Consejos para mantener el valor del dinero en tiempos difíciles

En contextos de crisis económica o incertidumbre financiera, proteger el valor del dinero se convierte en una prioridad para las familias y pequeños ahorristas. La pérdida del poder adquisitivo puede afectar desde lo más básico, como la alimentación, hasta proyectos a largo plazo, como la educación o la vivienda. Por eso, tomar decisiones inteligentes y prevenir antes que lamentar es esencial para mantener la estabilidad económica.
Demis Vargas, docente de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene: “Existen diferentes formas de proteger el dinero; solo es cuestión de evaluar las distintas posibilidades, y el conocimiento es la principal característica para realizar una buena evaluación. Es mejor empezar a invertir en actividades con las que uno se sienta conforme o, de alguna manera, tenga bastante conocimiento”.
Uno de los primeros pasos es evitar guardar grandes sumas de dinero en efectivo. Por ejemplo, en tiempos de inflación, el dinero, si permanece inactivo, pierde valor rápidamente. Por ello, es importante buscar opciones que al menos igualen o superen el índice de inflación.
Para proteger el valor del dinero a largo plazo, especialmente en contextos de inflación o devaluación de la moneda, es clave diversificar las inversiones, considerar activos tangibles como el oro y los bienes raíces, y buscar instrumentos financieros que ofrezcan protección contra la inflación.
“Si hablamos puntualmente de inversiones, el mejor refugio hoy en día siempre van a ser los bienes. La mejor inversión —reiterando siempre, evaluada en su momento— es la inversión en inmuebles”, explica Vargas.
Invertir en activos de valor estable o refugio, como metales preciosos, bienes raíces o incluso en monedas extranjeras fuertes (como dólares o euros), puede ayudar a resguardar el capital en contextos económicos inciertos. Siempre es recomendable hacerlo con asesoría y considerando el riesgo, la liquidez y el horizonte de inversión.
Por otro lado, cuando se trata de inversiones a corto plazo —aquellas que se realizan con el objetivo de obtener rendimientos en un período relativamente breve, generalmente de hasta un año—, estas se caracterizan por su alta liquidez, lo que significa que pueden convertirse fácilmente en efectivo cuando sea necesario.
“Existe también la posibilidad de realizar inversiones en bienes muebles, tal vez vehículos, pero ahí hay que hacer una evaluación más rigurosa, porque, al contrario de los bienes inmuebles, estos son los que van perdiendo valor en el tiempo”, sostiene el académico.
La diversificación de ingresos también es una estrategia útil. Tener más de una fuente de ingresos, aunque sea secundaria, puede ser un salvavidas en momentos de dificultad. Desde trabajos freelance, venta de productos caseros, alquiler de espacios o servicios por internet, hoy existen múltiples formas de generar dinero extra desde casa.
“Cuando se trata de inversiones a corto plazo, también están los activos financieros, pero ahí la recomendación es tener mucho cuidado, empezar a asesorarse bastante bien, porque los activos financieros —principalmente, lo que está en la coyuntura actual— podrían ser las criptodivisas”, comenta Vargas.
El uso de activos virtuales ha ganado protagonismo en Bolivia como una alternativa relevante para el ahorro y la inversión, especialmente frente a la escasez de dólares en el país. Aunque estos sistemas presentan múltiples beneficios, también implican riesgos considerables, principalmente debido a la falta de información adecuada y a la limitada educación financiera de muchos usuarios.
El control del gasto es otro pilar fundamental. Elaborar un presupuesto mensual y diferenciar entre gastos esenciales y prescindibles permite tener mayor dominio sobre las finanzas personales. Pequeños ajustes, como reducir el consumo innecesario, aprovechar descuentos, comprar al por mayor o evitar deudas con intereses altos, pueden representar un gran ahorro a largo plazo.
Un estudio publicado en Future Business Journal mostró que el comportamiento financiero (equilibrio entre ingresos y gastos) y la gestión financiera son esenciales para el bienestar financiero de grupos de bajos ingresos, especialmente en tiempos de inestabilidad económica.
Finalmente, invertir en educación y desarrollo personal es clave. Las habilidades financieras, el aprendizaje continuo y el conocimiento del entorno económico permiten tomar mejores decisiones. En tiempos difíciles, quienes están mejor preparados tienen más herramientas para adaptarse, innovar y proteger su futuro financiero. Cuidar el valor del dinero no se trata solo de ahorrar, sino de saber usarlo con inteligencia, previsión y estrategia.