Halloween y Todos Santos, dos mundos que conviven en la memoria, la cultura y el turismo boliviano
Dos mundos, una identidad: Bolivia vive Halloween y Todos Santos como expresión de su cultura, tradición y atractivo turístico.
Dos mundos, una identidad: Bolivia vive Halloween y Todos Santos como expresión de su cultura, tradición y atractivo turístico.
El turismo en Bolivia enfrenta desafíos de reactivación, pero con innovación y sostenibilidad puede consolidarse como motor económico del país.
En épocas de incertidumbre económica, cuando los mercados tambalean, el desempleo crece y las inversiones se retraen, el turismo emerge como un motor clave capaz de dinamizar economías enteras. Más allá del ocio, viajar se convierte en un acto económico que impacta de forma directa e inmediata en múltiples sectores, desde el transporte hasta la gastronomía, generando un efecto multiplicador vital para las comunidades.
Turismo digital en Bolivia: influencers y redes redefinen los destinos, pero la clave está en gestionarlos con estrategia y sostenibilidad.
Montañas sagradas, rutas salvajes y diversos paisajes que quitan el aliento, convierten a Bolivia en una joya para los amantes del turismo de aventura. Con su geografía dominada por la Cordillera de los Andes, el Altiplano y paisajes diversos como el Salar de Uyuni y los Yungas, es un destino destacado para actividades de montaña como el hiking (senderismo), trekking y la escalada.
Con la llegada del feriado de Semana Santa, muchos se preparan para aprovechar los días de descanso viajando dentro del país. Esta festividad religiosa no solo representa una oportunidad para la reflexión espiritual, sino también para el turismo local, especialmente a destinos cercanos a las ciudades capitales.
Conocida por sus ferias comerciales itinerantes, la ciudad ha captado en los últimos años la atención internacional gracias a sus «cholets», edificaciones que fusionan lujo y tradición, redefiniendo el paisaje urbano y posicionando a El Alto como un destino turístico emergente en el país.
Reflexión y arrepentimiento, luego del desenfreno del Carnaval, los católicos dan inicio a un período de 40 días que lleva hacia la Pascua. Si bien la Constitución Política declara que Bolivia es un Estado independiente de la religión, el Miércoles de Ceniza es una celebración que, más allá de su significado estrictamente católico, en el país fusiona elementos de la cosmovisión indígena, reflejando la diversidad cultural y religiosa del país.
Bolivia, con su riqueza en biodiversidad y cultura, se presenta como un destino ideal para el turismo vivencial, una forma de viajar que conecta a los visitantes con la esencia de las comunidades locales. Desde las misiones jesuíticas en la Chiquitania hasta los paisajes surrealistas del Salar de Uyuni, pasando por el Parque Nacional Madidi, el país ofrece experiencias inmersivas que van más allá del turismo convencional.
En 2024, Bolivia registró la llegada de 984.000 turistas extranjeros, generando ingresos por 736,6 millones de dólares, según datos del Viceministerio de Turismo. La cifra es importante, sin duda, pero expertos aseguran que es sólo una fracción de lo que se podría generar si se explota el potencial turístico del país.