Vacunas: el escudo más fuerte contra la coqueluche en bebés y niños

By Lily Zurita Zelada

La coqueluche, también conocida como tos ferina, ha vuelto a ser motivo de alarma en el país, luego que este martes el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Santa Cruz, confirmara el deceso de una bebé de un mes de vida a causa de esta patología; además del reporte de 64 casos confirmados en todo el departamento. Si bien esta enfermedad respiratoria es altamente contagiosa y puede tener consecuencias graves, su prevención es posible mediante la vacunación.

La enfermedad es causada por la bacteria Bordetella pertussis y se caracteriza por accesos de tos intensa e incontrolable que dificultan la respiración, especialmente en los bebés. 

«No es estrictamente una enfermedad estacional, pero suele haber brotes en ciertas épocas del año, como en otoño e invierno», explica Sirley Miranda, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El contagio se da a través de gotículas de saliva expelidas al toser o estornudar, lo que facilita su rápida propagación en ambientes cerrados y con contacto frecuente entre personas. Esta situación pone en especial riesgo a los más pequeños, quienes aún no han recibido la vacunación completa.

La Organización Panamericana de la Salud alerta que, en la región de las Américas, desde 2012, hubo una disminución anual progresiva en el número de casos reportados, cayendo a 3.283 en 2022. Pero en 2024, los casos aumentaron en varios países, como Bolivia, Brasil, México, Perú y Estados Unidos.

“El aumento reportado de casos probablemente se deba a una disminución significativa en la cobertura de la vacunación contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), principalmente durante el período de la pandemia de COVID-19”, señala el organismo internacional.

Los niños son los más vulnerables

Si bien la coqueluche puede afectar a personas de todas las edades, los bebés menores de seis meses son los más propensos a desarrollar complicaciones graves. 

«Los recién nacidos y los lactantes son el grupo más vulnerable, ya que aún no tienen el esquema de vacunación completo y su sistema inmunológico está en pleno desarrollo», advierte Miranda.

Además de los lactantes, los niños que no han recibido todas las dosis de la vacuna y las personas con sistemas inmunodeprimidos (enfermedad de base o sistema inmune débil que ven reducidas sus capacidades para combatir infecciones y otras enfermedades) también corren un alto riesgo de contraer la enfermedad y sufrir consecuencias severas.

La vacuna, clave en la prevención

La forma más eficaz de prevenir la coqueluche es la vacunación. La vacuna contra esta enfermedad suele administrarse en combinación con otras, como parte de la DPT (difteria, pertussis y tétanos) o la pentavalente, que protege contra varias enfermedades. 

«Es fundamental seguir el esquema de vacunación recomendado por las autoridades de salud para garantizar una protección efectiva», enfatiza Miranda.

El esquema de vacunación recomendado incluye varias dosis durante la infancia:

  • Primera dosis a los 2 meses
  • Segunda dosis a los 4 meses
  • Tercera dosis a los 6 meses
  • Refuerzos a los 18 meses y entre los 4 y 6 años

Además, se recomienda una dosis de refuerzo para adolescentes y adultos, especialmente para mujeres embarazadas en el tercer trimestre, ya que esto permite transferir inmunidad al bebé en sus primeros meses de vida.

Medidas adicionales de prevención

Además de la vacunación, Miranda indica que existen otras medidas que ayudan a reducir el riesgo de contagio:

  • Higiene respiratoria: es importante cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar y lavarse las manos con frecuencia.
  • Evitar el contacto con personas enfermas: mantener a los bebés alejados de personas con síntomas respiratorios puede reducir la posibilidad de infección.
  • Diagnóstico y tratamiento oportunos: ante la sospecha de coqueluche, es fundamental acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

“Si un niño presenta síntomas como tos persistente, dificultad para respirar y episodios de ahogo, es crucial buscar atención médica de inmediato”, recomienda la médico. El diagnóstico temprano y el tratamiento con antibióticos pueden ayudar a reducir la severidad de la enfermedad y limitar su propagación.

La recurrencia de contagios con este tipo de virus en el país pone en evidencia la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y control por parte del sistema nacional de salud, el Ministerio de Salud, los Sedes y las alcaldías. 

«Es crucial que las autoridades de salud garanticen el acceso a la vacunación y refuercen la vigilancia epidemiológica para contener la propagación de la enfermedad», señala Miranda.

Asimismo, la concienciación de los padres y cuidadores juega un papel determinante. La vacunación oportuna y el cumplimiento del esquema recomendado pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos bebés.

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