Estudio revela desigualdades y retos de las políticas de cuidado en empresas bolivianas

¿Cuáles son los permisos laborales a los que los trabajadores del sector formal pueden acceder? ¿De qué manera las empresas brindan facilidades de cuidado a sus empleados? El estudio “Análisis situacional del derecho al cuidado en las empresas bolivianas”, realizado por el Instituto de la Mujer & Empresa (IME) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, gracias al apoyo del Instituto de Investigaciones de Canadá (IDRC) y Pro Mujer, en coordinación con CECI Bolivia, revela importantes desigualdades de género y desafíos en la implementación de políticas de cuidado dentro del ámbito empresarial formal de Bolivia.
La investigación, que se desarrolló entre septiembre de 2023 y julio de 2024, analizó 120 empresas privadas en Santa Cruz, El Alto, Cochabamba y La Paz, identificando tanto avances como persistentes brechas estructurales.
“Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la baja representación femenina en el ámbito empresarial: En el 70% de las empresas formales, la representación femenina es menor al 50%. Y lo más alarmante es que solo dos de cada 10 empresas cuentan con mujeres en cargos directivos», señala Xiomara Zambrana, directora nacional del IME.
Zambrana advirtió que esta realidad no solo refleja una subrepresentación, sino que también genera una paradoja.
“En las empresas donde sí hay mujeres en posiciones de liderazgo, paradójicamente, existe una tendencia a implementar menos políticas destinadas a cerrar la brecha de género”. Esta contradicción pone de manifiesto la necesidad de replantear las estrategias de inclusión y equidad en todos los niveles de las organizaciones.
El estudio concluye que seis de cada 10 empresas no cuentan con ninguna política concreta para abordar la desigualdad de género. Solo una minoría implementa medidas como flexibilidad horaria, teletrabajo o servicios de cuidado, y su aplicación varía considerablemente según el tamaño y tipo de empresa.
Por ejemplo, apenas una de cada 10 empresas proporciona servicios de guardería y solo dos de cada 10 ofrecen algún tipo de cuidado para personas mayores.
La directora del IME destaca que las pequeñas y medianas empresas, particularmente las SRL, son las que muestran mayor compromiso con la conciliación entre vida familiar y laboral, a diferencia de las grandes empresas, que en muchos casos se encuentran rezagadas.
El análisis también identificó barreras culturales y comunicacionales que dificultan la implementación de políticas efectivas. En muchas organizaciones, persiste una cultura que asocia las horas extras con el compromiso laboral, lo que obstaculiza la conciliación entre trabajo y vida personal. Además, el 30% de las personas trabajadoras desconoce sus derechos relacionados con el cuidado.
«Este desconocimiento no solo limita el acceso a los beneficios existentes, sino que también evidencia la necesidad urgente de una comunicación interna más clara y efectiva», sostiene.
A este problema se suma la falta de monitoreo: solo dos de cada 10 empresas hacen seguimiento al uso de los beneficios ofrecidos, lo que impide evaluar su impacto real.
Avances, pero solo en algunos sectores
A pesar de las brechas, el informe identifica prácticas positivas en ciertas organizaciones. Algunas empresas han implementado licencias extendidas de maternidad y paternidad, políticas inclusivas para parejas del mismo sexo y programas de bienestar laboral. Sin embargo, estas acciones siguen siendo limitadas. Solo el 15.9% de las empresas adopta políticas que exceden lo exigido por ley.
Entre los obstáculos más recurrentes para implementar políticas de conciliación se encuentran los altos costos, la resistencia cultural —especialmente en sectores como ciencia y tecnología (STEM)— y la baja sistematización de datos. Además, muchas empresas justifican la falta de medidas específicas bajo el argumento de la meritocracia, sin considerar los condicionantes estructurales que enfrentan las mujeres.
Recomendaciones para un cambio estructural
El estudio propone una serie de recomendaciones dirigidas a empresas, gobierno, sociedad civil e instituciones educativas. Entre ellas se destacan la necesidad de establecer políticas integrales de conciliación, desarrollar indicadores de impacto, capacitar en temas de género, fomentar la corresponsabilidad familiar, y adaptar las medidas al contexto regional y cultural.
Zambrana subraya la importancia de medir lo que se implementa. “Como suele decirse, lo que no se mide, no se puede mejorar. Es necesario un cambio profundo en cómo se diseñan, comunican y evalúan estas políticas dentro de las empresas”.
Una fotografía del sector formal
Cabe destacar que el estudio se enfoca exclusivamente en el sector formal de la economía boliviana, que representa apenas el 15.5% del mercado laboral, mientras que el 84.5% se encuentra en la informalidad. Esto limita la posibilidad de generalizar los hallazgos, pero ofrece una valiosa radiografía de las empresas que están al frente del debate sobre políticas de cuidado y equidad de género.
“Este estudio ofrece una mirada integral sobre los retos que enfrentan las empresas bolivianas en materia de políticas de cuidado. Aunque existen avances, las desigualdades de género persisten y el camino hacia una cultura organizacional más equitativa y corresponsable aún es largo. El cambio sólo será posible si las políticas se diseñan con enfoque de derechos, se comunican efectivamente y, sobre todo, se aplican con compromiso”, concluye Zambrana.