Ciberseguridad en la era de la hiperconexión: defensa ante amenazas invisibles

En un mundo donde un clic puede abrir puertas a oportunidades o peligros, la ciberseguridad se ha convertido en un pilar crítico para la transformación digital. Bolivia, al igual que gran parte del mundo, enfrenta un desafío silencioso pero persistente: proteger la información en un entorno cada vez más conectado.
Walter Jaime Mayorga Benavides, coordinador del Diplomado de Ciberseguridad en Postgrado de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), señala que la ciberseguridad en el contexto de la transformación digital es fundamental.
“Si bien la tecnología nos brinda múltiples beneficios, también nos expone a amenazas como ransomware, phishing y otros tipos de ataques. Contar con infraestructuras de defensa y protección es esencial para garantizar la seguridad en un mundo cada vez más tecnológico e innovador”, afirma.
Usuarios y emprendimientos en riesgo
Las amenazas digitales no discriminan. Según datos de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) de España, los ataques a usuarios han aumentado más de un 25% en los últimos tres años, especialmente por compartir información sensible de forma imprudente.
Mayorga advierte que la principal vulnerabilidad del usuario promedio radica en la hiperconectividad y la falta de conocimientos en herramientas de protección. Contraseñas débiles, dispositivos desactualizados y la ausencia de criterios éticos para resguardar datos delicados son la puerta de entrada para ciberdelincuentes.
Pero si los usuarios individuales enfrentan riesgos, las pequeñas y medianas empresas (pymes) no están mejor posicionadas. Según Mayorga, alrededor del 70% de las pymes bolivianas carece de preparación ante ciberataques. Esto se debe a la falta de infraestructura tecnológica y la percepción errónea de que ser pequeño las hace inmunes.
“La mayoría carece de los recursos necesarios para protegerse de ciberataques. Pero, también es importante comprender que invertir en ciberseguridad siempre resulta más económico que enfrentar las consecuencias de un ataque”, subraya.
Las estadísticas globales confirman esta afirmación. Un solo ataque de ransomware puede costar a una empresa mediana entre 50.000 y 120.000 dólares, sin contar la pérdida de reputación o información crítica.
El doble filo de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado la defensa digital, pero también amplifica los riesgos. Mayorga explica que “la IA facilita ataques más sofisticados y rápidos, pero también fortalece la detección temprana de amenazas mediante automatización, identificación de patrones y algoritmos predictivos”.
Un informe del CSIS (Center for Strategic & International Studies) revela que la IA en manos de ciberdelincuentes permite ataques más precisos, mientras que las soluciones basadas en IA pueden reducir hasta un 40% los tiempos de respuesta ante incidentes. Esta dualidad convierte a la IA en un arma de doble filo que gobiernos, empresas y profesionales deben manejar con destreza.
El futuro de la ciberseguridad estará marcado por la automatización y la inteligencia artificial, pero también por la computación cuántica. Esta tecnología emergente permitirá procesar información y ejecutar algoritmos criptográficos a velocidades exponenciales, creando oportunidades y riesgos inéditos.
“Si bien representa una oportunidad para reforzar la ciberseguridad, también implica un gran riesgo si cae en manos de ciberdelincuentes”, advierte Mayorga.
Capacitación continua: la mejor defensa
Para enfrentar un panorama en constante cambio, la actualización profesional es indispensable. Cursos, investigaciones aplicadas, prácticas, redes de networking y programas especializados son herramientas fundamentales. Además, la especialización en ciberseguridad defensiva (blue team), ofensiva (red team) o hacking ético permite a los profesionales mantenerse un paso adelante de los atacantes.
Ante estos retos educativos, la unidad de postgrado de Unifranz realizará la segunda versión del “Diplomado en ciberseguridad en gestión de riesgos digitales”. El objetivo es dotar a los participantes de conocimientos técnicos, estratégicos y normativos que les permitan prevenir, detectar y responder eficazmente a amenazas cibernéticas en diversos entornos organizacionales.
Mayorga concluye con una advertencia clara: “En tecnología y ciberseguridad, quienes no se capaciten quedarán rezagados y más expuestos a riesgos digitales”. La lección es evidente, proteger la información no es solo una responsabilidad corporativa, sino un acto de supervivencia digital.