Datos de la Fiscalía General de Estado dan cuenta que entre el 1 de enero y el 10 de abril de este año, 3.342 niños y adolescentes han sido víctimas de violencia en razón de género, sexuales y de trata y tráfico. Del total, 1.605 son referidos a delitos sexuales, 746 por violencia familiar, 167 por trata y tráfico de personas y 78 en justicia penal juvenil.
Los golpes e insultos son el factor común en estos casos y el entorno familiar es un factor de riesgo en la mayoría de los casos. El asesinato de la niña Yhurayma, de siete años, en el municipio de Coripata, en La Paz, se suma a la enorme lista de víctimas fatales de la violencia contra los niños, la mayoría dentro de las familias.
Qué pasó con la persona que cometió el delito; qué hay detrás de la mente de la infanticida. Al respecto, Kyoko De Uzin Kawabe, psicóloga forense y docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, afirma que las personas no nacen como asesinas pero que, en cualquier momento, pueden convertirse en una.
“¿Por qué mata el ser humano? Es una de las principales preguntas que todos nos hacemos cuando sale a la luz algún caso. Se trata de un área que genera mucha curiosidad. No entendemos cómo otras personas de nuestras mismas características pueden llegar a cometer actos tan retorcidos”, dice la psicóloga forense.
En cuanto a las razones por las que una persona, sea mujer, hombre o incluso niño, puede llegar a matar, son múltiples. De Uzin afirma que, por un lado, existen razones utilitarias: el lucro, el beneficio económico, la posición social y, por otro, razones emocionales: ira, venganza, celos, pasión.
“Normalmente, los hombres siguen el binomio poder-control o sexo-sadismo sobre la víctima. En el caso de las mujeres la razón más habitual suele ser por lucro, para obtener algo para su propio beneficio o por emociones.”, aclara la especialista.
El asesinato es un delito
La psicóloga puntualiza, sin embargo, que el asesinato es un delito contra la vida humana, aunque se debe investigar si el mismo fue realizado con premeditación, por accidente, con dolo o alevosía. Se trata de determinar la motivación para cometer el delito.
En el asesinato, el autor causa la muerte de otra persona de manera deliberada e intencionada mediando uno o más de los elementos constitutivos del delito.
“El asesinato puede ser por un factor económico, emocional o accidental. No siempre el asesinato se comete contra un familiar. Muchas veces es a una persona extraña como el que realizan los sicarios. Hay muchos factores que influyen, como por ejemplo el trastorno de personalidad, es decir que el asesino sea un psicópata o sociópata.
Los psicóticos son los que padecen de una enfermedad mental, como la esquizofrenia, la paranoia, el delirium tremens y motivados por dicho trastorno ejecutan homicidios. Se identifican, generalmente, como homicidas desorganizados.
Los psicópatas, según De Uzín, son los que tienen personalidades antisociales reincidentes. Se caracterizan por parecer normales, tener capacidad de discernimiento y normal curso de pensamiento y lenguaje. Otros rasgos mencionados por la especialista refieren: la ausencia de remordimientos, un afecto superficial, habilidad para manipular, megalómanos (autoestima distorsionada exageradamente positiva), conducta irresponsable hacia los hijos y la pareja y reincidentes.
La psicopatía, un trastorno de personalidad
La definición de un psicópata en psiquiatría hace referencia a un trastorno de personalidad antisocial (TPA), que describe a una persona que muestra patrones de manipulación y violación a los demás.
Las personas que muestran este tipo de comportamiento también pueden carecer de conexiones emocionales profundas, tener un encanto superficial por ellas, ser muy agresivo y algunas veces enojarse demasiado. Tampoco les importa si lastiman a alguien, son impulsivas y abusivas, y carecen de remordimiento.
Para no llegar a estos extremos, la profesional recomienda dialogar. La comunicación y la educación son claves por lo que se debe enseñar a los niños a ser respetuosos y amables con los demás y hablarle sobre lo que es aceptable y lo que no lo es, dice la psicóloga forense.