Más de la mitad de los niños de la región no alcanza la suficiencia en capacidad lectora

Más de la mitad de los niños de la región no alcanza la suficiencia en capacidad lectora

“Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído”, decía el afamado escritor argentino, Jorge Luis Borges. Sin embargo, pese a la inspiración del Premio Nobel de Literatura, los índices de lectura bajaron dramáticamente, más aún después de la pandemia.

¿Cuáles son los hábitos de lectura de la gente hoy en día? ¿Cuántas horas al día le dedica una persona a leer? Expertos aseguran que, durante la última década, este hábito ha disminuido paulatinamente, ya sea por efecto de las nuevas tecnologías TIC’s o por otros factores.

El ranking de lectura publicado por el portal SoyNómada coloca a India, Tailandia y China como los países con más horas semanales de lectura por persona. La encuesta resalta que en esos países se dedica un promedio de nueve horas a la semana por persona. Analistas vinculan este dato con el incremento de su economía y las grandes inversiones que realizan en educación. La misma publicación digital indica que, en América latina, el país que más lee es Venezuela con poco más de seis horas semanales.

Lamentablemente, la calidad de la lectura en esta parte del continente es deficiente. Un informe del Instituto de Estadísticas de la UNESCO, reporta que más de la mitad de los jóvenes no alcanzan los niveles de suficiencia requerida en capacidad lectora para el momento en el que concluyen la educación secundaria. Según el estudio, 36% de los niños y adolescentes de la región no cuentan con los niveles de lectura adecuados.

Una encuesta de la empresa IPSOS en 2018 dio a conocer que el 48% de los bolivianos no leyó ni un solo libro en un año. Jorge Komadina Rimassa, en el artículo de opinión “Hábitos de lectura”, sostiene que el “43% de los ciudadanos que habitan en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz afirma que no ha leído ningún libro al año. El 37,9 % leyó entre uno y tres libros. Solamente el 3,2 % de esa población lee más de 12 libros al año (…)”. Estos datos son resultado de una encuesta realizada en 2017 por el Foro Regional de Cochabamba.

Para el historiador y gestor cultural, Fernando Cajías de la Vega, todavía existe una buena cantidad de público lector en el país. Prueba de ello serían el éxito de las ferias del libro que se realizan en varias ciudades y las bibliotecas que aún se llenan, al menos en las universidades.

“Evidentemente, el hábito de la lectura ha disminuido. Antes la lectura en los tiempos libres o al acostarse era bastante habitual, pero ahora lo que más se ve, es el celular (…). Felizmente, aún hay un público lector”, indica.

Juan Carlos Núñez, experto de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, prefiere marcar los diferentes rangos de edad para valorar el hábito de lectura en la población. 

“Las generaciones mayores tienen todavía el hábito de leer libros en físico, pero con las generaciones nuevas, la tecnología ha hecho que vayan al punto y no obtengan la información en contexto. La tecnología hizo que las personas recurran a aplicaciones que leen el libro y ellos escuchan”.

La biblioteca se ha convertido en un lugar de estudio y consulta de libros. Los espacios para la tecnología han ganado espacio

Las TICs han afectado la lectura

Las TIC’s han afectado al hábito de leer un libro, pero, también, han abierto una posibilidad enorme para encontrar lecturas que fácilmente no se encuentran en librerías.

“Todo tiene un lado positivo y negativo. Sabemos que tenemos que avanzar con la tecnología la cual nos favorece de manera exponencial. Pero el hecho que hoy en día encontremos software que nos permitan escuchar los libros y dejar de leer disminuye de manera significativa el hábito de la lectura lo cual afecta a la ortografía (…). El leer enriquece nuestro vocabulario y favorece a la ortografía”, sostiene Leslie Vidaurre, de Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje de Unifranz.

Si bien las TIC’s ofrecen información muy variada perjudicando las horas que se podrían utilizar para leer un libro, también han permitido que muchos libros de la literatura e historia universal sean colgados en diferentes plataformas digitales en formato PDF. Los nuevos dispositivos ayudan a encontrar lecturas que muchas veces no se encuentran en la librería.

“Las nuevas tecnologías ayudan a ampliar la lectura por la rapidez con la que se consigue un libro. Recuerdo que, cuando recién aparecieron los celulares hubo normas universitarias o profesores que prohibían que los estudiantes encenderlos (…), pero los estudiantes actuales ya pueden escuchar al profesor y ver el celular a la vez para encontrar información que le permita corroborar información o participar en debates en el aula (…)”, asegura Cajías.

Lo cierto es que hay que disfrutar y aprovechar las TIC’s en todas sus facetas y no queda otra que evolucionar para que la adquisición del conocimiento sea de calidad, porque la lectura alimenta el cerebro con nuevos conocimientos, desarrolla el intelecto, permite aumentar el vocabulario y tener buena ortografía. “La lectura nunca pasará de moda, es la estrella que brillará a través de los tiempos”, concluye Vidaurre.

 

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