En el mundo de la contabilidad y los impuestos, las operaciones simuladas, también conocidas como transacciones ficticias o facturas falsas, son utilizadas por algunas empresas y personas para evadir impuestos y ocultar actividades ilícitas. En Bolivia, como en muchos otros países, estas prácticas ilegales representan un riesgo para el estado, debido a su impacto negativo en la economía y la integridad del sistema financiero.
Santos Salgado, docente de la carrera de Contaduría Pública en Unifranz El Alto, las define como “transacciones que no acompañan los bienes o no existe la transferencia del bien (operaciones fantasmas)”, es decir, se advierte la emisión y entrega de facturas sin la efectiva realización de la transacción económica, ni transferencia de bienes y/o servicios. Este hecho genera transacciones simuladas, consecuentemente, las facturas sirven únicamente para el beneficio en la generación de un crédito fiscal inexistente, asegura el profesional.
En 2023, el presidente del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), Mario Cazón, informó que la clonación y falsificación de facturas provoca una pérdida al erario nacional aproximadamente de Bs 845 millones, lo que representa el 13% de ventas de Bs 6500 millones. La autoridad proporcionó esta información en el marco de la explicación sobre el alcance de la implementación de la factura digital, que no incluye a los contribuyentes del Régimen Tributario Simplificado (RTS), quienes no emiten factura.
Tipos de operaciones simuladas en Bolivia
Salgado, quien ejerció como gerente del SIN en cuatro oficinas regionales, afirma que, en las operaciones de compra de bienes o prestación de servicios, se puede observar dos tipos de transacciones simuladas, la primera realizada con empresas fantasmas (que no presentan requisitos importantes como activos, empleados, o tener infraestructura).
“Adicionalmente, la Administración Tributaria se cerciora que sus transacciones económicas no fueron declaradas, que no fueron habidos en los domicilios fiscales registrados en el Padrón Nacional de Contribuyentes y/o tampoco se desarrolla ninguna de las actividades declaradas; en estos casos, proceden al registro de las marcas de control respectivas (en el sistema, como riesgo alto)”.
Otra forma de presentar transacciones simuladas, es la comercialización de facturas de empresas que si existen (que cumplen los requisitos como tener activos, personal, infraestructura, declaran y pagan sus impuestos) “el detalle es que las facturas se emiten a nombre de un tercero, es decir que en este tipo de transacción existen tres actores: el que emite, el que comercializa y el que compra”, asegura.
El especialista agrega que participar en operaciones simuladas podría conllevar diversas consecuencias para los involucrados. “El que se beneficia de la factura simulada debe reponer al Fisco, el crédito fiscal IVA mal habido y su efecto en el IUE, con los accesorios de Ley, es decir, mantenimiento de valor, interés y sanción por omisión de pago (si corresponde)”.
Desde el punto de vista legal, la participación en operaciones simuladas puede constituir un delito de fraude fiscal, con penas que van desde multas hasta prisión, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Contadores públicos, clave en la lucha contra las operaciones simuladas
En la lucha contra las operaciones simuladas, los contadores públicos juegan un papel crucial. Su experiencia y conocimientos técnicos les permiten identificar señales de alerta y realizar auditorías exhaustivas para detectar transacciones fraudulentas. Además, los contadores públicos están obligados por normas éticas y profesionales a informar cualquier irregularidad hallada durante sus auditorías, lo que contribuye a mantener la integridad del sistema financiero y contable.
La auditoría es una herramienta que puede aplicarse para evitar estos tipos de esquemas evasivos fiscales, ya que el aplicarlas ayuda a la detección oportuna de factura ficticias que puedan afectar a la recaudación por lo cual el estado pierda dinero y no pueda aportar más al gasto público, “es un proceso sistemático de obtención de evidencias sobre hechos económicos que se encuentran reflejados en informes y estados financieros”, añade Salgado.
En Unifranz, la carrera de Contaduría Pública se enfoca en brindar a los estudiantes las habilidades y conocimientos necesarios para enfrentar los desafíos del mundo laboral, incluida la detección y prevención de operaciones simuladas.
Independientemente de la existencia de asignaturas exclusivas en materia tributaria (Impuestos, Procedimientos tributarios y Aduaneros, Gabinete de Auditoria, Auditoria Tributaria, Planificación Tributaria) incluidas en el pénsum de la carrera, los estudiantes aprenden a aplicar técnicas de auditoría y a utilizar herramientas fundamentales en materia tributaria para identificar posibles irregularidades en las operaciones financieras de las empresas.
Entre las principales prácticas reales aplicadas en el campus académico de Unifranz El Alto, la carrera de Contaduría Pública instituyó en mayo del pasado año el Centro de “Asesoría Financiera Unifranz”, AFU, un proyecto a través del cual los estudiantes brindan apoyo a emprendedores, MYPES, PYMES, profesionales, contribuyentes en general, con la supervisión de los docentes.
Desde su apertura, la AFU atendió más de 700 consultas y se constituye como un eje de conocimiento, asesoramiento contable en una ciudad donde el emprendimiento como el comercio, principalmente informal, son la columna vertebral. Un equipo de 30 estudiantes de las materias de ‘Tributación’ y ‘Gabinete de Auditoría Tributaria’ son los responsables de brindar información y asesorar a los usuarios del servicio.
De esta manera, AFU busca empoderar a los ciudadanos de El Alto en el manejo de sus finanzas personales, empresariales y, al mismo tiempo, que los futuros Contadores Públicos tengan una base real de experiencia y contacto con la sociedad. El centro se constituye en un centro de aprendizaje práctico y un recurso para el desarrollo económico y de educación financiera de la región.
“A través de esta aplicación real de su profesión, los estudiantes pueden aprender a discernir entre distintos conceptos como la planificación tributaria, elusión y evasión, entre otros, además de adquirir diversas competencias de gran importancia para su incursión en el ámbito laboral como “saber reconocer el camino correcto para poder prestar un servicio ético, transparente, profesional, integro y oportuno”, finaliza Salgado.
Si te atrae la idea de ser el guardián de las finanzas, el estratega detrás de los números y el experto en garantizar la transparencia y el cumplimiento fiscal, Contaduría Pública es tu carrera. Para conocer más sobre este fascinante mundo, ingresa a https://ux.unifranz.edu.bo/contaduria-publica.