Unifranz abre la carrera de Gastronomía y Artes Culinarias como apuesta por un ecosistema de Bolivia para el mundo
En Bolivia surge una nueva propuesta académica en busca de transformar la manera en que se entiende, se produce y se proyecta la gastronomía. La Universidad Franz Tamayo (Unifranz) presentó oficialmente su carrera de Gastronomía y Artes Culinarias, un programa que no nace sólo como una oferta más de formación superior, sino como el brazo académico de una visión mayor, el Bolivian Culinary Center (BoCC).
“Este programa de licenciatura nace junto con nuestro ecosistema estratégico, el Bolivian Culinary Center. Se convierte en el brazo académico de este centro y su propósito es formar líderes en gastronomía que no solo tengan una base técnica, sino que sean gestores, emprendedores y promotores del desarrollo sostenible”, afirma Eva Foronda, decana académica de Unifranz.
La mirada de la universidad apunta a un profesional capaz de unir cocina, turismo y territorio con una visión global pero profundamente enraizada en la identidad boliviana. Un profesional que ahonde en la innovación, la investigación y el emprendedurismo.
“Buscamos formar licenciados en gastronomía y artes culinarias con visión de investigación e innovación; que puedan ser emprendedores y dar oportunidades a otros talentos. La idea es que impacten en todos los eslabones de la cadena productiva gastronómica”, sostiene Gabriel Ágreda, director del BoCC.
La respuesta a la demanda
Foronda explica que el surgimiento de una licenciatura en gastronomía responde a una necesidad latente en el país y en la región. En los últimos años, afirma, ha crecido la demanda por experiencias culinarias de calidad, pero la oferta formativa se mantuvo concentrada en cursos cortos o técnicos.
“Necesitamos profesionales capaces de transformar ingredientes en experiencias, negocios, marcas y productos sostenibles (…) Nuestro profesional será un cocinero que podrá pararse en cualquier cocina del mundo sin perder las costumbres, las tradiciones y la cultura boliviana”, explica.
A ello se suma un desafío urgente, la valorización del patrimonio culinario boliviano, que incluye productos únicos, técnicas heredadas y un territorio que multiplica sabores. “Tenemos altura, valles, Amazonía y un universo de ingredientes que el mundo recién está empezando a conocer. Pero esta riqueza no basta si no formamos profesionales capaces de trabajar con ella”, sostiene.
Un ecosistema de sabores, saberes y territorio
La creación del BoCC acompaña este lanzamiento académico como una plataforma de articulación sin precedentes. Su director, Gabriel Ágreda, considera que este centro será un hito para el desarrollo gastronómico del país.
“Lo que nosotros queremos es crear un ecosistema integral, articular a todos los actores: entidades privadas, públicas y comunidades. Queremos formar, investigar, incubar negocios y desarrollar turismo. Buscamos un impacto de 360°”, señala.
Ágreda destaca que la gastronomía sólo puede crecer si parte del conocimiento profundo de la tierra y el país. “Si no conocemos los productos que tenemos, no respetamos la tierra y no llevamos estos sabores a la cocina, no vamos a llegar a ningún lado. Debemos conocer a los productores y dar valor a sus esfuerzos para construir una gastronomía con raíces, pero también con innovación”, enfatiza.
Es por ello que la apuesta académica de Unifranz es tan importante. Desde la casa superior de estudios se trabajará en la investigación de cada uno de estos aspectos que forman parte de la gastronomía.
Una malla curricular diseñada para la acción
La carrera se extiende a lo largo de ocho semestres, con 49 asignaturas y un total de 4.880 horas de formación, con un fuerte componente práctico desde el primer día. Los estudiantes ingresan a laboratorios, talleres, escenarios reales de servicio y, sobre todo, a un contacto permanente con el ecosistema gastronómico boliviano a través del BOCC.
El plan de estudios recorre varias áreas fundamentales. La primera es la de saberes culinarios y técnicos, donde se construyen las bases de la cocina, pastelería, panadería, técnicas internacionales y tendencias contemporáneas. Luego aparece el área de cultura gastronómica y territorio, un espacio donde los estudiantes se encuentran con el patrimonio alimentario boliviano, su historia e identidad, y la relación entre gastronomía y turismo.
El área de gestión de negocios gastronómicos introduce herramientas de costos, finanzas, marketing y modelos de gestión, mientras que el eje de innovación, ciencia y tecnología incorpora tecnología de alimentos, herramientas digitales e incluso inteligencia artificial aplicada al negocio culinario. Finalmente, el área de personas, servicios y desarrollo humano integra el trabajo en sala, la experiencia del cliente, idiomas, barismo y liderazgo.
Sobre esta base, los estudiantes eligen entre dos menciones: Innovación Gastronómica, orientada a quienes buscan investigar y reinterpretar la cocina boliviana, y Emprendimiento Gastronómico, diseñada para quienes desean crear y escalar restaurantes, marcas, productos o modelos de negocio apoyados en herramientas digitales.
Un cocinero con visión de futuro
El BoCC, como aliado permanente de la carrera, no solo acompañará la formación técnica, sino que impulsará proyectos de innovación, investigación y emprendimiento. Ágreda remarca que la apuesta es formar un profesional completo. “Profesionales capaces de crear productos con sello de exportación boliviano, manejar costos, marketing, liderazgo y ofrecer experiencias culinarias integrales”, asegura.
Foronda coincide. Para ella el objetivo, más allá de enseñar a cocinar, es que el estudiante aprenda a gestionar, crear y liderar. Es un modelo basado en competencias, en el aprender haciendo y en la vinculación permanente con la realidad, una metodología y filosofía educativa de Unifranz.
En cada semestre se incorporan proyectos integradores, prácticas profesionales y una serie de procesos prácticos que concluirán en un trabajo de grado orientado a la innovación.
Una cocina que mira al mundo desde Bolivia
La apertura de la carrera de Gastronomía y Artes Culinarias en Unifranz anuncia un cambio de época para la formación culinaria en el país. No se trata únicamente de perfeccionar técnicas ni de replicar recetas, sino de comprender que el territorio, la cultura y la innovación pueden convivir en un mismo plato.
Esta licenciatura busca que el mundo mire hacia Bolivia a través de su gastronomía. Y que los futuros profesionales, formados en un ecosistema pensado para ellos, sepan transformar cada producto en una experiencia y cada experiencia en una historia que contar.