El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) asegura que la adolescencia y la juventud son etapas clave en el curso de la vida de las personas en las que tienen lugar una serie de decisiones y eventos que afectan sus condiciones de vida y marcan, de manera profunda, sus posibilidades de bienestar e integración para alcanzar una sociedad más justa e inclusiva.
Los jóvenes, en este nuevo tiempo, han asumido liderazgo en la construcción de una sociedad más empática y solidaria a partir de la participación activa en las cosas que los afectan, a través de programas de voluntariado, más aún si de por medio están los animales y el medio ambiente.
El voluntariado es “un acto de amor por cualquier forma de vida” y la capacidad de ponerse en los zapatos de otros, es decir ser compasivos ante la necesidad de la humanidad.
Pilar Hidalgo, directora de la Fundación Unifranz, indica que, en el caso de la fundación que dirige, el voluntariado es la acción que cada universitario decide desempeñar en su proceso formativo.
El voluntariado tiene múltiples beneficios para los jóvenes, tales como:
• El desarrollo de habilidades blandas
• Liderazgo
• Trabajo en equipo
• Resolución de problemas
Así como la adquisición de valores como la solidaridad, la responsabilidad social y el compromiso con la comunidad. Además, “un programa de voluntariado para jóvenes y adolescentes puede ser una oportunidad para que los jóvenes desarrollen su carrera profesional y amplíen su red de contactos”, según Hidalgo.
El voluntariado es, en estos tiempos, un requisito a nivel mundial, cuya acreditación o certificación permite postular a becas internacionales, como parte de un récord imprescindible en la formación académica.
El voluntariado no es una acción difícil
Instituciones promueven voluntariados
El voluntariado no es una acción difícil y las organizaciones están poniendo sus ojos en la institucionalización de este proceso, ya sea para la recolección de fondos o para otras acciones específicas.
“Involucrar a los jóvenes, desde las aulas del colegio o de las universidades, con la realidad y las necesidades de la sociedad, es vital para que todos podamos hacer algo por este planeta, porque cuando uno hace voluntariado se llena de emoción, alegría, entusiasmo y certeza de días mejores (…)”, agrega Hidalgo.
Empatía es lo que caracteriza a los jóvenes de hoy, que los lleva a volverse voluntarios de alguna organización, principalmente de apoyo a los animales y de preservación del medio ambiente. El voluntariado cambia profundamente a las personas y genera conexión con los otros.
“Ésa es la mejor forma de dejar una experiencia eterna, el saber que no son sólo ellos a través de sus acciones como voluntarios, sino que tienen una institución completa, dispuesta a trabajar por proyectos que puedan cambiar la percepción que tiene la gente sobre la sociedad y que puedan canalizar una acción que pueda transformar un entorno”, puntualiza.
Hidalgo cuenta que, hace algunos años, en el Día del Padre, un grupo de voluntarios de la institución que dirige llevaba adelante una actividad en un hogar de ancianos, quienes se lamentaban por la situación de abandono en la que se encuentran. “Mi hija me dejó aquí y nunca más volvió”, dijo don José; “mis hijos, que viven en el exterior, solucionaron sus problemas dejándome en el asilo”, indicó Santiago; mientras que don Germán, con voz entrecortada pero mucho agradecimiento, indicó “mis hijos se olvidaron de mí, salvo estos jóvenes que son voluntarios y siempre nos están acompañando”.
“Eso es el voluntariado, cuando logras comprometer la vida del uno con el otro, y hacemos algo que realmente muy pocas organizaciones posiblemente estén haciendo, y ése es un factor diferenciador muy potente y motor de nuestra institución”, dice Hidalgo.
Beneficios del voluntariado
Por varias razones es importante que un joven, aunque sea una vez en su vida, sea parte de una experiencia de voluntariado. La ONG española Adventure Volunteer indica algunas:
• Desarrollo de habilidades y competencias: que serán útiles a lo largo de su vida futura, como la capacidad de trabajo en equipo, liderazgo, resolución de problemas, comunicación efectiva, entre otros.
• Aprendizaje y enriquecimiento personal: una oportunidad para aprender sobre diferentes realidades sociales, culturales y económicas, lo que les permite ampliar su perspectiva del mundo y ser más empáticos con los demás.
• Fortalecimiento de la autoestima y la confianza: participar en actividades de voluntariado puede mejorar la autoestima y la confianza de los jóvenes, ya que les permite sentir que están haciendo una diferencia positiva en la comunidad y que sus acciones tienen un impacto en el mundo.
• Networking y oportunidades futuras: puede ser una excelente manera de establecer con-tactos y crear redes de trabajo, lo que puede ser beneficioso para su futuro profesional y personal.
• Servicio a la comunidad: es una forma de devolver a la comunidad y hacer una diferencia positiva en la vida de los demás, lo que puede ser muy gratificante y satisfactorio para los jóvenes y adolescentes.
“Que, dentro de una institución académica se esté transformando la educación en Bolivia a través de este tipo de acciones, es una práctica muy particular, el hacer por nosotros, el ser para los demás (…), siempre va a ser un diferenciador como marca institucional y espiritual de todos los profesionales que estamos formando (…)”, finaliza Hidalgo.