Cinco razones para cuidar el agua

Cinco razones para cuidar el agua

Por Lily Zurita

El agua es un recurso invaluable que sustenta la vida en nuestro planeta. Su preservación es fundamental para garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. 

A medida que enfrentamos desafíos ambientales cada vez más urgentes, es crucial tomar conciencia de la importancia de cuidar este recurso vital para nuestras vidas, la agricultura, la industria, la salud y el medio ambiente. 

Daniel Pinto, director de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que “preservar el agua es fundamental debido a su vital importancia para la vida en la Tierra y para el bienestar de la sociedad actual”. 

Al ser un recurso limitado y esencial, según el académico, su conservación es, prácticamente, “de vida o muerte”, por cinco razones destacadas:

 

  • Escasez de agua potable. A nivel mundial, más de 1.100 millones de personas carecen de acceso directo a fuentes de agua potable, lo que subraya la importancia de conservar el agua dulce disponible para garantizar el acceso a este recurso.
  • Impacto en la salud. Cada año, millones de personas fallecen debido a enfermedades relacionadas con la calidad del agua. Es importante cuidar el agua para prevenir enfermedades y proteger la salud de la población, especialmente en regiones donde el acceso al agua potable es limitado.
  • Contaminación del agua. Cuidar el agua implica evitar la contaminación y preservar la calidad del agua para usos domésticos, agrícolas e industriales
  • Conservación de ecosistemas. El agua es esencial para mantener la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas acuáticos. Al proteger el agua, se contribuye a preservar la vida silvestre y los ecosistemas acuáticos, promoviendo la sostenibilidad ambiental
  • Cambio climático y escasez de recursos. El cambio climático y el aumento de la demanda de agua están generando escasez de este recurso vital. Cuidar el agua implica adoptar prácticas sostenibles de uso y gestión del agua para garantizar su disponibilidad futura en un contexto de creciente demanda y cambio climático

 

“Adoptar medidas para cuidar y conservar este recurso vital es una responsabilidad compartida que contribuye a un futuro sostenible y equilibrado para las generaciones presentes y futuras”, agrega Pinto.

Sólo el 2,5% del agua en el planeta es dulce

La Fundación AQUAE de España da cuenta que el 71% del planeta está cubierto por agua, pero que solo el 2,5% de esa agua es dulce. La cifra revela la escasez de este recurso vital.  

“Nuestro planeta dispone de, aproximadamente, 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua distribuidos por toda la superficie terrestre. El 97,5% de esta cantidad corresponde a agua salada y el 2,5% restante es agua dulce. Para entender mejor estas cifras te mostramos cuál es la distribución del agua dulce y cómo se origina”, indica la organización que apuesta por el desarrollo sostenible.

Desde el punto de vista de la composición química, Pinto explica que el agua es un compuesto esencial formado por la unión de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, lo que da lugar a la molécula H2O. Esta combinación se realiza a través de enlaces covalentes, donde los átomos comparten electrones para estabilizarse. 

“La estructura molecular del agua es única debido a la disposición no lineal de los átomos, lo que genera un dipolo con una región ligeramente negativa (oxígeno) y otra positiva (hidrógeno). Esta polaridad confiere al agua propiedades únicas, como su capacidad para disolver sustancias polares, su conductividad eléctrica y su adhesión a otras superficies”, puntualiza.

En los seres humanos, el agua desempeña un papel decisivo en múltiples funciones vitales. Constituye aproximadamente el 60-70% del cuerpo humano, tanto dentro como fuera de las células, participando en procesos esenciales para el organismo.

El agua es un recurso invaluable que sustenta la vida en nuestro planeta.

La función del agua en los seres humanos incluye:

  • Transporte de nutrientes hacia las células.
  • Mantenimiento del volumen sanguíneo y equilibrio de electrolitos.
  • Regulación de la temperatura corporal.
  • Participación en procesos digestivos.
  • Eliminación de toxinas a través de la orina.
  • Lubricación de articulaciones.
  • Ayuda en la absorción y eliminación de desechos.

El académico explica que el cuerpo humano no puede sintetizar agua ni almacenarla eficientemente, por lo que se requiere un aporte diario adecuado para mantener un equilibrio hídrico óptimo. 

“Las recomendaciones generales sugieren un consumo diario de entre dos y dos litros y medio de agua, a través de bebidas (principalmente agua) y alimentos como frutas y verduras. Las necesidades hídricas varían según la actividad física, la edad y las condiciones ambientales”, manifiesta.

La importancia de cuidar el agua radica en su papel vital para la vida, la salud, la biodiversidad, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y el bienestar humano en general, de ahí la importancia de utilizar este recurso de manera responsable y sostenible, adoptando prácticas de conservación y protección que aseguren su disponibilidad para las generaciones futuras.

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