Cómo mantenerse competitivo y no quedar obsoleto en el cambiante mercado laboral

By Aldo Juan Peralta Lemus

Hoy, en pleno 2025, el mercado laboral es un terreno movedizo, impulsado por la tecnología, la globalización, las nuevas generaciones y un ritmo de cambio que no da tregua. En este nuevo escenario, mantenerse competitivo ya no es opcional, es cuestión de buscar la mejora continua para destacar en el trabajo y no quedar atrás.

Rafael Vidaurre, coordinador del Observatorio Nacional del Trabajo de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz), considera que es importante mejorar las destrezas y habilidades personales con el fin de aumentar la producción sin importar el sector donde se trabaje.

“Hoy en día hay cursos de actualización a los que uno puede acceder. Con estos cursos ir perfeccionando su tarea, tienen que tomar en cuenta que los años de experiencia que ya llevan dentro de un trabajo les da una ventaja, y que esa ventaja puede verse acrecentada con el fortalecimiento de formación paralela”, sostiene Vidaurre.

Los profesionales que sobresalen no son necesariamente los que tienen más experiencia, sino los que saben reinventarse una y otra vez. En un mundo donde las industrias y las empresas cambian en busca de la mejora, adaptarse no es una habilidad, pero mejorar las mismas se convierte en una herramienta valorable.

Uno de los pilares de la competitividad laboral es el aprendizaje continuo. La actualización constante de conocimientos técnicos y habilidades se ha vuelto imprescindible. Las plataformas de educación en línea, los cursos intensivos y la capacitación corporativa ya no son “extras”: son parte esencial del perfil de cualquier trabajador moderno.

Pero no se trata solo de acumular certificados. Hoy, se valora especialmente la capacidad de aprender de forma autónoma, de resolver problemas complejos y de aplicar el conocimiento de manera estratégica. Quien se queda esperando instrucciones, se queda atrás.

“A veces la gente no dispone de tiempo para ir a formarse (por ejemplo) a la universidad, pero sí puede empezar a hacer diferentes cursos que permiten a los trabajadores mejorar su destreza, sus habilidades y aumentar su productividad”, enfatiza Vidaurre.

Según el World Economic Forum, entre las competencias más relevantes para mantenerse competitivo en el trabajo se encuentran: la resiliencia, la creatividad, el pensamiento analítico, la innovación y el aprendizaje activo.

Por otro lado, las habilidades blandas han cobrado un protagonismo sin precedentes. Comunicación efectiva, liderazgo, adaptabilidad, pensamiento crítico e inteligencia emocional son ahora tan importantes como saber manejar una hoja de cálculo. Las empresas buscan perfiles versátiles, con criterio y empatía.

La tecnología, por su parte, puede ser una aliada o un enemigo, según cómo se enfrente. Los profesionales que entienden las herramientas digitales y saben cómo utilizarlas en su campo multiplican su valor. Automatización, IA, análisis de datos y manejo de plataformas colaborativas ya no son cosas “del área de sistemas” por qué son parte del día a día en cualquier industria.

Otra clave es el personal branding. La visibilidad profesional ha dejado de estar ligada a cargos o títulos. Hoy, construir una marca personal sólida —en redes, en conferencias, en publicaciones— es una forma eficaz de destacar, conectar y atraer nuevas oportunidades.

El networking también juega un papel fundamental. Establecer relaciones profesionales, participar en comunidades de interés, asistir a eventos o colaborar en proyectos son formas efectivas de mantenerse conectado con las tendencias y las oportunidades del mercado.

Ser proactivo es otro rasgo diferencial. Las empresas valoran a quienes proponen, se anticipan a los problemas y buscan mejoras. El trabajador pasivo, que simplemente cumple con lo que se le pide, corre el riesgo de ser reemplazado por alguien —o algo— más eficiente.

En un entorno laboral donde los cambios son la única constante, la mentalidad es tan importante como la habilidad. Mantener una actitud positiva, abierta al cambio y al aprendizaje, marca una gran diferencia. Las oportunidades existen, pero no llegan a quien espera sentado.

Sin importar el sector, la edad ni el nivel de experiencia, en este tiempo de avances tecnológicos todos los trabajadores deben asumir el desafío de evolucionar. Como mencionaba Vidaurre: las personas pueden acceder a diferentes cursos, porque es accesible formarse, conectar y crecer. El límite ya no es el entorno, es la mentalidad que busca mejorar.

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