La academia plantea trabajar en soluciones integrales a la crisis del agua

La academia plantea trabajar en soluciones integrales a la crisis del agua

Por Lily Zurita

El cambio climático, la deforestación, el crecimiento de la mancha urbana, la falta de estrategias de prevención y cuidado del líquido elemento, la inexistencia de políticas públicas de generación de nuevos reservorios de agua, entre otros, le están pasando la factura a Cochabamba, en otrora ‘granero de Bolivia’.

La capital del Valle está enfrentando un momento crítico por el fenómeno del Niño, que ha llevado a un crítico déficit de agua potable y de riego no solo en el departamento de Cochabamba, sino a nivel nacional.  

Esta situación ha llevado a la academia a buscar soluciones integrales y sustentables a corto y largo plazo, con un enfoque de responsabilidad compartida.

“La situación de escasez del agua demanda una visión compartida, que esté sustentada en la prevención de riesgos, con un enfoque de sustentabilidad y de búsqueda de soluciones inteligentes”, asegura Kadir Lanza, director de la carrera de Ingeniería Económica y Financiera de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Los efectos de la crisis del agua ya son inmediatos porque se está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, la agricultura y la calidad de vida de millones de bolivianos. Ni qué decir de la afectación a las perspectivas económicas de empresas que se dedican al rubro de la agricultura y la producción de alimentos.

“Por otro lado, el déficit en el suministro de agua potable está afectando seriamente a la generación de servicios para los usuarios con una fuerte incidencia en el tema sanitario y los procesos económicos industriales en Cochabamba”, dice el académico.

En resumen, la sequía está teniendo un “efecto catastrófico” en la seguridad alimentaria y, por otro lado, en el suministro de agua potable para la gente y su calidad de vida.

Esta problemática está íntimamente ligada al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente al objetivo 6.1, que tiene que ver con el agua potable.

La atención a este problema, según Lanza, tiene carácter de urgencia en Cochabamba. En consecuencia, es importante buscar soluciones inteligentes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU.

¿Qué hacer? El académico plantea, en primer lugar, adquirir un grado de conciencia sobre el consumo del agua, donde la academia puede encarar acciones de educación de la gente para lograr su uso racional.

“Es importante hacer una propuesta integral de atención a la problemática a partir de la sinergia entre varias instituciones, a nivel de inversiones y financiamiento de los servicios públicos, el establecimiento de políticas públicas y una institucionalidad clara que permita resolver el problema del agua en Cochabamba”, agrega Lanza.

Unifranz

Esta problemática está íntimamente ligada al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Un problema global

Según el Organismo Meteorológico Mundial (OMM), el fenómeno del Niño generará mayor calor (0,8° C) este 2023. Este incremento de temperaturas ya está teniendo repercusión a nivel global por el cambio en los patrones climáticos.

También se prevé que en los próximos dos años haya una disminución en la atención de los servicios de agua potable, aumentando la brecha de cobertura en el área urbana en un 15%, y en el área rural en un 30%.

La sequía que azota al departamento de Cochabamba ha provocado el incremento de focos de calor activos en el cono sur, el área metropolitana, la región andina y en los valles.

En el departamento de Cochabamba se declararon en desastre o emergencia 28 de los 47 municipios, como Morochata, Tacopaya, Cocapata, Arque, Punata, Tarata, Anzaldo, Toco, Omereque, Vacas y Sipe Sipe.

En Bolivia, según últimos reportes oficiales del Viceministerio de Defensa Civil, 200.871 familias están damnificadas por la falta de lluvias en 144 de 336 municipios de Oruro, La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y Tarija que se declararon en desastre o emergencia municipal.

Factores ambientales y estructurales están haciendo más crítica la situación en el Corazón de Bolivia, como que el cambio climático ya volvió semisecas a varias regiones, la deforestación y la disminución de recarga (PNT), la perforación indiscriminada de pozos que está afectando a las fuentes de agua subterráneas y superficiales, entre otros.

De igual manera, hay factores sociales y político institucionales que también están sumando negativamente a la emergencia, como el riesgo en la cobertura de la demanda creciente (migración) de servicio de agua potable, deficiente calidad del agua, racionamiento del suministro, costos y tarifas sostenibles, crisis permanente de políticas públicas, institucionalidad, bajas inversiones o déficit de la cultura de ahorro del agua en la población.

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