Inclusión, hibridación y diversidad: estrategias para minimizar el ausentismo escolar
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Garantizar el acceso equitativo a la educación es clave para construir sociedades resilientes. Sin embargo, el ausentismo escolar sigue siendo un desafío en muchos países, donde un número alarmante de niños y jóvenes dejan de asistir a clases por diversas razones. Ante esta situación, países como Japón han implementado estrategias innovadoras que promueven la inclusión, la hibridación del aprendizaje y el reconocimiento de la diversidad, con el fin de reducir el ausentismo y asegurar que ningún niño quede atrás.
En Japón, el ausentismo escolar ha aumentado de manera constante en los últimos 11 años, afectando al 3,7 % de los estudiantes de primaria y secundaria. Más de la mitad de ellos faltan más de 90 días al año, y un alarmante 3,1 % no asiste en absoluto. Las principales causas de este fenómeno incluyen el acoso escolar, la ansiedad, la falta de motivación, los estilos de vida irregulares y las dificultades en las relaciones interpersonales.
Para el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la diversidad, equidad e inclusión (DEI) son esenciales. Su informe Diversity, Equity and Inclusion Lighthouses 2024 destaca que fomentar entornos inclusivos permite a los estudiantes desarrollar habilidades sociales críticas y fortalece la resiliencia de las sociedades. En este sentido, Japón ha apostado por transformar su sistema educativo, garantizando oportunidades de aprendizaje para todos mediante la creación de Escuelas de Aprendizaje Diversificado y la expansión de la educación en línea.
Un modelo flexible e inclusivo
El aprendizaje diversificado o inclusivo es una metodología que personaliza la experiencia de aprendizaje de acuerdo con las necesidades, habilidades y progreso de cada alumno, convirtiéndose en una herramienta esencial para optimizar la enseñanza y atender las necesidades individuales de los estudiantes.
“Se trata de un enfoque que responde a las demandas de las generaciones actuales que requieren experiencias personalizadas de aprendizaje, retroalimentación y corrección inmediata, así como tecnologías que impacten en la forma de la vivencia de las experiencias de aprendizaje, asegura Ariel Villarroel, de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
En este sentido, en marzo de 2023, Japón lanzó el Plan COCOLO, un conjunto de medidas para combatir el rechazo escolar y asegurar que todos los niños tengan acceso a la educación. Dentro de esta iniciativa, se han establecido las Escuelas de Aprendizaje Diversificado, diseñadas para ofrecer un entorno más flexible y de apoyo a los estudiantes que enfrentan dificultades en el sistema tradicional.
Estas escuelas, que otorgan títulos equivalentes a los de las instituciones convencionales, buscan adaptar la educación a las necesidades de cada estudiante. Por ejemplo, una escuela secundaria de este tipo estructura sus horarios y clases, pero permite que los alumnos progresen a su propio ritmo. Además, incorpora sesiones personalizadas con docentes y actividades interactivas, como juegos, para fortalecer sus habilidades sociales y de comunicación.
Educación híbrida y digital: una alternativa viable
Además de las Escuelas de Aprendizaje Diversificado, Japón ha promovido la educación en línea como una estrategia clave para mitigar el ausentismo. A partir de abril de 2024, MEXT permite a los estudiantes de secundaria obtener créditos mediante clases en línea, una medida que está siendo evaluada en escuelas modelo.
La hibridación del aprendizaje no solo beneficia a los estudiantes que enfrentan barreras para asistir a clases presenciales, sino que también mejora la personalización de la educación.
Según Villarroel, este modelo permite que cada entorno (presencial o virtual) cumpla una función distinta, generando experiencias de aprendizaje complementarias. «El profesor se convierte en diseñador instruccional, mientras que el alumno es responsable de su aprendizaje, gestor de su tiempo y ritmo, y participante activo en su formación», explica Villarroel.
Diversidad de género e inclusión en las escuelas japonesas
Otro aspecto clave en la lucha contra el ausentismo escolar es la promoción de la diversidad de género en las escuelas. Tradicionalmente, los uniformes escolares en Japón han sido estrictamente diferenciados por género, con los niños vistiendo pantalones y las niñas faldas. Sin embargo, en los últimos años, más del 90 % de las escuelas que han revisado sus diseños de uniforme han optado por modelos «conscientes de la diversidad», según el fabricante Tombo.
La flexibilización de los uniformes es un paso hacia la inclusión, permitiendo que los estudiantes elijan la vestimenta con la que se sientan más cómodos sin sufrir estrés emocional. «Más que centrarnos en términos como ‘neutralidad de género’ o ‘diversidad’, promovemos la flexibilidad en la selección del uniforme», señala la compañía en su sitio web.
El futuro de la educación: un modelo híbrido e inclusivo
El impacto de estas iniciativas no sólo es relevante para Japón, sino que puede servir de referencia para otros países que enfrentan problemas similares.
El director del Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), Francesc Pedró, enfatiza la importancia de diferenciar las experiencias de aprendizaje entre la modalidad presencial y en línea para evitar el abandono escolar.
«La pregunta es: ¿Si voy a clase para encontrarme con el mismo busto parlante que ya está en la plataforma de la universidad, qué gano?», reflexiona el experto. La clave está en ofrecer experiencias complementarias que motiven a los estudiantes y les brinden valor agregado.
A pesar de los desafíos que implica la implementación de nuevos paradigmas educativos, los beneficios son significativos. La personalización del aprendizaje, el uso de herramientas tecnológicas y metodologías activas como la gamificación o el flipped classroom (aula invertida) permiten a los estudiantes desarrollar competencias clave para el futuro.
En palabras de Pedró, la educación debe garantizar la máxima flexibilidad para adaptarse a las necesidades de los alumnos. «Lógicamente, las exigencias de un paradigma como el de la hibridación son enormes, pero es un paso necesario para asegurar el futuro de la educación», concluye.