La vacunación, la mejor arma para prevenir la influenza

La influenza, también conocida como gripe, es una enfermedad respiratoria contagiosa que puede causar desde cuadros leves hasta complicaciones graves e incluso la muerte. En Santa Cruz, esta enfermedad encendió las alarmas porque en lo que va del año se han confirmado más de mil casos y ocho personas perdieron la vida. Frente a este escenario, las autoridades sanitarias declararon alerta roja sanitaria, haciendo énfasis en la vacunación como la herramienta más efectiva para frenar el brote y evitar más víctimas.

“La vacuna contra la influenza es un biológico que protege a las personas contra formas graves de la enfermedad en grupos vulnerables de la población, como son los niños, los adultos mayores, el personal de salud y personas que tienen patologías de base. Por ello, es importante que se vacune toda la población”, explica Álvaro Muñoz, decano emérito de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. 

El académico advierte que la influenza no debe subestimarse, especialmente en personas con enfermedades como asma, lupus o distintos tipos de cáncer.

La mejor forma de prevenir la influenza consiste en renovar la vacuna contra este virus cada año. El virus va cambiando constantemente, al punto de que la vacuna del año anterior deja de ser efectiva, y la nueva vacuna ha sido modificada para que pueda funcionar con las nuevas variantes de la gripe.

“La influenza puede generar problemas serios en personas con enfermedades de base, niños o adultos mayores. Antes no teníamos esta vacuna y ahora ya la tenemos; hay que aprovecharla”, puntualiza.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la influenza provoca cada año hasta mil millones de casos en el mundo, de los cuales entre tres y cinco millones son graves. Entre 290.000 y 650.000 personas fallecen anualmente a causa de complicaciones respiratorias derivadas del virus, y la mayoría de los decesos en menores de cinco años se concentran en países en vías de desarrollo.

Alerta epidemiológica

En Santa Cruz, la situación ha alcanzado niveles preocupantes. Entre enero y mediados de abril, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) reportó 1.891 casos sospechosos de influenza, de los cuales 1.031 fueron confirmados como positivos. De estos, un abrumador 87% corresponde a la influenza tipo A, siendo el subtipo H1N1 el más común. 

El incremento, registrado a partir de la semana epidemiológica 11, afecta no solo a la ciudad capital, sino también a municipios como Montero, Warnes, San Julián, La Guardia, Cotoca, Vallegrande, Yapacaní, San Ignacio de Velasco y Guarayos.

La gravedad del brote motivó a las autoridades a emitir una alerta roja sanitaria, que implica una serie de medidas urgentes y obligatorias para contener la expansión del virus. Jaime Bilbao, director del Sedes, confirmó que la mayoría de los pacientes hospitalizados y fallecidos no habían recibido la vacuna. 

“Más de 500.000 personas ya han sido vacunadas, pero necesitamos reforzar la cobertura, especialmente en los grupos de riesgo”, afirmó.

Entre las acciones inmediatas que establece la alerta roja destacan: el aislamiento domiciliario de pacientes con síntomas respiratorios, la implementación de áreas diferenciadas en centros de salud, la vigilancia epidemiológica en todos los municipios, y la aplicación de filtros sanitarios en unidades educativas. Asimismo, se ordenó intensificar las medidas de higiene, como el uso obligatorio de barbijos, el lavado frecuente de manos y la ventilación de ambientes cerrados.

Consejos para prevenir el contagio y las complicaciones

De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), si bien la vacunación es la mejor manera de prevenir y reducir el riesgo de contraer la influenza y sus complicaciones, existen otras maneras en las que podemos protegernos del contagio.

  • Evite el contacto cercano con personas que estén enfermas. Si usted se encuentra enfermo, mantenga la distancia con otras personas para evitar que ellos también se enfermen. Mantener distancia física con los demás puede ayudar a reducir el riesgo de propagación de un virus respiratorio.
  • En lo posible, ​​​​​​si está enfermo quédese en casa, no vaya al trabajo ni a la escuela, y evite hacer mandados. Puede retomar sus actividades luego de cumplir estas dos condiciones: que los síntomas hayan mejorado en general, y que no haya tenido fiebre.
  • Usar una mascarilla es una estrategia de prevención adicional que puede elegir para protegerse y proteger a los demás. Cuando las usa una persona infectada, las mascarillas reducen la propagación del virus a otras personas. Las mascarillas también pueden proteger a quienes las usan impidiendo el contacto con partículas infecciosas de las personas que los rodean.
  • Lavarse las manos con frecuencia ayudará a protegerse contra los gérmenes. Si no hay agua y jabón, use un limpiador de manos a base de alcohol.
  • Los gérmenes se pueden diseminar cuando una persona toca algo contaminado con gérmenes y luego se toca los ojos, la nariz o la boca.
  • Puede mejorar la calidad del aire al dejar entrar aire fresco del exterior, purificar el aire interior o realizar reuniones al aire libre. El aire más limpio puede reducir el riesgo de exposición a los virus.
  • Limpiar regularmente las superficies que se tocan con frecuencia, como mesones, barandas y manijas de las puertas, puede prevenir la propagación de algunas enfermedades. Además, duerma bien, manténgase activo físicamente, controle su estrés, beba mucho líquido, y coma alimentos nutritivos. 

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