprana mediante evaluaciones médicas periódicas y pruebas diagnósticas oportunas, existan mayores probabilidades de aplicar tratamientos efectivos con altos índices de éxito. 

“La ausencia de síntomas no quiere decir ausencia de enfermedades, es muy probable que estos procesos oncológicos se presenten incluso sin síntomas quienes se desarrollan posteriormente a la agravación del cuadro”, explica Eyzaguirre. 

Los avances recientes en el tratamiento del cáncer de próstata han transformado el abordaje de esta enfermedad, especialmente en estadios avanzados y metastásicos, con un enfoque en medicina personalizada, terapias dirigidas, inmunoterapia y técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas se puede destacar:

  1. Cirugía y técnicas mínimamente invasivas: Entre los avances terapéuticos más destacados se encuentran la cirugía robótica, que permite extirpar la próstata con mayor precisión y menos efectos secundarios como incontinencia y disfunción eréctil, reduciendo las secuelas funcionales. Un ejemplo específico es la cirugía robótica Da Vinci y terapia HIFU (ultrasonido focalizado de alta intensidad), que permiten intervenciones menos invasivas, con menor daño a nervios y tejidos.
  2. Radioterapias: Estas tecnologías han revolucionado el tratamiento en fases localizadas. La radioterapia de intensidad modulada que adapta la dosis de radiación al volumen del tumor con mínima afectación a los tejidos sanos. 
  3. Terapias dirigidas: Otro desarrollo relevante es el uso de terapias dirigidas, Este tratamiento localiza y destruye a las células cancerígenas específicas en todo el cuerpo, es un procedimiento con mínima toxicidad para los tejidos y sin dañar las células sanas. 
  4. Inmunoterapia: Fortalece el sistema inmunológico del paciente para combatir el tumor. Estas opciones se están utilizando con éxito en pacientes que presentan resistencia a tratamientos convencionales como la hormonoterapia. Inhibidores de puntos de control inmunitarios (como Nivolumab) y vacunas (como Provenge)  han mostrado eficacia, especialmente en casos con cambios genéticos específicos.

Además, se han introducido pruebas genéticas que permiten identificar mutaciones específicas y personalizar el tratamiento, lo que representa un paso hacia una medicina más precisa y eficaz. Esta personalización aumenta significativamente las probabilidades de control o curación del cáncer, además de reducir los efectos secundarios. “Los hombres no están libres de desarrollar un cáncer de próstata, o no necesariamente cáncer, simplemente una hiperplasia prostática benigna”, destaca Eyzaguirre.

En casos de enfermedad avanzada o metastásica, los tratamientos paliativos también han evolucionado, permitiendo una mejor calidad de vida. Medicamentos más efectivos para el dolor óseo, terapias hormonales de nueva generación y radioterapia focalizada permiten contener el avance de la enfermedad durante años.

A nivel preventivo, se continúa investigando el papel de la dieta, el ejercicio físico y la suplementación con micronutrientes como el selenio y el licopeno. Estos componentes tienen un efecto protector y forman parte de las recomendaciones generales para la salud prostática. Por otro lado, la edad es uno de los factores de riesgo más relevantes. Aunque existen casos poco frecuentes de esta afección en jóvenes.

“Hay casos excepcionales en los que hay pro oncogenes, o genes patológicos, que desarrollan cáncer de próstata por debajo de los 30 años. La verdad es que el 91 al 98% de los cánceres de próstata aparecen por encima de los 40 años con su pico a los 65 años”, explica el académico.

Esto hace necesario mantener una vigilancia continua a partir de la mediana edad. Sin embargo, uno de los principales desafíos es la detección temprana. A pesar de que muchos pacientes llegan a consulta en etapas avanzadas. En este contexto, el examen de tacto rectal sigue siendo un pilar fundamental del diagnóstico. Aunque persisten ciertos estigmas culturales al respecto, lo más recomendable es superar el tabú alrededor de este procedimiento porque salva vidas.

“Nosotros confundimos frecuentemente vulnerabilidad con humillación. El proceso de tacto rectal es el que identifica, no solamente las características y la probabilidad de que la próstata se torne patológica, sino que nos da una visión de cuando es la gravedad en un futuro con un solo contacto”, sostiene Eyzaguirre. 

Los antecedentes genéticos suelen ser considerados por los pacientes como la principal causa de preocupación, sin embargo, esta percepción es incompleta. En cuanto al comportamiento de la enfermedad, el cáncer de próstata suele evolucionar de manera lenta, lo que da margen a tratamientos eficaces si se detecta a tiempo. 

“El cáncer de próstata, se encuentra entre los cánceres menos agresivos que afectan a los seres humanos, su presentación más grave es la presentación metastásica que, desgraciadamente, cuando el cáncer de próstata hace metástasis (normalmente a los huesos) entonces ahí sí genera un índice de gravedad. Pero incluso así, con metástasis, sigue siendo de fácil resolución antes del estadio cuarto de la afección”, explica Eyzaguirre.

El estadio cuarto del cáncer de próstata, también conocido como cáncer metastásico, indica que las células cancerosas se han diseminado fuera de la próstata y a otras partes del cuerpo. Esto puede incluir los ganglios linfáticos cercanos, los huesos u otros órganos como la vejiga, el hígado o los pulmones.

Sin embargo, a pesar de ser una de las principales causas de muerte oncológica entre hombres, el cáncer de próstata ha dejado de ser una sentencia definitiva. Con una combinación de diagnóstico precoz, acceso a terapias avanzadas y cambios en el estilo de vida, los pacientes hoy pueden acceder a más herramientas para enfrentar esta enfermedad. 

avatar do autor
Paula Beatriz Cahuasa

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *