Por Manuel Filomeno
Las historias de éxito están plagadas de segundas, terceras o hasta cuartas oportunidades. Muchos de los negocios y empresas más grandes del mundo han caído al menos una vez, pero la perseverancia de sus impulsores logró que se encuentren en el lugar en el que ahora están, una lección que debe ser tomada en cuenta tanto por los grandes empresarios como por los emprendedores.
“Los seres humanos tenemos poca tolerancia a la frustración, nos pasa algo y lo dejamos, cuando deberíamos perseverar y aprender de lo que salió mal”, señala Daniella García, fundadora y CEO de Elemental Bolivia, un emprendimiento educativo especializado en la enseñanza de ciencia y tecnología.
Por su parte, Ernesto Olivares, gerente general de la empresa gastronómica La Capital, indica que, en el emprendimiento, como en la vida, las lecciones aprendidas nunca se olvidan.
“Nos puede ir mal y podemos empezar de nuevo o arrancar con algo nuevo, pero no hay que dejarse ganar por el fracaso”, explica.
García y Olivares participaron, en las III Jornadas de Inteligencia Jurídica en Negocios Corporativos, actividad organizada por las carreras de Ingeniería Comercial y Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en la que contaron sus experiencias como emprendedores y líderes en sus rubros.
Tolerancia al fracaso
García indicó que un emprendedor, además de contar con conocimientos sólidos en el rubro en el que quiere emprender, debe contar con resiliencia y tolerancia al fracaso, ya que esto le permitirá seguir adelante cuando las cosas no salgan como esperaba.
“Diría que las aptitudes más importantes para un emprendedor son la perseverancia, es decir, una persona que tiene la capacidad de resiliencia, que es la tolerancia al fracaso. La sociedad ve el fallar como algo malo, cuando en realidad son medallas que deberíamos llevar con orgullo, por cada error hay un aprendizaje que nos lleva a convertirnos en emprendedores”, explica.
García indica que un emprendedor no nace, sino que se hace en el camino gracias a todas esas lecciones y aprendizajes, principalmente los fracasos.
“Es por esto que la resiliencia es muy importante, la tolerancia y, también, el trabajo duro y la disciplina”, agrega.
David Coaquira, docente de la carrera de Ingeniería Comercial de Unifranz señala, por su parte, que los fracasos pueden ser vistos como oportunidades de deshacernos de cosas que no funcionan y comenzar de nuevo.
“Todos hemos pasado por errores en la vida, no solamente en el ámbito laboral, sino también en lo personal (…), es necesario fracasar, muchas veces puede ser un fracaso rotundo que nos lance otra vez al reinicio, nos mueva a comenzar otra vez de cero, pero si ya hemos comenzado una vez de cero, podemos volver a comenzar de cero varias veces más”, expresa el experto.
La CEO de Elemental Bolivia apunta que el emprendedor además debe tener hábitos de trabajo y ser capaz de concentrarse en la tarea que realiza y poner todo su esfuerzo en ella.
“Alguien que es capaz de crear hábitos de trabajo, de dejar distracciones a un lado para concentrarse con el objetivo de llegar a la meta, es alguien que va a tener éxito. Alguien que no es capaz de dejar esas distracciones y de trabajar duro, probablemente le va a costar más alcanzar el éxito”, puntualizó.
Conocer el mercado
Por su parte, Olivares manifiesta que los emprendedores requieren conocimientos, pero no solo teóricos sobre cómo funcionan las cosas en el papel, sino también saber sobre los rubros y la situación de éstos en el mundo real, así como a sus posibles clientes y sus comportamientos en el mercado.
Este conocimiento se puede adquirir mediante la investigación de los mercados o trabajando para alguien más en el rubro antes de animarse a emprender, indica.
“Para emprender desde cero, lo primero es tener conocimiento de lo que se va a hacer, nunca uno se debe meter en negocios o experiencias por boca de terceros. Si escuchas que vender comida es rentable y seguro, no escuches. Hay que tener conocimiento sobre el mundo al que uno entra, tiene que ser parte, ya sea, trabajando para otros o investigando. El conocimiento del rubro o giro de negocio al que uno se va a embarcar es clave, no hay que meterse en cosas que no sabemos”, explica.
Por otra parte, el empresario puntualiza que otro factor que los emprendedores deben tener en cuenta desde el primer día es el tema financiero y el marketing del emprendimiento, dos temas que muchas veces son dejados de lado para después.
“Hay que controlar las finanzas desde el día uno, desde que entra el dinero hasta que sale, e incluir dentro de ese comportamiento financiero, cosas tan importantes como es el presupuesto de marketing, no es posible lanzarse a la piscina sin un presupuesto para esto”, añade.
Para Olivares, en muchos casos, los emprendimientos dejan al marketing para cuando tienen problemas, tratando de atraer clientes de manera desesperada, cuando deberían aplicar estrategias desde, incluso, antes de abrir el negocio.
El gerente general de La Capital agrega que por esta razón es fundamental rodearse de personas de diferentes profesiones al iniciar un emprendimiento, para de esta manera tener una visión más amplia de lo que hay que hacer.
El último consejo, señala Olivares, es conocer el mercado, a los clientes y sus comportamientos antes de iniciar un emprendimiento, ya que esto nos permite evaluar la viabilidad de nuestro negocio y sus perspectivas.
“Es importante conocer el mercado en el que vamos a accionar y el comportamiento del mercado, así uno vaya a vender fruta en una esquina, tiene que saber que por ese lugar pasará gente que va a comprar”, señala.
Olivares agrega que no hay que ponerse a vender o importar productos porque sí, un emprendedor debe conocer en qué condiciones se están dando las ventas de la competencia, cuál es la demanda del mercado y la oferta existente, además de los desafíos logísticos que existen y las dinámicas con los clientes.
“Emprender es una tarea muy arriesgada y, posiblemente, los primeros intentos no van a salir del todo bien, pero hay que aprender de los errores cometidos para poder mejorar en las siguientes oportunidades”, concluye.
Al respecto, Coaquira indica que, generalmente, los emprendedores piensan que su idea de negocio va a ser el “boom” en el mercado y, a veces, no resulta ser así.
Para prevenir esa situación, por muy pequeña que sea la idea de negocio, el emprendedor debe hacer un estudio de mercado o una prueba piloto para conocer cuál o cómo será la aceptación del mercado a su idea de negocio.
“El feedback (retroalimentación) de los compradores o consumidores es clave. Eso nos va a decir si es que gusta o no gusta. Hay que probar, primero, con la familia, luego con los amigos y también abarcar a otras personas más diversas que no tengan ninguna relación sentimental con el emprendedor para conocer su percepción respecto al emprendimiento que se va a introducir al mercado”, advierte.