Estrategias y terapias que ayudan a tratar el trastorno de compra impulsiva

By Aldo Juan Peralta Lemus

Los signos más frecuentes incluyen la urgencia repentina por comprar, el gasto excesivo sin considerar el presupuesto y la acumulación de objetos innecesarios.

La compra impulsiva patológica, o trastorno de compras compulsivas, constituye una alteración del comportamiento que va mucho más allá del gusto habitual por adquirir productos. Se trata de una necesidad incontrolable y recurrente de comprar, incluso cuando los objetos no tienen utilidad, valor real o pertinencia para la vida cotidiana. 

Este impulso genera ansiedad, culpa, conflictos interpersonales y, con frecuencia, un deterioro significativo de la estabilidad económica. Reconocer el problema en fases tempranas resulta fundamental para evitar daños emocionales, sociales y financieros que pueden prolongarse durante años.

Tal como explica Matías Mercado, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), para identificar si alguien atraviesa un trastorno de este tipo: “Hay que guiarnos por un principio básico: si se está haciendo daño a sí mismo o si está causando problemas a las personas de su entorno”. 

En el caso de la compra compulsiva, el académico añade, también puede verse gravemente afectada “la economía y el plan global de gastos”, evidenciando que el impacto del trastorno no se limita al ámbito emocional, sino que compromete la estabilidad material de la persona y quienes dependen de ella.

Los signos más frecuentes incluyen la urgencia repentina por comprar, el gasto excesivo sin considerar el presupuesto, la acumulación de objetos innecesarios y la búsqueda constante de ofertas que funcionan como detonantes del ciclo compulsivo. 

Mercado señala dos indicadores clave del daño personal: por un lado, “la culpa… que se puede mantener durante muchos años a compras específicas que han sido hechas de manera impulsiva”; y por otro, episodios en los que la persona “no puede recordar haber hecho todo el proceso de compra y solo saber que la ha hecho”, lo que evidencia la pérdida de control característica del trastorno.

La causa suele estar asociada a condiciones emocionales: ansiedad, estrés, tristeza, sensación de vacío o baja autoestima. Mercado enfatiza que esta conducta “es solo un síntoma… la compra compulsiva es un trastorno considerado del estado del ánimo”. 

Por lo tanto, el tratamiento no debe centrarse únicamente en frenar la conducta, sino en comprender y trabajar el origen emocional que la sostiene: presión social, dificultades para manejar el estrés, incapacidad de regular emociones o necesidad de llenar vacíos afectivos. En algunos casos, este patrón puede vincularse con comportamientos acumulativos, formando parte de un cuadro más complejo.

Para abordar este comportamiento de manera efectiva, es fundamental contar con estrategias psicológicas que ayuden a comprender sus causas, manejar las emociones involucradas y desarrollar hábitos más saludables. A continuación, se presentan algunas herramientas terapéuticas que pueden resultar de gran ayuda.

Cómo tratar las compras compulsivas desde la psicología

La terapia cognitivo-conductual es uno de los enfoques más eficaces para tratar las compras compulsivas. Permite identificar los pensamientos automáticos y distorsionados relacionados con el consumo y reemplazarlos por patrones más realistas y racionales. Además, ayuda a desarrollar habilidades para evitar impulsos y tomar decisiones más conscientes.

También, la psicoterapia individual o grupal son modalidades terapéuticas que ofrecen un espacio seguro para explorar las causas emocionales que alimentan la compulsión, como la ansiedad, la tristeza o el vacío emocional. En el caso de la terapia grupal, también brinda la oportunidad de compartir experiencias con personas que atraviesan situaciones similares, lo que fomenta la empatía, el apoyo mutuo y el aprendizaje colectivo.

La gestión de la ansiedad y las emociones ofrece técnicas de regulación emocional clave para evitar que las compras se conviertan en una vía de escape. Prácticas como la relajación muscular progresiva, el mindfulness o la respiración profunda ayudan a reducir la ansiedad y el impulso de comprar impulsivamente. Con el tiempo, estas herramientas permiten responder a las emociones de forma más equilibrada y saludable.

De esta manera la intervención psicológica, especialmente desde la terapia cognitivo-conductual, resulta eficaz para identificar los pensamientos automáticos que impulsan la compra y reemplazarlos por evaluaciones más racionales. Al mismo tiempo, Mercado destaca la importancia de estrategias prácticas centradas en la conducta, por ejemplo: “hacer un presupuesto para ver cuánto uno puede gastar y no ir a comprar a ciegas”. 

También recomienda analizar el motivo real de cada adquisición: “saber por qué se compra, para quién se compra”, lo que permite diferenciar una necesidad genuina de una respuesta emocional. Otra estrategia útil consiste en posponer la compra: “no comprarlo inmediatamente, sino al día siguiente o a la semana siguiente”; si después de ese tiempo el deseo persiste, la decisión será más consciente y menos impulsiva.

Crear hábitos de autorreflexión es igualmente clave. Mercado propone una guía sencilla para evaluar cada compra preguntándose: “¿Lo quiero, lo necesito, o es un lujo que me puedo permitir en este momento?”. Este ejercicio favorece la toma de decisiones responsables y fortalece el autocontrol emocional, recordando siempre que “toda compra también tiene un componente emocional”, por lo que un estado emocional estable suele traducirse en hábitos de consumo más saludables.

Cuando la persona reconoce que no puede controlar sus impulsos o el comportamiento afecta gravemente su vida, Mercado es claro en este aspecto: “si vemos que no se puede tener un control, ahí sí es un problema y se puede acudir a un profesional”. Con apoyo adecuado, conciencia y estrategias prácticas, es posible romper el ciclo compulsivo, restablecer la estabilidad económica y reconstruir una relación equilibrada con el consumo.

Deixe um comentário

O seu endereço de e-mail não será publicado. Campos obrigatórios são marcados com *