Rompiendo estigmas al volante: mujeres desafían el machismo en el transporte público de El Alto

En El Alto, Bolivia, el casi colapsado sistema de transporte también lleva consigo una historia de lucha. Detrás del volante, mujeres conductoras desafían no sólo el tráfico caótico, sino también los prejuicios y estigmas de género que persisten en uno de los sectores laborales más masculinizados del país: el transporte público.
Este fue el punto de partida de la investigación de un grupo de estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo. El trabajo, uno de los ganadores de las V Jornadas de Investigación de Unifranz, desde la mirada de la psicología social se adentra en las experiencias de las mujeres conductoras alteñas para comprender cómo los estigmas psicosociales influyen en su vida laboral y emocional.
“Estas mujeres enfrentan estigmas sutiles pero persistentes, que van desde comentarios machistas hasta la preferencia sindical por los hombres. Aun así, su resiliencia es admirable”, explica la investigación.
Un volante en manos femeninas
El equipo investigador, conformado por Oriana Jahel Cabrera, Erlan Julian Coariti, Diego Reynaldo Espejo, Jenny Jedcenia Gómez, Nayzeth Denisse Gonzales y Beba Alarcón, bajo la tutoría del docente Edwin Pocoaca Machaca, propuso un enfoque cualitativo y fenomenológico, centrado en comprender las experiencias subjetivas de tres mujeres conductoras de minibuses.
A través de entrevistas y observación participante, el estudio logró adentrarse en el mundo laboral de estas trabajadoras, donde los estigmas psicosociales —esos prejuicios invisibles que asocian la conducción con la fuerza y la masculinidad— aún marcan la diferencia.
Los hallazgos confirman que, aunque las mujeres no enfrentan barreras formales para ingresar al rubro, sí persisten actitudes machistas y discriminación estructural, reflejadas en la preferencia sindical por los hombres y en frases despectivas como “imilla, anda a cocinar” o “mujer tenías que ser”.
Pero el corazón de la investigación no está en la queja, sino en la resiliencia. Estas mujeres no solo soportan los estigmas: los convierten en motor.
Resiliencia al volante
El estudio destaca que las conductoras desarrollan una fortaleza emocional admirable. Sus principales fuentes de motivación son sus familias y sus hijos, quienes representan la razón por la que se enfrentan cada día a un entorno que aún las mira con prejuicio.
“Estas mujeres mantienen una actitud profesional, no permiten que los comentarios afecten su autoestima. Han aprendido a manejar no solo los vehículos, sino también sus emociones”, señala el informe.
Las estrategias de afrontamiento que emplean —autorregulación emocional, reevaluación positiva y apoyo social— reflejan una inteligencia emocional profunda, una herramienta que las ayuda a equilibrar su vida laboral y personal en medio de las tensiones diarias del tráfico y la discriminación.
La psicología al servicio del cambio social
La importancia de esta investigación trasciende los límites académicos. Su valor radica en visibilizar a un grupo históricamente invisibilizado y ofrecer evidencia que sirva como base para políticas inclusivas y programas psicosociales que promuevan la equidad de género.
Entre las principales recomendaciones del estudio se destacan: implementar talleres de sensibilización y equidad de género en sindicatos de transporte, crear mecanismos confidenciales de denuncia para mujeres trabajadoras del sector, fortalecer redes de apoyo familiar y social que refuercen su bienestar emocional, desarrollar programas municipales de apoyo psicosocial y campañas públicas que visibilicen el rol femenino en el transporte.
Esa conexión humana, unida al enfoque psicológico y social del estudio, convierte a esta investigación en una pieza clave para comprender la nueva realidad laboral de las mujeres bolivianas, que avanzan —aunque a contracorriente— hacia la igualdad.
La investigación no solo aporta el conocimiento, sino también visibiliza el coraje. Demuestra que la ciencia puede y debe mirar hacia la calle, hacia la vida real, hacia esas historias que construyen un país más igualitario.