YoguFlex: la innovación de estudiantes de Unifranz para el cuidado articular en los adultos

By Aldo Juan Peralta Lemus

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Desde el laboratorio universitario, un grupo de estudiantes de Bioquímica y Farmacia ha dado un paso firme en la nutrición funcional con propósito. Se trata de YoguFlex, un yogur enriquecido con colágeno, diseñado específicamente para prevenir y aliviar los dolores articulares en personas mayores y de la tercera edad. Este desarrollo representa no solo una promesa para la salud, sino también una muestra del potencial transformador de la ciencia con vocación social y del emprendimiento.

El grupo desarrollador está conformado por Jhoset Coaquira, Nicol Chiri Balderrama, María Isabel Escobar, Gloria Vargas, Valery Villarroel y Belith Emily Villegas. Todas son estudantes del tercer semestre de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

“Nuestro proyecto lleva el nombre de YoguFlex, el cual es un producto (artesanal) especialmente diseñado para aquellas personas de la tercera edad, con el fin de aliviar los dolores articulares y también ayudar a la movilidad”, explica Villegas.

Las creadoras de YoguFlex tomaron la decisión de orientar su proyecto hacia una problemática cada vez más frecuente que afecta significativamente a la población de la tercera edad: la rigidez muscular y el dolor en las articulaciones. Estos malestares no sólo provocan incomodidad física, sino que también tienen un impacto directo en aspectos fundamentales de la vida cotidiana de los adultos mayores, como su movilidad, su autonomía personal y, en consecuencia, su calidad de vida.

“Una de nuestras principales motivaciones para desarrollar nuestro producto fue observar los dolores articulares que padecen las personas mayores, así como darnos cuenta de que no tienen un fácil acceso a productos que sean fundamentales y también naturales”, explica Belith Villegas.

Conscientes de esta realidad, las impulsoras de YoguFlex buscaron desarrollar una solución que alivie estos síntomas, sino que también contribuye a prevenirlos, mantener y mejorar la funcionalidad del cuerpo, promoviendo así un envejecimiento más activo, saludable y digno. “Nos enfocamos bastante en las personas de la tercera edad, ya que estas son las que más sufren con este tipo de dolores articulares”, destaca Jhoset.

Tras meses de investigación, pruebas de laboratorio y ajustes, lograron desarrollar un producto lácteo funcional que no solo es nutritivo y agradable al paladar, sino que también cumple una función preventiva y terapéutica.

“Nuestro proyecto se desarrolló en varias etapas. Como primer punto, tuvimos que realizar la recolección de nuestra materia prima, para luego hacer la extracción del colágeno de tarsos de pollo y pezuñas de vaca. Después hicimos pruebas estándar para verificar que nuestro producto y nuestra materia prima estuvieran en estado óptimo”, explica Villegas.

De la misma manera, Jhoset comenta que, como grupo, se propusieron desarrollar un proyecto que destaca por su alto nivel de innovación. Desde el inicio, se enfocaron en crear una propuesta que no solo fuera creativa, sino también útil y sostenible. Una de sus principales ideas fue darles una nueva vida a ciertos descartes de origen animal, como los residuos del pollo y la vaca, que comúnmente son considerados basura o subproductos sin valor.

“Los tarsos de pollo y las pezuñas de vaca normalmente los vemos como desechos, y nosotras los integramos para sacarle un beneficio: el colágeno”, añade. Al aprovechar estos elementos, el grupo no solo reduce el desperdicio, sino que también genera un producto con beneficios potenciales para la salud.

El colágeno, una proteína abundante en el cuerpo, es esencial para mantener la elasticidad de la piel, fortalecer huesos y articulaciones, y mejorar la movilidad. Este componente, obtenido de los descartes animales, ofrece varios beneficios para la salud, principalmente relacionados con la piel, las articulaciones y los huesos.

“El proceso de extracción del colágeno ha sido bastante largo y complicado. Luego teníamos que realizar distintas pruebas a nuestro colágeno para verificar que fuera apto para el consumo humano, tanto pruebas toxicológicas (estudio de los efectos dañinos de sustancias químicas en los organismos vivos) como de densidad, medición de pH, entre otras. Y, para finalizar, viene la formulación de nuestro yogur”, explica Jhoset Coaquira, estudiante de Unifranz.

El sabor suave, la textura cremosa y la incorporación de endulzantes naturales convierten a YoguFlex en una alternativa saludable, libre de azúcares añadidos y colorantes artificiales. Pero el verdadero valor agregado radica en su acción articulatoria. El consumo regular de este producto artesanal contribuye a mejorar la flexibilidad y a reducir los dolores articulares. “Igualmente, sirve como un suplemento preventivo para aquellas personas menores de 50 años, para aliviar, más adelante, esos dolores articulares”, destaca Villegas.

Por otro lado, las estudiantes coinciden en que uno de los mayores retos que enfrentaron durante el proceso de obtención del producto fue lograr conservar adecuadamente las propiedades del colágeno extraído. En particular, se esforzaron por mantener su estructura natural, especialmente la textura característica que suele presentarse de forma gelatinosa, lo cual es un indicativo de su calidad y funcionalidad.

Este desafío requería un manejo muy cuidadoso de la materia prima, ya que cualquier variación en el proceso podría afectar negativamente tanto la consistencia del colágeno como su valor nutricional. Además, se mostraron especialmente atentas a no dañar los componentes esenciales durante la extracción y el procesamiento, lo que implicó una serie de ajustes técnicos y pruebas hasta alcanzar los resultados deseados.

“Nos sentimos muy satisfechas con nuestro resultado, ya que es un producto que realmente va a contribuir y ayudar a nuestra población, para esos dolores articulares futuros, y también como un medio de prevención para los jóvenes de hoy en día, planteando a futuro”, destaca Villegas.

Hasta el momento, el equipo de YoguFlex continúa trabajando en el perfeccionamiento de su producto artesanal, con la mirada puesta en ampliar su alcance y beneficios para el consumidor. Entre las principales mejoras que contemplan se encuentra el desarrollo de una versión deslactosada del yogur, con el objetivo de hacerlo accesible a personas con intolerancia a la lactosa y, así, llegar a un público más amplio.

Asimismo, consideran incorporar una mayor variedad de sabores utilizando frutas naturales, lo que no solo diversificará la oferta, sino que también mejoraría el valor nutricional del producto. Además, planean enriquecer el yogur con micronutrientes esenciales, como la vitamina B y el calcio, con el fin de potenciar sus beneficios para la salud ósea y el bienestar general, especialmente pensando en los adultos mayores.

De esta manera, el equipo de YoguFlex no solo ha creado un alimento funcional, sino también una herramienta de bienestar para una población que muchas veces se resigna al dolor como parte del envejecimiento. Su propuesta plantea una alternativa científica, accesible y deliciosa para envejecer con movilidad, salud y autonomía.

Este tipo de proyectos es una parte clave de la currícula de la formación profesional en Unifranz, ya que promueve la integración de conocimientos de diversas áreas, permitiendo a los estudiantes desarrollar competencias y aplicar lo aprendido para dar soluciones a problemas reales, mejorando así la calidad de vida de las personas.

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