Reaprender es avanzar: la clave del éxito en la era tecnológica
En un entorno laboral marcado por la automatización, la inteligencia artificial y cambios constantes en los modelos de negocio, ya no es suficiente contar con un título universitario o una carrera consolidada. La verdadera ventaja competitiva radica en la capacidad de aprender, desaprender y reaprender, una habilidad que se ha vuelto esencial para sobrevivir profesionalmente y destacar en el mercado.
“La clave está en salir de la zona de confort y buscar nuevas formas de aprender tecnologías que nos permitan crecer laboralmente”, explica Miguel Velarde, coordinador de reclutamiento y selección de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. Desde su experiencia, la disposición al cambio ya no es un plus, sino una condición indispensable.
Velarde destaca que reaprender no significa borrar el pasado, sino reinterpretarlo: “Lo más importante es entender que reinventarse y desaprender no significa olvidar. Más bien, es valorar lo que uno sabe, la experiencia que ha obtenido, pero además, aprender a cuestionar ese conocimiento. Esto le va a permitir a la persona entender nuevos contextos, nuevas formas y adaptarse, que considero es lo más importante para reaprender, para reinventarse”.
El aprendizaje continuo ya no es un lujo académico, sino una herramienta de supervivencia profesional. Profundizar en áreas emergentes como análisis de datos, ciberseguridad, inteligencia artificial, sostenibilidad o economía digital es parte de una transformación que requiere más que conocimientos técnicos. También exige actitud, flexibilidad y curiosidad.
“Hoy en día el aprendizaje ya no es un proceso pasivo en el que nos encontramos esperando ser enseñados. Ser un autodidacta, conocer nuevas tecnologías, rodearse de nuevos círculos de aprendizaje y mantener un contacto social activo son claves para conocer y adaptarse al nuevo entorno”, afirma Velarde.
Una de las mayores barreras para este nuevo paradigma es la resistencia al cambio. Muchas personas se aferran a lo que conocen por miedo a equivocarse o por la creencia de que “ya es tarde para volver a empezar”. Sin embargo, los perfiles más valorados hoy no son los que lo saben todo, sino los que saben aprender, resolver problemas y reinventarse en entornos inciertos.
Según el informe Future of Jobs Report 2023 del Foro Económico Mundial, el 44% de las habilidades actuales de los trabajadores quedará obsoleto en los próximos cinco años, producto del avance tecnológico. Las habilidades más demandadas serán pensamiento crítico, adaptabilidad, resolución de problemas y dominio de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial o la ciberseguridad.
Otro dato revelador proviene del Workplace Learning Report 2024 de LinkedIn. El estudio indica que el 93% de las organizaciones están preocupadas por la brecha de habilidades. Pero también señala que los empleados que dedican tiempo al aprendizaje son un 39% más propensos a sentirse empoderados y productivos. Entre las competencias más buscadas destacan la IA generativa, la gestión de proyectos y las habilidades interpersonales.
En este contexto, las empresas más innovadoras ya no contratan únicamente por títulos universitarios o experiencia pasada. Se enfocan en el potencial de adaptación: ¿Puede esta persona desenvolverse en entornos cambiantes? ¿Tiene iniciativa? ¿Es capaz de aprender algo completamente nuevo? “Es importante tomar en cuenta la adaptabilidad y la capacidad de una persona de poder generar en sí mismo un aprendizaje continuo. Esto nos va a permitir surgir o sobresalir dentro de este mundo cada vez más tecnológico”, asegura Velarde.
La formación continua deja de ser una opción para convertirse en una urgencia. Reaprender también implica cuestionar viejas metodologías y rutinas que han perdido vigencia. En este nuevo ecosistema laboral, las llamadas soft skills —comunicación, empatía, liderazgo, pensamiento crítico o gestión del cambio— cobran protagonismo. Ya no basta con saber hacer, también es vital saber ser.
Una estrategia eficaz para incorporar nuevos conocimientos es el microlearning, una metodología que permite aprender en bloques breves pero concentrados. “Es una técnica muy utilizada. Permite aprender en pequeños bloques, donde se puede aprovechar al máximo la información sin sentirse abrumado. Hablamos de 10 a 20 minutos diarios en los que la persona se enfoca al 100% en lo que está aprendiendo. Y esto puede convertirse en un hábito”, sugiere el experto de Unifranz.
En definitiva, el éxito en el mercado laboral ya no depende de cuánto se sabe, sino de qué tan rápido se puede aprender lo necesario. La adaptabilidad y el aprendizaje continuo son ahora las herramientas más poderosas para quienes desean mantenerse vigentes y competitivos en un mundo que cambia a la velocidad de la tecnología.
Reaprender no solo asegura la empleabilidad, también aumenta la satisfacción personal, la confianza y la resiliencia frente a los desafíos profesionales. En un mundo que no se detiene, quienes aprenden a reaprender llevan la delantera.
