Un latido más seguro: la tecnología al servicio de tu corazón

Imagen de Unifranz

La medicina del corazón vive una auténtica revolución. Gracias a los avances tecnológicos, hoy es posible detectar enfermedades cardiovasculares con mayor anticipación y tratarlas con una precisión nunca antes vista. La ciencia y la tecnología se dan la mano para cambiar el destino de personas, desde electrocardiogramas portátiles, aplicaciones móviles y dispositivos inteligentes se han convertido en aliados silenciosos pero poderosos, que monitorean la salud cardíaca en tiempo real y salvan vidas a diario. 

Ronald Ordoñez, docente de la carrera de Medicina en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que con la tecnología se puede identificar y hacer una evaluación prequirúrgica para ver si hay algún tipo de riesgo.

“Por ejemplo, se ha determinado que hay electrocardiogramas, que ahora sí podemos tener, casi del tamaño de una tablet. Estas van a ayudarnos a que cualquier persona, incluido sus familiares o el mismo paciente, tenga la capacidad de saber cómo puede ser el electrocardiograma”, sostiene Ordoñez.

Es evidente que uno de los grandes protagonistas de este avance es el electrocardiograma (ECG) portátil. Tradicionalmente, esta prueba requería equipos voluminosos y personal especializado en hospitales. El electrocardiograma (ECG) sigue siendo una herramienta clave en la evaluación del corazón, pero hoy su forma y funcionalidad han evolucionado radicalmente

Como señala Ordoñez, los ECG pueden ser tan compactos como una tablet, lo que permite a médicos, y hasta a pacientes o familiares, realizar registros del ritmo cardíaco. Esta portabilidad ha sido clave para identificar arritmias, bloqueos y otros trastornos eléctricos del corazón a tiempo. Según Ordoñez, lo que antes se basaba en intuiciones clínicas ahora se apoya en tecnología de alta precisión.

“Antes solo podíamos sospechar que algo iba mal escuchando los sonidos del corazón. Ahora, gracias al desarrollo tecnológico, contamos con electrocardiogramas portátiles, del tamaño de una tablet, que nos permiten hacer valoraciones precisas en cualquier lugar”, explica Ordoñez.

Este avance ha sido especialmente valioso en el ámbito quirúrgico. El ECG moderno no solo ayuda a diagnosticar a tiempo, sino que también optimiza la evaluación preoperatoria. “Hoy podemos identificar posibles riesgos antes de una cirugía y decidir si el paciente necesita atención especial. Eso puede marcar la diferencia en su recuperación y seguridad”, añade el especialista.

La accesibilidad a esta tecnología no solo mejora el diagnóstico, sino también la prevención. Según el especialista Ordoñez, el uso del ECG es cada vez más recomendado en chequeos prequirúrgicos, en adultos mayores de 45 años y en personas con antecedentes cardíacos.

A la par de los electrocardiogramas, los dispositivos inteligentes han ganado terreno como aliados silenciosos pero efectivos. Relojes inteligentes y aplicaciones móviles ahora pueden medir la frecuencia cardíaca, la presión arterial e incluso enviar alertas en caso de detectar anomalías. 

Los dispositivos portátiles asequibles, como Fitbit o smartwatches genéricos, son útiles para que las personas comunes monitoreen su salud cardíaca en casa, pero deben validarse para el uso clínico. De la misma manera las aplicaciones desarrolladas para el cuidado y monitoreo del corazón como Noom (versión básica gratuita) y MyFitnessPal (gratis) promueven dietas cardiosaludables, ejercicio y control de peso, factores clave para prevenir enfermedades cardíacas. Incluyen recetas y planes personalizados.  

Estas herramientas empoderan al paciente, permitiéndole tener un rol más activo en el cuidado de su salud cardiovascular y tomar decisiones informadas a tiempo.

En Bolivia y otros países de la región, estas innovaciones son cruciales ante el crecimiento de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y el síndrome metabólico. Estos padecimientos, muchas veces silenciosos, están detrás de numerosos casos de infartos y afecciones cardíacas severas. La detección temprana mediante tecnología puede evitar complicaciones mayores, reducir hospitalizaciones y mejorar la calidad de vida de la población.

La prevención y el monitoreo constante se vuelven pilares clave para la salud del corazón. “Gracias a la tecnología, ahora es más fácil detectar a tiempo problemas del corazón y prevenir complicaciones graves”, concluye Ordoñez.

La clave está en combinar la tecnología con la educación y la prevención. A medida que más personas acceden a estos avances, también es fundamental que comprendan cuándo buscar ayuda médica, cómo interpretar señales de alerta como fatiga inusual o dificultad para respirar, y cómo mantener hábitos saludables. La tecnología puede salvar corazones, pero es la conciencia colectiva la que realmente marca la diferencia.

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Aldo Juan Peralta Lemus

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