Por Lily Zurita
Afecta a millones de mujeres maduras en el mundo que se encuentran sometidas a una sobrecarga física y emocional. El síndrome les origina desequilibrios entre el cuerpo y la mente (somáticos y psíquicos).
El síndrome de la ‘Abuela Esclava’ es el nombre dado por el profesor Antonio Guijarro, cardiólogo de la Universidad de Granada, España a «un cuadro clínico patológico muy frecuente, grave, potencialmente mortal y que afecta a amas de casa en ejercicio activo». Se trata de «una auténtica pandemia» que sufren mujeres de edad avanzada con excesivas responsabilidades familiares.
Yolita trabajaba como empleada doméstica en la casa de una familia de cuatro integrantes –mamá, papá y dos niñas de 10 y 8 años -. Sin embargo, la pareja se separó con el consecuente abandono del hogar por parte del esposo.
A los pocos días, la mamá de ‘la señora’ se trasladó a la casa para acompañar a su hija y ayudarla, principalmente, con el cuidado de las nietas, recogerlas del colegio y ayudarlas a hacer sus tareas. Al poco tiempo las responsabilidades de la abuela de casi 60 años aumentaron, se hizo cargo del lavado y planchado de la ropa y, además, de hacer el almuerzo diariamente, al extremo que la familia decidió prescindir de la trabajadora del hogar.
Casi seis meses después, ‘la señora de la casa’ llamó a Yolita para pedirle que vuelva a trabajar, porque su mamá estaba hospitalizada con un cuadro crónico de “estrés y fatiga emocional”.
El síndrome de la ‘Abuela Esclava’ ha sido calificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad originada por los “malos tratos hacia la mujer”.
Esta enfermedad se caracteriza por el “altísimo grado de sufrimiento que provoca deterioro en la calidad de vida de la afectada y de su entorno familiar y que, potencialmente, incluso puede llevar a la muerte”, asegura James Robles, director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. El catedrático compartirá un estudio sobre este síndrome en una charla online organizada por el ISEP de España el próximo 27 de abril.
Manifestaciones físicas y emocionales
El síndrome presenta una serie de manifestaciones físicas y emocionales. Entre las físicas se evidencia la hipertensión arterial, diabetes, sofocaciones, taquicardias, dificultad para respirar, mareos, hormigueos, desvanecimientos, cansancio, caídas fortuitas.
Entre las emocionales, las mujeres que sufren este mal presentan malestar general, ansiedad, tristeza, desánimo, falta de motivación, sentimientos de culpa por su malestar. Se ha tenido conocimiento que incluso piensan en el suicidio como única salida.
Estudio sistémico del síndrome
Robles indica que, junto a la Clínica Sistémica de la Familia Boliviana (F), llevó adelante un estudio que permite ver la afectación del sistema según la relación del sistema familiar y su red de apoyo social relacional.
Algunos factores predisponen a la enfermedad. Por ejemplo, el desequilibrio entre los espacios personales y familiares, el asumir roles y funciones de las familias extensas en las que conviven, realizar trabajos o actividades extra-domésticas. Se suma a ello las obligaciones de ama de casa (cuidado de los nietos), la acumulación de obligaciones, tener una familia numerosa o tener familiares discapacitados o enfermos a su cargo.
Robles considera que este síndrome es difícil de diagnosticar, “debido a que la paciente suele negar que está sometida a estrés por razones familiares o culturales, aunque sabe que tiene demasiadas responsabilidades cree que puede con todo y piensa que su malestar se debe a otra cosa”.
Por su parte, puntualiza, la familia se mantiene ajena a esta situación (no quieren ver la realidad), consideran que la única culpable es la abuela, que se niega a delegar responsabilidades o que “está chocheando” con los nietos.
Perfil de la abuela esclava
El síndrome de la abuela esclava es un síndrome común en nuestro contexto, las adultas mayores se ven expuestas a asumir el rol que deberían cumplir los padres biológicos con los nietos y en las responsabilidades del hogar. Sus características son:
Abuelas con excesivo sentido del deber y la responsabilidad.
No suelen quejarse de la situación.
Pueden ser de cualquier clase social.
Padecen somatizaciones físicas.
No descansan, aunque (los hijos) cabeza del hogar estén presentes.
El tratamiento sistémico de esta enfermedad busca liberar a la abuela de sobre cargas, pretende lograr un equilibrio entre sus capacidades y responsabilidades, reconocer las funciones – cariño y comprensión familiar y reconocer sus límites físicos y emocionales.