Inteligencia Artificial (IA), Metaverso y la automatización se abren paso en todas las profesiones, creando nuevos espacios para la innovación y la adaptación. En este contexto y, a pesar de las trabas, el derecho se nutre de estas tecnologías en su búsqueda de la justicia.
En el caso del derecho empresarial, estos cambios son aún más evidentes, aunque también generan algunos inconvenientes, señala Luis Enrique Páez Andrade, decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Parte de la actividad productiva del hombre es la empresa, pero nunca le dimos la trascendencia adecuada y lo mezclamos con el derecho comercial (…). Le quisimos dar un matiz diferente y cuando creamos la especialidad, en 2018, hablamos de derecho productivo y empresarial porque teníamos que estar a tono con la realidad, pensar qué es lo que realmente necesitan nuestros estudiantes y qué demanda la sociedad”, explica.
Con base en este análisis es que surgió el derecho enfocado en la problemática y necesidades de una empresa, no sólo desde el punto de vista de litigios legales, sino, orientado a su desarrollo e incentivo para que el empresario avance sin tropiezos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a diciembre de 2022, el 85,7% de trabajadores del país se encuentran en el sector informal. Para Páez, ése es el principal problema del Estado y si Bolivia desea ser competitiva, se debe transformar esta situación.
El primer paso es dejar de ver al derecho como un problema o una fuente de conflicto, sino como un generador que permita al empresario tener los instrumentos, herramientas y seguridad jurídica para que invierta, pueda captar inversión extranjera y que todo se desarrolle de acuerdo a sus expectativas.
Páez indica que la tecnología trajo un sinfín de herramientas e instrumentos para ejercer el derecho empresarial, con mayor precisión, y tranquilidad, pero que, en algunos casos, la reacción fue de temor.
“Las personas están acostumbradas a dejar de lado todo cambio que les pueda generar dificultades y eso se refleja en las actuales reparticiones del Estado. Imagina los problemas que tenemos con la justicia: primero, retardación por la acumulación de procesos. Si lo hiciéramos en línea y si comenzamos a usar todo en red se ahorraría el papel y se podría adquirir una gran dinámica en los procesos”, enfatiza.
Pros y contras
Los avances tecnológicos han permitido a las empresas mejorar procesos y reducir costos, pero también han creado nuevos retos para las organizaciones; sin embargo, la rápida adopción de estas tecnologías y la complejidad de las cuestiones jurídicas que generan, hacen que las empresas deban adoptar un enfoque proactivo para garantizar que cumplan todas las leyes y reglamentos aplicables.
“El derecho empresarial se nutrió de todas las tecnologías orientadas al crecimiento. Un punto negativo es que esas mismas herramientas y esa cantidad de información que publican generan algunos inconvenientes, como es el caso de la propiedad intelectual. Como todo el mundo publica, se roban ideas”, agrega el académico.
Páez explica que uno de los múltiples riesgos tecnológicos es la fuga de información empresarial. “Si no le doy una gestión adecuada de seguridad a las aplicaciones tecnológicas puede filtrarse información y si no estamos a todo con el desarrollo tecnológico de nuestra empresa siempre van a existir vulnerabilidades”, indica.
Para minimizar los riesgos tecnológicos a los que está expuesta una empresa, es importante tomar en cuenta una correcta y responsable aplicación de las nuevas tecnologías, propone el experto. Además, refiere la necesidad de contar con colaboradores en constante actualización.
“En un mundo de actualizaciones permanentes, donde los ataques son el pan de cada día, pueden suceder muchísimas cosas (…). Cuando los funcionarios desarrollan sus operaciones sin el debido cuidado, se pueden presentar actitudes negligentes que pueden generar pérdidas para la empresa, lo cual se produce porque no hay capacitaciones, no se está formando al funcionario en las nuevas tecnología”, indica.
Además, las nuevas tecnologías pueden tener un impacto significativo en la legislación laboral. Por ejemplo, el uso creciente de la inteligencia artificial (IA) y la automatización ha provocado una reducción de puestos de trabajo en algunos sectores y un aumento de las desigualdades salariales. Por lo tanto, las empresas deben garantizar que todos los empleados reciban un trato justo. Las leyes laborales deben aplicarse para garantizar que todos los empleados disfruten de los mismos beneficios y protecciones.
La tecnología, por ejemplo, impulsa la digitalización en el derecho empresarial, transformando los procesos comerciales tradicionales en operaciones digitales.
Esto significa que hay nuevos desafíos legales que deben ser abordados debido al aumento del uso de tecnologías digitales como, por ejemplo, la protección de datos. La recopilación, almacenamiento y procesamiento electrónico de datos personales ha creado nuevos riesgos para las empresas.
Contratos electrónicos. La adopción de contratos electrónicos ha hecho que sea más difícil determinar si se ha alcanzado un acuerdo legalmente vinculante. Los abogados deben asegurarse de que estos contratos cumplan con los requisitos legales.
Firma digital. Permite a las empresas firmar documentos en línea y sin papel, lo que ahorra tiempo y recursos. Sin embargo, la validez legal de una firma digital puede variar según el país o región donde se encuentre la empresa.
Éstas son sólo algunas de las cuestiones legales que pueden surgir debido a la digitalización en el derecho empresarial. Es importante tener en cuenta que cada empresa es única, y por lo tanto, sus necesidades legales también lo son.
Por otra parte, las ventajas de adoptar las nuevas tecnologías pueden resumirse en tres:
Ahorro de costos: con la automatización y la eliminación del papel pueden reducir significativamente los costos administrativos.
Mayor eficiencia: el uso de tecnologías digitales puede ayudar a las empresas a ser más eficientes y productivas, ya que muchos procesos pueden realizarse automáticamente.
Acceso global: las empresas pueden llegar a clientes en todo el mundo gracias al Internet.